Seamos realistas, en nuestra cultura actual constantemente conectada telemáticamente, encontrar a alguien que no esté estresado de forma habitual es una rareza.
Si alguna vez has tenido esa sensación, lo más probable es que hayas probado algunos trucos para desterrar esos sentimientos de ansiedad. Pero no importa qué trucos emplees, nada cambiará si continúas practicando hábitos poco recomendables.
A continuación se detallan 10 cosas que, según la evidencia científica, no debes hacer si quieres reducir o eliminar para siempre esos sentimientos incómodos.
Permanecer conectado las 24 horas del día
¿Quieres vivir emociones estresantes de forma inmediata? Pasa entonces la mayor parte del día con tus dispositivos móviles, han sido probados científicamente para estresarte. De acuerdo con un informe publicado por la University of Southern California, en 2015 la persona promedio pasará casi 16 horas al día conectada a los medios digitales.
Las redes sociales como Facebook se han vinculado a la angustia digital, induciendo por ejemplo sentimientos de soledad entre los usuarios. Y quedarse enchufado a nuestros dispositivos favorece el burnout laboral, la adicción a la tecnología y otras disfunciones psicológicas. Si quieres deshacerte del estrés, desconecta de vez en cuando.
Evitar lo que te preocupa
Reprimir las emociones o retener las lágrimas, te será de gran utilidad para interiorizar el estrés. Si suprimes tu deseo de llorar o no abordas lo que te está estresando podrías estar dañando tu salud física y mental. La evitación no es una buena estrategia. Cuanto más se trata con las cosas que te causan estrés, mayor es el dominio que tienes sobre ellas.
Ser un adicto a la televisión
Si quieres mantener esas emociones estresantes encerradas dentro de tí, quédate quieto. Los estudios han demostrado que la falta de ejercicio puede acarrear problemas físicos y psicológicos. El ejercicio nos permite mantener la ansiedad bajo control.
El ejercicio de baja intensidad libera sustancias químicas que ayudan a sentirse bien y llega a reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés) en el cuerpo. La actividad física también mejora el estado de ánimo y la función cognitiva global.
Sacrificar tus pasiones por dinero
¿Más dinero, más problemas? No necesariamente, pero ha habido un buen número de investigaciones que han demostrado los efectos estresantes del dinero y su efecto sobre la felicidad.
Según el economista conductual Daniel Kahneman, la conexión entre el estrés y la riqueza puede explicarse no tanto por lo que hacemos para ganar dinero, como por todo aquello a lo que estamos renunciando en su lugar.
Ser ricos suele ser un poderoso predictor de pasar menos tiempo haciendo cosas placenteras y más tiempo atendiendo obligaciones. Independientemente de la cantidad de dinero que se tenga, perseguir el dinero y el poder suele asociarse con el estrés y el agotamiento laboral.
Perseguir la perfección
El esfuerzo que realizan cada día los perfeccionistas suele favorecer un estilo de vida estresante. Ya sea que estén postergando una tarea por la inseguridad de no hacerla como quieren o que se enreden en los hábitos específicos que fomenten la ansiedad, el perfeccionismo puede ser extremadamente agotador.
El perfeccionista reconoce que sus estándares implacables son estresantes y poco razonables, pero cree que lo conducen a niveles de excelencia y productividad que nunca podría alcanzar de otra forma.
Sobreanalizarlo todo
¿Puede resolverse una situación estresante obsesionándose con ella? Rumiar los pensamientos ansiosos sólo tiende a crear más ansiedad. La investigación ha demostrado que las mujeres son un 42 por ciento más propensas que los hombres a sobreanalizar sus preocupaciones.
En 2013 Bob Miglani, en el blog Huffington Post, explicó cómo esta tendencia a pensar demasiado puede sabotear nuestro bienestar psicológico y en última instancia nos impide vivir una vida plena. “Es la mente obsesiva la que trae el caos a nuestros pensamientos y nos impide avanzar en la vida”, escribió. “Es la mente obsesiva la que nos hace sentir ansiosos y preocupados por el futuro.”
Comprar, comprar, comprar
Darse un capricho saliendo de compras puede sonar como una forma ideal para quemar el estrés, pero puede tener el efecto contrario. Según un pequeño estudio realizado en la Universidad Estatal de Michigan, los participantes que puntuaron como materialistas en el experimento tenían una mayor probabilidad de experimentar síntomas de estrés post-traumático y tenían más posibilidades de hacer compras compulsivamente o impulsivamente.
Los investigadores del estudio también encontraron que el materialismo parecía intensificar los efectos del estrés.
Alimentarte del estrés de los demás.
¿Tu amigo está estresado? La mejor manera de aumentar tus niveles de estrés es dejarte llevar por su problemas. Si tratas de ser un buen amigo haciendo tuyas las preocupaciones de los demás, te estás convirtiendo en un excelente candidato para el estrés de “segunda mano”, el que es provocado por el comportamiento de otra persona.
Según Heidi Hanna, miembro del Instituto Americano del Estrés y autora de Stressaholic: 5 pasos para transformar tu relación con el estrés, cuando estamos involucrados en el estrés de otros, se nos envía una señal de que debemos sentir ansiedad también.
“Es importante entender que recogemos el estrés de otras personas debido a que el cerebro es muy sensible a todo lo que le rodea.”
Seguir el lema “Dormiré cuando esté muerto”
La falta de sueño puede afectar de manera significativa a los niveles de estrés y sin él, podemos volvernos irritables y tener más dificultades para hacer frente a lo que nos preocupa.
En una encuesta realizada en 2013 por The Huffington Post, los participantes citaron la falta de sueño como el mayor desencadenante de estrés. Si quieres controlar esas emociones incómodas deja que tu cabeza repose un poco más sobre la almohada, te sorprenderás de la diferencia.
Hacer caso omiso de tus finanzas
Según la Asociación Americana de Psicología, aproximadamente el 76 por ciento de los estadounidenses cita el dinero como una fuente importante de estrés en sus vidas. De hecho, las dificultades para llegar a fin de mes no sólo son causa de ansiedad, parecen afectar además a las capacidades cognitivas.
Las investigaciones realizadas han encontrado que la tensión financiera puede causar una disminución significativa en el cociente intelectual. Pero no es necesario ser rico para tener el control de las emociones. Incluso con un presupuesto apretado, hay maneras de manejar el dinero que no contribuyen a aumentar el estrés.
La APA sugiere ser consciente de las preocupaciones financieras, dirigiéndolas de manera razonable e incluso solicitando la ayuda de un profesional, con el fin de controlar el estrés económico de una manera saludable.
Lectura recomendada: Curación emocional: Acabar con el estrés, la ansiedad y la depresión…
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Jose Manuel Garrido
psicopedia.org