Figuran los extraterrestres en los textos bíblicos?
Estimado profesor: Estuve buscando en la Biblia relatos que pudieran demostrar que ya en épocas antiguas se hablaba de extraterrestres y naves espaciales, pero no los encontré. Me estoy refiriendo a otros relatos de contactos, además del que usted menciona en «La Transfiguración de Jesús».
Saúl B
RESPUESTA
Apreciado Saúl: En la época de Moisés, los extraterrestres de Vega V, los Ha, vinieron a la Tierra. Eran seres muy crueles y con armas poderosas que atemorizaron al pueblo de Israel y lo sometieron.
En Éxodo 11, se dice que Moisés conversaba en la Tienda de la Reunión cara a cara con «Jehová», que no era más que un jefe extraterrestres Ha que se hacía pasar por este «dios» (que no era el Absoluto sino meramente un dios tribal).
Observa que el texto dice que estaban frente a frente «como conversa un hombre con su amigo». ¿Necesitas más pruebas de que era un extraterrestre con quien dialogaba?
En ocasiones, incluso paseaba de incógnito por el campamento, por lo que exigía que todas las deyecciones de su pueblo estuviesen debidamente enterradas (Deuteronomio 23, 13-15), como si él fuera un hombre como los otros, sensible a la suciedad.
Lo que diferenciaba a los Ha de los humanos, más que su aspecto físico, era el poder que poseían y que las tribus apodaban la «Gloria de Jehová».
Esa «columna de nube», que se transformaba en columna de fuego durante las noches de travesía por el desierto, y a la que con tanto detalle se refiere el Éxodo, se trataba, obviamente, de la nave espacial de los Ha.
La denominada «Gloria de Jehová» tenía «dos caras»: una de ellas, conocida como el «Rostro de Jehová», era especialmente peligrosa, pues según cuenta la Biblia ningún hombre podía verla y sobrevivir.
Sin embargo, Moisés logró ver la cara posterior tras refugiarse en la hendidura de una roca, haciendo caso omiso a los consejos de Jehová (Éxodo 33,20).
Es evidente que «la cara anterior de Jehová» no era más que la parte inferior de la nave de los Ha, donde estaban sus motores, ya que cuando la «Gloria» se situaba sobre la Tienda de la Reunión, Moisés no podía entrar en ella (Éxodo 40, 34-35), pero cuando «aterrizaba» al lado, no había ningún riesgo (Éxodo 33,9).
En razón del peligro que significaba el tipo de propulsión que empleaba la nave, había severas órdenes de que nadie del pueblo se acercara a las inmediaciones donde ésta operaba (Éxodo 19, 12).
Dicha nave tenía poderoso armamento, pues «era capaz de escupir un fuego que podía abrasar de golpe a 250 hombres (Números 16, 35) o de destruir ciudades enteras» (Génesis 19).
Asimismo, en Números 16, 28-32, se dice que «si Jehová obra algo portentoso, si la tierra abre su boca y los traga con todo lo que les pertenece, y bajan vivos al Seól (profundidades de la tierra), sabréis que esos hombres han rechazado a Jehová. Y sucedió que, nada más terminar de decir estas palabras, se abrió el suelo debajo de ellos; la tierra abrió su boca y se los tragó, con todas sus familias, así como a todos los hombres de Coré, con todos sus bienes» (Números 16, 28-32).
Más adelante (Números 16,35), se añade que «brotó fuego de Jehová, que devoró a los 250 hombres que habían ofrecido el incienso» (Números 16, 35).
Es obvio que las armas de los Ha causaban estragos en las filas de los pobres israelitas que se rebelaban ante Jehová y su cómplice Moisés.
Hay otro detalle de la extrema crueldad de los Ha: Hubo judíos que se impacientaron ante la larguísima travesía por el desierto y se lo hicieron saber a Moisés, manifestándole su inquietud.
La reacción de Jehová no fue precisamente «comprensiva»: «Envió entonces Jehová contra el pueblo serpientes abrazadoras que mordían a la muchedumbre; y murió mucha gente de Israel» (Números 21, 6).
Ésas «serpientes abrasadoras» eran rayos calcinadores provenientes de las armas de los Ha y provocaron cientos de muertos.
Cabe destacar, de «El libro de Enoch», dos capítulos bastantes ilustrativos. Recuérdese que San Agustín afirmaba que la Iglesia lo rechazaba de su canon debido a que lo consideraba muy antiguo, y que, sin embargo, fue aceptado por los primeros cristianos, entre ellos, San Clemente de Alejandría.
Enoch (el que caminó en compañía de los Ha y éstos lo arrebataron al Cielo) nos habla sin tapujos de la unión entre los veganos y las hijas de los hombres, y completa algunos datos que se calla el Génesis.
En el capítulo VI, versículos 1-8 y capítulo VII, versículos 1-6, dice: «Así, pues, cuando los hijos de los hombres se hubieron multiplicado y les nacieron en esos días hijas hermosas y bonitas, y los ángeles, hijos de los cielos, las vieron y las desearon, se dijeron entre ellos: ‘Vamos, escojamos mujeres entre los hijos de los hombres y engendremos hijos’. Entonces, Semyaza, su jefe, les dijo: ‘Temo que quizás no queráis (realmente) cumplir esa obra, y seré, yo solo, responsable de un gran pecado’. Pero los otros le contestaron: ‘Hagamos todos juntos un juramento y prometámonos todos con un anatema no cambiar de destino, sino ejecutar realmente (ese destino)…’ «.
Los Ha participan en varios episodios de la Biblia. Algunos de los personajes bíblicos «fueron arrebatados a los cielos por misteriosos torbellinos y carros de fuego». Era evidente que los veganos abducían a los terrestres para algún tipo de estudio o experimentación.
Así, por ejemplo, el profeta Elías fue arrebatado por un torbellino ante los ojos de 50 profetas y de su compañero Eliseo. Enoch también fue llevado a los cielos en un carro de fuego. El profeta Isaías, asimismo, fue subido a los cielos, acompañado de varios «ángeles».
En el Nuevo Testamento se relata otro «arrebatamiento»: Felipe también fue llevado por un carro y transportado cerca de 40 Km. Las «visiones» de Ezequiel son narradas en otro de los libros: OVNIs (Pluralidad de Mundos habitados).
http://www.grupoelron.org/temasextraterrestres/losextraterrestresenlabiblia.htm