Aida. Sanar a Distancia

Cuerpo y mente

Sanar a distancia es un recurso que se puede usar para ayudar a la persona a curar, calmar el dolor y menguar ciertos síntomas cuando la persona está lejos. Bueno. Lejos es un decir, porque ciertamente, la mente no conoce distancias ni lejanías. Si tú piensas en este momento en un país lejano, y te imaginas que ahí estas, ahí estarás. Quizá tu digas: “Bueno, pero no estoy ahí realmente, esa es sólo mi imaginación”. Pero digamos que lo único que no está en el país lejano es tu cuerpo físico: tu energía, tu atención, ahí están.

Si cierras los ojos y te concentras bien, y visualizas, por ejemplo, un bosque, y cierras los ojos y te concentras en los verdes, pardos y ocres del paisaje, si te enfocas en el sonido de los pájaros, de tus pisadas andando sobre la hierba, en el olor de flores frescas, humedad y hierba, si escuchas el sonido del viento mover las hojas de los árboles…. Sin duda tendrás una experiencia sensorial muy parecida a la que tendrías si estuvieses allá. Esto se llama soñar la realidad.

Soñar la realidad es un recurso visual que se desde tiempos muy antiguos para educar a la mente a manifestar, atraer y crear las cosas que quieres vivir o experimentar con tu cuerpo físico. Cuando tú te enfocas en algo y aprendes a mantener ahí tu atención, entonces tu energía empieza a crear cierta frecuencia, cierta polaridad que empieza a atraer a tu vida las circunstancias para que tu tengas la experiencia, ahora si, corporal de lo que has visualizado.

La visualización es un recurso usado por grandes maestros de la mente, en todos los tiempos, para transformar y atraer la realidad soñada.

¿Cómo sucede la cura a distancia?

Porque cuando tu te enfocas en cualquier cosa, y sabes visualizar y usar tu atención para transformar la realidad, entonces tu pensamiento se vuelve una especie de antena, que emite señales o energía hacia el objeto enfocado. Y con esto, puedes afectar no sólo tu cuerpo y tu realidad, sino la energía y el cuerpo de los demás. Es como una antena, no necesitas tener un satélite en tu sala para recibir la señal, aunque este muy lejos de tu casa, puedes recibir la señal del satélite. Asi funcionan tus pensamientos. No importa donde estés. La señal hacia donde envíes tus pensamientos, la podrá recibir a mayor o menor medida, tanto como tu sepas enviar energía con tu pensamiento.

Y es muy importante, claro, que siempre que desees sanar a distancia, la persona que deseas apoyar esté de acuerdo, ya que así se respeta lo que se conoce como libre albedrio. La enfermedad es un camino de evolución. Si tú intentas quitar la enfermedad de alguien si tener en cuenta el aprendizaje de la enfermedad antes que nada, entonces no lo ayudaras mucho. Quizá lo motives a que es posible sanarse y se sienta bien un rato, pero la enfermedad regresara y los síntomas volverán a manifestarse si no le enseñas también a entender lo que realmente la esta enfermando.

Ayudar a una persona a cambiar sus pensamientos, es ayudarla a ver nuevas formas de entender la vida. Esto es parte de una curación. Ayudar a la persona a transformar su forma de reaccionar, para que entonces sus pensamientos, que son energía, afecten al cuerpo de forma positiva.

Para ayudar a sanar a una persona a distancia

Debes considerar que su energía esta en baja frecuencia, es decir, que su energía esta débil, estancada, fluyendo lento, por lo que el cuerpo lo manifiesta en debilidad o enfermedad. Lo que necesitas es empezar, como se explica, a ayudarla a cambiar su forma de ver las cosas, a desahogar emociones, para que la energía que tu emitas pueda ser mejor absorbida por su cuerpo.

Fluir es la palabra clave en todos los procesos curativos.

Si observas, todas las personas que están enfermas, se sienten estancadas en algún punto de sus vidas. Sienten que “algo no fluye” como quisieran. A veces no lo reconocen a la primera porque no están conscientes de ello. Pero si ahondas un poco más, ellas mismas notaran que se sienten estancadas, detenidas, sometidas, enfadadas o impuestas por alguna persona o situación.

Para esto, debes hacerle ver que cosas no le están haciendo sentir bien en su vida, donde se siente triste, enfadada, estancada, qué cosas no le han gustado. Este es el primer paso para que su energía empiece a fluir.

Luego entonces, puedes decirle que la apoyaras con energía, lo cual significa que le ayudaras a su energía a elevar su frecuencia y esto es solo un apoyo realmente, porque si en el fondo la persona no está realmente dispuesta a sanar porque encuentra algo “importante” en su enfermedad (cómo llamar la atención, querer mimos o que la atiendan, etc.), entonces será difícil que se logre una verdadera curación. Por esta razón, debes centrar a la persona en que su felicidad depende de ella, de lo que se aprenda a dar y no del como reaccionen los demás o de lo que reciba del entorno. Esperar mucho de los demás es una de las causas más profundas de las enfermedades. Y si una persona quiere que la ayudes a sanar, sin ella participar en el proceso y hacerse responsable de lo que le pasa, y de lo que quiere y necesita, entonces quizá lo que desee más que sanar es tu atención, que tu le des sin participar ella de forma más profunda en su aprendizaje. Y esto no la ayudara ni a ella ni a ti. Tienes que hacerle énfasis en que ella debe apoyar su curación quizá con alguna dieta, ejercicio, etc. Y hacerle ver que la curación depende más de ella que de ti.

Para empezar a enviar energía curativa a una persona, necesitas haber entrenado antes, haber practicado ejercicios de enfoque y visualización, contigo, con plantas o animales, y sobre todo, ser un canal fluido, pues entre tu energía este más limpia y fluida, y más comprensión tengas de cómo funciona este proceso curativo energético, más podrás emitir energía de alta frecuencia hacia la persona o circunstancia que gustes.

Y nada mejor para esto que empezar a practicar con uno mismo.

Un ejercicio que te puede ayudar a empezar a entrenar tu enfoque curativo a distancia:

  1. Busca un lugar cómodo y siéntate. Haz algunas respiraciones con tus ojos cerrados para que el cuerpo empiece a relajarse. Si te sientes distraído o no te puedes concentrar fácilmente, haz algo de ejercicio o camina un rato para liberar el exceso de energía.
  2. Ya sentado y más relajado, cierra tus ojos y concéntrate en cada parte de tu cuerpo. Observa tus pies haciendo contacto con el suelo, tu espalda recargada en el respaldo, tus manos sobre tus piernas, etc.
  3. Mientras respiras, reconoce que tú tan solo eres un canal de energía, y que realmente la curación está siendo efectuada por tu energía o cuerpo divino al que te conectaras. Esto es un poco complejo de explicar, pero poco a poco, con práctica, empezaras a comprender y a sentir que significa realmente el conectarte con tu esencia divina. En este momento, basta con tu intensión. Pon tu mano en tu corazón y haz una afirmación antes de cada curación: “Bajo mi autoridad divina, pido se manifieste esta curación en armonía y evolución conmigo, y con los que me rodean. Y que así sea”.
  4. Mientras respiras escoge alguna parte de ti que desees sanar o sientas débil, o escoge a una persona que este enferma. También puede ser un animalito.
  5. Si te has escogido a ti o a un animalito, céntrate en la parte de tu cuerpo, o de su cuerpo, que desees sanar: si es el hígado, el riñón, los huesos, etc., Si deseas empezar a apoyar a una persona a distancia, céntrate en su rostro.
  6. Una vez que tengas ya bien visualizado la parte de ti o persona que deseas sanar, entonces, empieza a visualizar esa parte sana, fuerte, visualiza cada célula con luz azul, que es energía de alta frecuencia. Mientras visualizas y te concentras en lo que desees sanar, repite en tu mente “Yo soy quien mira salud perfecta, quien mira juventud, fuerza y belleza en este cuerpo”.
  7. Trata de concentrarte lo más que puedas en este enfoque, si te distrae algo, o la duda te hace ruido, solo retoma y continúa. La duda siempre existirá cuando no has hecho verdad algo en tu vida. Para que la duda se vaya, necesitas conquistar nuevas realidades y explorar caminos nuevos.

Practica este primer ejercicio diariamente, cinco minutos al día. Recuerda que tu intensión es la primera clave en todo proceso de visualización curativa.

Vivir SabiaMente

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.