¿Debe Cataluña convertirse en un nuevo estado independiente y separarse del resto de España?
Ese es el dilema al que se enfrentan los más de cinco millones de ciudadanosque están llamados a votar en las elecciones que se celebran este domingo en Cataluña, en las que se deben elegir a los miembros del parlamento autonómico catalán.
Las fuerzas políticas que se han agrupado bajo la coalición «Junts pel Sí» (Juntos por el Sí), impulsada por el presidente de la Generalitat (gobierno regional), Artur Mas, han convertido estos comicios en unas elecciones plebiscitarias sobre el futuro como nación de esta región del noreste de España.
Dada la negativa del gobierno de Mariano Rajoy a negociar la realización de un referéndum sobre la independencia de Cataluña, que se considera contrario a la Constitución española, las fuerzas separatistas catalanas decidieron que los ciudadanos expresen en esta votación su apoyo o rechazo a la secesión.
Nunca antes desde la restauración de la democracia a fines de los 70, la sociedad catalana había estado tan dividida.
Partidarios y detractores de la independencia llevan meses discutiendo sobre cuál debe ser el estatus político de Cataluña y su relación con el resto de España.
En medio se encuentran decenas de miles de ciudadanos que consideran que tanto el gobierno de Barcelona como el de Madrid han radicalizado sus posturas y apuestan por una solución negociada.
Sostienen que ninguna de las fuerzas políticas que concurren a los comicios de este domingo -tanto las de de signo independentista como las unionistas- representan su sentir y creen que tan sólo a través del diálogo se puede resolver un enfrentamiento que ha desembocado en un callejón sin salida.
BBC Mundo conversó con algunos de esos catalanes que se niegan a elegir entre uno y otro bando, y que piensan que pactar es la única opción.
Gemma Ventura, cineasta residente en Barcelona, 38 años
Estoy viviendo toda esta situación con mucha tristeza y angustia. Realmente hay un nivel de crispación entre la población que nunca había visto antes.
Nadie se está acordando de los que somos de centro y no queremos soluciones impuestas o radicales. Por eso no me siento representada por ningún partido político.
Estoy viviendo toda esta situación con mucha tristeza y angustia. Realmente hay un nivel de crispación entre la población que nunca había visto antes.
Creo que se ha creado una fractura social que se va a prolongar en el tiempo.
Tanto el gobierno de Madrid como el de Barcelona mantienen posturas extremas e intransigentes.
Estoy a favor de la celebración de un referéndum (sobre la independencia) pactado. Si hay tanta gente que quiere un cambio, se les ha de consultar porque creo en la democracia y en que hay que afrontar los problemas.
La crisis económica ha sido la responsable de que el independentismo aumente. Gente de mi entorno que nunca se había planteado la independencia desde un punto de vista emocional ahora sí se la plantea desde un punto de vista práctico.
El gobierno de Madrid no puede hacer ver que no pasa nada. Es responsable de solucionar los problemas y no estoy de acuerdo con su negativa a negociar.
La actitud de Mariano Rajoy ha hecho que el independentismo se disparara hasta niveles inauditos.
En Cataluña no se habla de otro tema desde hace cuatro años y no hay debate social.
Tengo la sensación de que no se nos ha gobernado y en estas elecciones no se está hablando de encontrar soluciones a los problemas inmediatos.
David Jiménez, arquitecto residente en Rabat (Marruecos), 38 años
Me da miedo lo que está pasando en Cataluña porque tengo la sensación de que se está llegando a un callejón sin salida y creo que mucha gente va a quedar frustrada.
Me da miedo lo que está pasando en Cataluña porque creo que se está llegando a un callejón sin salida y mucha gente va a quedar frustrada.
Cataluña tiene una identidad propia y en el resto de España eso es algo que cuesta de entender. Lo ven como una agresión.
Para acomodar esa identidad se deberían crear estructuras políticas que en Madrid algunos no están dispuestos a aceptar.
Al mismo tiempo, en Cataluña tampoco son capaces de ver la situación de forma racional y han acabado presentando exigencias muy radicales, pidiendo cosas que España no puede dar.
Así que el debate, en vez de hacerse de una forma racional se está haciendo de una manera muy sentimental. Como si fuera un partido de fútbol entre el Barcelona y el Madrid, y es muy difícil encontrar una solución con este ambiente que se ha creado.
Madrid podía haber aceptado la celebración de un referéndum. Y si lo hubiera hecho de la misma forma que se hizo en Escocia, creo que el independentismo hubiera perdido.
Pero han sido intransigentes y eso no ha hecho más que alimentar el sentimiento de agravio en Cataluña. Y eso ha sido manipulado por los políticos independentistas.
Me considero barcelonés, catalán, español y europeo. No me parece que ninguna de esas identidades sean excluyentes. Pero hay gente que no está de acuerdo con ello y nos obligan a los que tenemos identidades múltiples a escoger una sola.
Sara Puig, periodista residente en Los Ángeles (EE.UU.), 29 años
Estoy a favor de la celebración de referéndum pactado porque me parece que es saludable preguntar a los ciudadanos qué piensan. El poder reside en el pueblo y no en los políticos.
Estoy viviendo estas elecciones con mucho interés y con la perspectiva que da residir en el extranjero y no estar sometida al bombardeo continuo de los medios sobre la cuestión de la independencia.
Entiendo las quejas que se hacen desde Cataluña y hay muchas que las comparto. No me sorprende que la gente se haya cansado de apostar por el diálogo porque es evidente que este no ha prosperado.
Pero también creo que el momento que Cataluña ha eligido para exigirle al gobierno de España más autonomía no era el adecuado. Primero por el gobierno que hay en Madrid y también por la crisis económica.
La situación se ha radicalizado hasta el punto de que sólo hay dos opciones: o estás a favor de la independencia o en contra.
Y no creo que nadie nos represente a los que estamos en medio.
Yo estoy a favor de un referéndum pactado porque me parece que es saludable preguntarles a los ciudadanos qué piensan. El poder reside en el pueblo y no en los políticos.
No me parece bien ni la actitud del gobierno catalán ni la del de Madrid. Son dos posturas radicales y por eso no apoyo ninguna de las dos.
La idependedencia me preocupa desde el momento en el que los políticos que la promueven no pueden darme garantías de qué va a pasar una vez nos separemos de España.
Llevamos cuatro años en los que lo único de lo que se habla es de la independencia y no se están resolviendo los problemas de verdad.
Juanra Esteban, propietario de una tienda en Barcelona, 37 años
La gente está viviendo esta situación de forma muy visceral y se producen discusiones sin sentido. No se está hablando de políticas sino de sentimientos.
Se ha llegado a un punto en el que la política ya no importa y todo son sentimientos.
Nunca había visto una campaña electoral en la que no se hable de programas. Se habla de conceptos metafísicos. Todo es apocalíptico o maravilloso y no se dan de soluciones a los problemas del país.
Todo son posiciones extremas. O estás con nosotros o contra nosotros. Y creo que la mayoría de la gente sabe que ninguna de las dos opciones es viable.
Somos muchos los que estamos en una posición intermedia.
El problema es que los partidos que representaban ese sentimiento más transversal se han desmoronado. Y por eso no hay una fuerza política que nos represente a los de en medio y que genere ilusión.
Soy partidario que se celebre un referéndum pactado entre Madrid y Barcelona, y para eso se debería hacer una modificación de la Constitución española, lo que no va a ser fácil. Pero creo que hay que preguntarle a la gente.
El número de independentistas ha aumentado en los últimos años pero no tanto como parece.
Lo que ha sucedido es que gente a la que en el pasado este tema no le interesaba, se ha subido al carro de la independencia, porque el gobierno de Madrid no está dando una solución.
La gente está viviendo esta situación de forma muy visceral y se producen discusiones sin sentido. No se está hablando de políticas sino de sentimientos.
No se están resolviendo los problemas que afectan a los ciudadanos y a las empresas. No se hacen propuestas y sólo se habla de la independencia.
Albert Garriga, especialista en comunicación residente en Barcelona, 37 años
A muchos les cuesta entender que haya gente como yo que no esté en ninguno de los dos bandos. Se han polarizado demasiado las posiciones.
No me siento cómodo ni en un lado ni en el otro.
Soy catalanista y nacionalista, pero no quiero llegar al extremo de separarme de España, donde me siento cómodo y donde creo que reside parte de mi identidad.
El problema es que desde Madrid hacen oídos sordos al movimiento independentista y eso no puede ser.
Tengo la sensación de que en ambos lados te ponen contra la espada y la pared. O estas conmigo o contra mí.
Les cuesta entender que haya gente que no esté en ninguno de los dos bandos. Se han polarizado demasiado las posiciones.
De lo que no hay duda es que tiene que haber un cambio, tanto en España como en Cataluña.
Tiene que cambiar el modelo de país, ya que si no hay una evolución creo que pueden llegar a pasar cosas más graves.
Creo que se ha de celebrar un referéndum pactado y si la Constitución no lo permite, esta se ha de reformar.
El referéndum es algo que la sociedad pide. ¿De qué tienen miedo?
La gente está indignada porque no puede expresarse libremente.
Con mi postura, los de un bando me llaman separatista y los del otro españolista, así que estoy en tierra de nadie.
La sociedad está pidiendo que se haga algo y que haya un cambio, y cuanto menos caso hacen desde Madrid, más aumenta la indignación.
Cualquier demarcación territorial en el Planeta, por pequeña que sea, tiene su propia personalidad, no sólo Cataluña.