«El gran amor, el éxito, la fortuna, la gloria, ésta es la imagen que los humanos tienen de la felicidad y esperan que todo eso les suceda. Si tarda en llegar, algunos van a consultar a los astrólogos que les dicen: «Sí, sí, el amor vendrá, el éxito llegará… en seis meses, en un año, cuando se produzca tal tránsito o tal conjunción de planetas, entonces encontrará a alguien o sus asuntos se arreglarán.» Se sienten tranquilizados, y siguen esperando…
Pues no, la felicidad no es algo que debamos esperar así del exterior.
La felicidad es ante todo un estado de conciencia que depende de nuestra comprensión de las cosas. No debemos imaginarnos que hemos venido a la Tierra para ver cómo se realizan todos nuestros deseos. Estamos en la Tierra para aprender y perfeccionarnos. Pero, ¿cómo vamos a perfeccionarnos, si no es encontrando cada día nuevos problemas que resolver? Sí, esto tiene que quedar muy claro: la Tierra es una escuela y, como en todas las escuelas, sólo aquellos que aprenden progresan y descubrirán lo que es la verdadera felicidad. »
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