Nuevamente vuelve a salir el tema de Niburu/Planeta X a la palestra, esta vez el algoestácambiando. En la entrada, su autor hace afirmaciones como estas:
Según la historia mística y esotérica, el Planeta X no es un planeta en absoluto, sino una estrella enana marrón, que puede tener su propia órbita alrededor de planetas.
Es posible, agregó, que la NASA ya ha descubierto hace un año el cuerpo celeste, y deliberadamente ha mantenido su presencia en secreto.
Cuando la NASA dice que no hay grandes planetas de nuestro sistema solar que han sido detectados, nos están mintiendo.
Una estrella enana marrón sólo puede ser vista con telescopios infrarrojos de alta potencia.
“Todo lo que puedo decir es lo que no sabemos lo que es,” dijo el Dr. Gerry Neugebauer, científico principal de IRAS Jet Propulsion Laboratory de California de Propulsión y director del Observatorio de Palomar para el Instituto de Tecnología de California en una entrevista.
La explicación más fascinante de este cuerpo de misterio, que es tan frío que no arroja luz y nunca ha sido visto por telescopios ópticos en la Tierra o en el espacio, es que es un planeta gaseoso gigante, tan grande como Júpiter y tan cerca de la Tierra como 50 mil millones de millas.
Deltoyax nos muestra esta información como si fuese reciente, cuando realmente hace referencia a una publicación del Washington Post de diciembre de 1983. En aquel artículo se decía que dos científicos llamados Neugebauer y Houck, usando el satélite astronómico infrarrojo (IRAS) encontraron un planeta del tamaño de Júpiter a unos miles de millones de kilómetros del sol.
En respuesta a una consulta que le realizó por correo Phil Plait (Bad Astronomy), el propio Gerry Neugebauer contestó que el satélite IRAS estaba diseñado para realizar observaciones en radiación infrarroja. Como el ojo humano no puede ver en esta longitud de onda, no se sabía muy bien qué era lo que se iba a poder obtener de estas observaciones. Para sorpresa de todos, se detectaron varios puntos luminosos que no habían sido vistos antes en los telescopios ópticos. En la conferencia de prensa que se dio, ambos científicos dijeron que esos puntos podrían ser casi cualquier cosa, desde el décimo planeta en nuestro sistema solar, hasta una galaxia lejana. Adivinen qué pasó entonces.
Posteriores observaciones ayudaron a averiguar que esas luces eran en realidad nubes de denso gas dentro de nuestra galaxia, y en otros casos las emisiones infrarrojas provenían de galaxias muy lejanas. De hecho esas observaciones provocaron el descubrimiento de un nuevo tipo de objetos: las galaxias ultraluminosas en infrarrojo (ULIRGs). Se trata de galaxias en las que eclosionan nuevas estrellas.
La historia se publicó en respuesta al artículo de investigación titulado “Unidentified point sources in the IRAS minisurvey” (por J. R. Houck, publicado en Astrophysical Journal Letters, 278:L63, 1984). Aunque estas observaciones de IRAS observaron objetos misteriosos, en esta etapa, no había ninguna indicación de que hubiese un objeto (mucho menos una enana marrón) acercándose hacia nosotros. Pero los rumores ya habían comenzado a fluir. Cuando se publicaron posteriores artículos en 1985 (Unidentified IRAS sources – Ultrahigh-luminosity galaxies, Houck et al., 1985) y 1987 (The IRAS View of the Extragalactic Sky, Soifer et al., 1987), ya había pocos, si es que alguno, medio interesado en sus hallazgos. Ya habían comprado la historia de la enana marrón y no querían que nadie les desinflase el bluf.
IRAS nunca observó ningún cuerpo astronómico en los confines del Sistema Solar (ni Nibiru ni planeta X ni ninguna patochada similar). Por supuesto, los apocalípticos afirman que todo se trata de una conspiración de la NASA para ocultar la realidad. Incluso seguro que dirán lo mismo de este artículo, o del original de Phil Plait. De igual modo, el artículo de The Washington Post fue clarificado y corregido debido a presiones de esa misma organización gubernamental. Ese tipo de conductas hace creer a la gente que están teniendo acceso a información privilegiada, lo que ayuda a que la gente pague por ello.