«Las heridas que sanan se convierten en vida»

Durante nuestro andar por la tierra como seres humanos nos enfrentamos todos los días a sucesos y experiencias propias, de familiares y también sociales y aunque todos generan un impacto en nuestras vidas a diferente escala, habrá algunos que puede ser punta de lanza para construir nuestra felicidad o nuestra desdicha.

Cada herida de nuestra historia nos trae grandes aprendizajes, ya sea que éstas fuesen por muertes, separaciones, violencia, abandonos, etc. Estas heridas radican en nuestras historias personales y familiares y forman parte del camino que recorremos en la tierra.

Cuando vemos de frente las heridas de nuestras vidas y reconocemos en ellas el dolor que causó, nos permitimos darnos cuenta de que en ellas radica un aprendizaje que debemos honrar con la vida y que éstas se convierten en impulso de sanación en el mundo.

No esperes a que trascurra otro día sin que mires dentro de ti y descubras qué te está limitando para sanar tu mente, tu cuerpo, tu espíritu y tu ser. Deja de lamentarte por lo que no has hecho, permítete reconciliarte contigo, con tu familia, con la tierra y con todos los seres.

Cuando decidimos sanar nuestras vidas, estamos sanando nuestra historia, la de nuestra familia y al mismo tiempo sanamos al mundo.

Cada ser es libre de recorrer su camino como considere mejor para su corazón, como crea que será mejor para su vida y para la de su linaje, ya que lo que hagamos hoy por nosotros, causará un impacto en las siguientes 7 generaciones.


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