Hay cosas que ya no funcionan. Hay buenas ideas que caducaron, hay estrategias que fueron exitosas ayer y que hoy no sirven para nada, hay aspectos que durante mucho tiempo fueron recomendables y que hoy son desaconsejable, hay muchas prácticas que hasta hace algún tiempo atrás eran bien vistas y con cierto nivel de credibilidad, y que a la fecha no sirven para nada.
Hay instituciones, empresas, personas, que hasta hace poco se mencionaban como ejemplo de lo que hay que hacer, y que hoy, a través del cristal de esta circunstancia, resultan ser un mal ejemplo, porque ya no existen, porque resultó ser otra cosa.
Estamos destinados a cambiar.
Ustedes saben que los dinosaurios por su rigidez se negaron a cambiar y se condenaron a desaparecer.
Hay mucha gente que tiene el complejo de dinosaurio y viven como hace años, con esa educación, con esa religión que ya no existe, hace algún tiempo que ya no existe más.
Esto nos lleva a preguntarnos algunas interrogantes fundamentales, como dónde puedo aprender a ser imperturbable, dónde se horma el hombre o mujer de sabiduría, cómo aprendo a vivir en un mundo que todos los días me intenta confundir y distraer y que me seduce con un libreto, que básicamente equivale a vivir una mentira?
Hay cosas que ya no sirven, a todo nivel.
Hay cosas que ya no funcionan, simplemente, y tenemos que tener el valor de cambiarlas.
Que hasta ayer eran recomendables y parecían maravillosas, es cierto; pero ese mundo ya no existe, hoy transitamos una circunstancia diferente, hoy estamos en presencia de nuevas reglas de juego.
Gran parte de lo que aprendimos ya no nos sirve, y esto es válido también para todo lo espiritual; esa religiosidad con un intermediario de por medio resulta insuficiente.
Ahora tú que tienes que hacerte cargo, ya no puedes confesarte ante un señor para que él interceda por ti y te negocie una parcela de cielo, ahora todo está en tus manos.
Por eso necesitas hacerte cargo de tu vida, asumir con responsabilidad que todo lo que te pasa es tu exclusiva responsabilidad, que no puedes culpar a nadie, que si tú no estás bien, no es por culpa del otro, es tu descuido, tu negligencia.
Quería proponerles que identifiquen cosas que ya no funcionan, que ya no existen, que ya no sirven, y que la sociedad las conserva por costumbre, es como una especie de tradición, de rutina, se ha vuelto normales y lo que es normal, la gente no lo cuestiona, lo acepta.
Nosotros somos disidentes, porque cuestionamos lo que el resto de la gente acepta, porque ponemos en tela de juicio la normalidad.
Es que no es así, así no se vive como lo proponen, así no se hacen terapias, así ni se educa, así no se cultiva la tierra, así no se construye, así no se divierte, así no se vive, porque una vida sin magia no tiene sentido.
Está claro que un gato no puede ser otra cosa que un gato, sus genes lo determinan, no hace falta por tanto que un gato haga un trabajo interior, su techo lo impone la genética y punto.
No es el caso del ser humano.
El hombre puede vivir como animal o como entidad superior, puede habitar la oscuridad de la ignorancia y vivir dando vueltas en torno al grupo vicioso del consumismo o ya no dejarse atrapar por esa trampa y empezar a volar, a volar alto, a volar libre.
Hoy quiero alertarte respecto a la necesidad de trabajar el cambio constante permanente y total, como una condición de supervivencia.
Ya no podemos seguir viviendo una mentira, ya no podemos seguir aceptando lo inaceptable, tenemos que revelarnos a través de la ternura, a través de la belleza, a través de la autenticidad, a través incluso de nuestra evolución, para dejar constancia ante la historia, que no todos los habitantes del siglo XXI eran zombis, repetitivos, que también existieron seres humanos que no aceptaron convertirse en robots y que con independencia de la cantidad que fueran, habitaron reverentemente y con pasión, una época donde se sembró la semilla de la transformación.
Quizás todo comienza atreviéndonos a ser portadores de lo nuevo y embriones de la nueva humanidad y para eso, simplemente hay que estar dispuesto a cambiar todo lo que haga falta y sin pedir permiso a nadie.
Quizás no sea casual en la famosa Puerta del Sol de Tiwanaku, tallada probablemente hace más de 1000 años, existan hombres con alas; tal vez la humanidad está a punto de descubrir lo que le faltaba para comprender aún más el sentido de su paso por la Tierra.
La propuesta para todos, hacerte cargo de tu transformación, vigilar tu itinerario, y fundamentalmente disfrutarlo, el crecimiento en ese caso habrá ocurrido por añadidura.
No tienes que hacer nada, con que aprendas a vivir será suficiente
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