Hay un montón de trámites que deberíamos estar haciendo, ¿pero quién tiene tiempo y está dispuesto?
Las páginas web de consumidores y las compañías nos piden hacer cosas que nos llevan tiempo pero nos permiten ahorrar, pero nosotros no las hacemos, porque no tenemos tiempo, no queremos aprender nuevas contraseñas, nos horroriza el proceso, nos da miedo que salga mal o, simplemente, no nos da la gana.
Estas son 10 cosas que deberíamos hacer, pero no hacemos.
1. Cambiar de cuenta corriente
Un informe que se hizo en Reino Unido concluyó que el 57% de los consumidores llevaban más de 10 años con la misma cuenta corriente, y un 37% llevaba más de 20 años.
Este mismo informe lamentaba el hecho de que los bancos no se ven en la necesidad de trabajar para mantener a sus clientes, porque éstos temen que cambiarse sea un proceso «complicado, largo y arriesgado».
Puede ser que los consumidores estén contentísimos con su banco, o quizás tienen mejor cosas que hacer.
2. Leer los términos y condiciones
¿Sabes esos términos y condiciones que recibes cuando te bajas un software nuevo, o te registras en una web o para hacer algo online?
¿Las has leído alguna vez antes de marcar la caja que confirma que las has leído? Claro que no, nadie lo hace.
Si tomamos, por ejemplo, los términos y condiciones del iTunes de Apple, tienen 20.000 palabras.
Es un cuarto de las palabras que tiene una novela de longitud decente y probablemente mucho menos interesante.
Es probable que estemos renunciando a algunos derechos fundamentales o firmando algo horrible.
No lo puedo decir con seguridad, porque me da pereza leer.
3. Contestar el teléfono fijo
Esto, de hecho, es un tema generacional.
Cuando suena mi teléfono fijo, es mi madre, mis suegros o una empresa que me pide cambiar de proveedor de un servicio (con un trámite que no estoy dispuesto a hacer) o me insta a pedir una compensación de un seguro a través de un trámite imposible.
Esto me pasa aunque me he apuntado al Servicio de Preferencia Telefónica (un servicio para excluir tu número de llamadas de márketing telefónico).
Así que no estoy dispuesto a contestar si no aparece un número en la llamada.
Con generaciones mayores, parece que sucede lo contrario: mi madre solo recibe llamadas de márketing en su celular y usa su teléfono fijo todo el tiempo.
4. Cambiar de compañía de servicios
Esto deberíamos hacerlo todos. Y no solo el gas y la electricidad, sino también seguros de la casa y del auto, y el teléfono y la banda ancha.
Los proveedores hacen fortunas subiendo tus primas del seguro cuando hay que renovar y esperando que no te des cuenta y no cambies de empresa.
Una idea: llama a tu proveedor actual y pregunta si pueden mejorar tus condiciones. Sugiere vagamente que estás considerando un cambio, aunque todos sabemos que no lo vas a hacer.
De esta manera, con frecuencia puedes conseguir un mejor trato sin cambiarte.
5. Reserva tus billetes de forma asusta
Si vas a hacer un largo viaje en tren o autobús, en algunos casos si en lugar de comprar un billete para todo el recorrido, compras uno que hace una parte del viaje y otro que hace el resto, puedes ahorrar dinero.
Aunque para conseguir el mejor trato, quizá tengas que probar con cada estación entre tu casa y tu destino.
Yo no estoy dispuesto a hacer esto y admiro a cualquiera que sí pueda.
6. Abrir el correo
Recibir cosas en el correo es un poco como responder al teléfono fijo: un tema generacional.
Obviamente, abro todo que viene con caligrafía a mano. ¡Tengo corazón!
Pero, ¿qué pasa con los sobres que vienen impresos a máquina? Todavía me llegan algunas facturas por correo, pero la mayoría están también disponibles online si realmente las necesito.
Si realmente las necesito, puedo simplemente imprimir otra.
7. Terminar esta lista
En serio, ¿leíste hasta aquí?
Tienes cosas mejores que hacer.
Ve a cambiar de cuenta bancaria.
Por eso vamos a terminar aquí esta lista y no vamos a llegar a 10 puntos.
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/10/151023_economia_tramites_pereza_consumidores_ac