«Cuando, ante ciertas dificultades, sentís que os invaden el desánimo o la desesperación, no los consideréis como enemigos que no tienen el derecho de atacaros, porque, desgraciadamente, sí tienen derecho a hacerlo. Debéis pues aceptar estos ataques diciéndoos que, gracias a ellos, muchas cosas irán mejor después y es verdad, irán mejor.
¿No habéis sentido nunca que después de un gran desánimo, os encontráis de nuevo llenos de energías? ¿De dónde han venido estas energías? Es el desánimo el que os las ha traído. Por supuesto, debéis estar atentos: vigilad que este desánimo no sea más fuerte que vosotros, que no os arrastre como un torrente impetuoso que acabe por engulliros. Aceptadlo solamente como algo inevitable, porque tales estados son inevitables. Si sabéis cómo comprenderlos y vivirlos, será como la primavera después del invierno, os sentiréis regenerados.»
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El desánimo y la desesperación son estados emocionales, que si están en tu psique, puedes, consciente o inconscientemente, dejar que se adueñen de ti y tomen el control, durante mucho o un breve espacio de tiempo. Esto depende del estado de conciencia de dicha psique.
No tienen derecho a nada, nosotros se lo damos….el mando.
Mientras más conciencia se tenga, más breve y débil serán estos momentos. Inmediatamente TU vuelves a tomar el control de tu mente.
Una emoción negativa, no me trae nada bueno, sólo más desequilibrio en la balanza. La conciencia crece poniendo en el otro extremo de dicha balanza, conocimientos elevados y reflexivos…hasta que sólo haya eso, CONCIENCIA.
Me gusta mucho esta reflexión Pauline, sabes que no suelo estar muy en sintonía con algunos de las reflexiones de Omraam Mikhaël Aïvanhov, pero estoy de acuerdo en que el desánimo, la desesperacióny otras emociones que nos causan dolor, son tan compañeras nuestras como todas las demás emociones.
Aceptarlas y permitirles que nos acompañen, el tiempo justo y adecuado, es mejor que luchar contra ellas, eso nos deja limpios y dispuestos nuevamente a seguir con energía.
Personalmente a mi no me funciona taparlas con pensamientos positivos.
Es como querer tapar el olor de agua estancada hechando agua de rosas, no me funciona.