«Tenéis un ideal espiritual, pero veis, sentís que no llegáis a ajustar vuestra conducta con él…, es demasiado difícil. Claro que es difícil, pero eso no es razón para renunciar a él. Si vuestra búsqueda es sincera, sean cuales sean las dificultades, sean cuales sean las caídas a lo largo del camino, no debéis abandonarlo por algo más fácil. Aunque en algún momento os veáis obligados a relajar vuestros esfuerzos, al menos no perdáis de vista la buena dirección. Que esta fatiga o esta debilidad pasajera no sea un pretexto para cambiar de orientación.
Es excusable que estéis cansados y, si estáis cansados, descansad, pero sin apartaros del camino por el estáis caminando. Para descansar, no es necesario tomar otro camino. Nada es más peligroso que abandonar un ideal con el pretexto de que no sois capaces de vivir constantemente de acuerdo con él.»
—
www.prosveta.com