«Cada vez hay más aparatos y productos que dan a los humanos la posibilidad de remediar sus errores, sus torpezas y sus negligencias: volver a pegar, reparar, rectificar, limpiar, curar… ¡Y qué publicidad hacen para todos estos aparatos y estos productos! Pero el aspecto psicológico y moral de la cuestión, es decir, cómo conseguir que los humanos pongan mayor atención en sus gestos, en sus pensamientos, de eso nadie se preocupa. Puesto que las farmacias, los hospitales, los garajes, las lavanderías, las droguerías, etc. están ahí, ¿por qué prestar atención, para qué estar vigilantes?
Se hacen extraordinarios progresos en el dominio material, sin ninguna duda, pero ¿qué sucede en el dominio psíquico?… ¡Y después hablan de economía! La verdadera economía, es estar atentos y ser razonables; la otra economía, la de los economistas, sólo es en realidad una invitación al gasto e incluso al despilfarro. ¿Queréis practicar la verdadera economía, tener en los planos físico y psíquico medios para ayudar a los demás? Pues bien, estad atentos y sed dueños de vuestros pensamientos y de vuestros gestos.»
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