La resonancia, los cuerpos en vibración. Existen más sonidos de los que oímos. Hablamos de cómo nos afectan.
No cabe duda que la música influye de forma directa en nuestro estado anímico, pero su incidencia va mucho más allá. Existen ya estudios que demuestran sus efectos sobre la frecuencia cardíaca o la presión arterial. Así pues la música, sonidos ordenados a través de la melodía, la armónica y el ritmo, ejercen un poderoso efecto en el cuerpo.
Las diferentes culturas que ha conocido la tierra a lo largo de la historia han realizado todo tipo de rituales y ceremonias empleando la música o la voz, el sonido, para crear un ambiente determinado. Desde los mantras hindúes a los cantos realizados en ceremonias de los indios americanos, acabando en los cantos gregorianos.
La resonancia es el fenómeno que se produce cuando los cuerpos vibran con la misma frecuencia, uno de los cuales se puso a vibrar al recibir las frecuencias del otro. ¿Podemos llegar a vibrar con la misma frecuencia que otra persona o que nuestro entorno?¿Son capaces nuestras células de sincronizar su vibración? ¿Qué sucedería en ese momento? Son preguntas que nos hacen pensar en el poder que llega a tener el sonido.
Pero ese poder no termina ahí. Nuestro mundo, físicamente, se encuentra constituido por átomos, que a su vez forman moléculas que contienen una frecuencia vibratoria específica. Si nosotros fuésemos capaces de cambiar la onda de frecuencia de esos átomos a través del sonido, ¿podríamos cambiar la realidad del mundo que nos rodea? E aquí el ilimitado poder del sonido.
Pero ¿qué es el sonido? El sonido, en física, es cualquier fenómeno que involucre la propagación en forma de ondas elásticas (sean audibles o no), generalmente a través de un fluido (u otro medio elástico) que esté generando el movimiento vibratorio de un cuerpo.
Dentro del sonido encontramos, en orden de frecuencia, los infrasonidos (por debajo del lo audible), el espectro audible, que se halla conformado por toda la gama de frecuencias que pueden ser percibidas por el oído humano (desde graves a agudos, de menor a mayor frecuencia) y los ultrasonidos (por encima del audible).
Y, ¿qué nos dice la ciencia de estas frecuencias?. Que nosotros no seamos capaces de oír los infrasonidos o los ultrasonidos no implica ni que no nos afecten, ni que seamos los únicos que no los oyen. Ejemplifiquemos.
Los infrasonidos son utilizados por animales grandes como el elefante para comunicarse en amplias distancias sin problema alguno. Recientemente, se ha demostrado que los elefantes registran el infrasonido no sólo con sus oídos, sino también al sentir las vibraciones producidas por ellos mismos mediante sus patas, ya que sus uñas actúan como sensores conductores de sonidos de baja frecuencia.
Los infrasonidos son también normalmente producidos por el cuerpo humano, por ejemplo los músculos al resbalar unos sobre otros para permitir movimientos pueden producir infrasonidos de 25 Hz, el corazón produce infrasonidos en torno a los 20 Hz.
Se considera que los infrasonidos aunque no son conscientemente perceptibles pueden provocar estados de ansiedad, tristeza, temblores en ocasiones por imperceptibles desplazamientos de aire. Por ejemplo, ondas de elevado volumen pero comprendidas entre los 0,5 y 10 Hz, son suficientes para hacer vibrar al vestíbulo (parte del laberinto auricular, en el oído interno).
Los infrasonidos producidos por motores como los de ciertos acondicionadores de aire o aviones de reacción pueden provocar vértigos, náuseas y cefaleas al ser afectado el laberinto auricular
Los ultrasonidos también son utilizados por algunos animales como los delfines y los murciélagos. Lo utilizan de forma parecida al radar en su orientación. A este fenómeno se lo conoce como ecolocalización.
Los ultrasonidos son utilizados habitualmente en aplicaciones industriales (medición de distancias, caracterización interna de materiales, ensayos no destructivos y otros). También se emplean equipos de ultrasonidos en ingeniería civil, para detectar posibles anomalías y en medicina (ecografía, fisioterapia, ultrasonoterapia).
Un ejemplo del uso del ultrasonido en el campo médico son los dispositivos tales como el doppler fetal, el cual utiliza ondas de ultrasonido de entre 2 a 3 MHz para detectar la frecuencia cardíaca fetal dentro del vientre materno. Otro ejemplo de su uso en medicina es la Litotricia extracorpórea por ondas de choque, una técnica terapéutica para el tratamiento de la litiasis renal.
Pues bien, uno de los motivos de este artículo, no solo es plantear lo lejos que aún estamos del conocimiento íntegro de esta rama de la ciencia y de sus posibles aplicaciones, sino además dar a conocer uno de sus más increíbles avances; la levitación.
Un grupo de investigadores de la universidad de Tokio hicieron flotar objetos en perfecta formación usando el sonido. Desafiaron a la gravedad gracias al poder de las ondas ultrasónicas. Los científicos han experimentado con la levitación acústica durante muchos años para suspender material en el aire, lo novedoso es la posibilidad de mover esos objetos en tres dimensiones. Esto ha sido posible gracias a la particular disposición de los emisores de las frecuencias ultrasónicas.
Cuatro focos fueron puestos frente a frente, creando muros de sonido que se combinan para generar u “punto focal ultrasónico”, que puede ser movido, junto al objeto atrapado en él, ajustando el ruido que emite cada uno. El sistema opera totalmente en silencio, ya que los ultrasonidos, como ya hemos explicado, están fuera de nuestro rango de audición. En cualquier otra época de la historia este fenómeno habría sido tachado de magia, pero es ciencia. Os dejo el link de youtube para que os fascinéis con lo que nos depara el futuro.
Solo quiero añadir que esta rama de la ciencia, aún por explorar, nos abre un mundo de posibilidades infinitas, y como ya aventuró Alice A. Bailey, el sonido es la ciencia del futuro. Y por citar a uno de los grandes en el campo científico:
“Si quieres descubrir los secretos del universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración” Nikola Tesla.
LEVITACIÓN y SONIDO
¿Realmente somos conscientes del fenómeno de la levitación en la historia de nuestro planeta?
La leyenda Maya dice que la pirámide del Mago fue creada en una noche por un enano. Él podía cortar, mover y colocar piedras enormes sólo utilizando un instrumento de percusión…
En la mitología griega Anfión (aficionado a la música y al arte), hermano gemelo de Zeto e hijo de Antíope y Zeus, fue, al parecer, instruido por Hermes en el arte de tañer la cítara. Se cuenta que, de tan buen arte hacía muestra que en la construcción de la muralla de Tebas, mientras Zeto hacía uso de su capacidad física, Anfión tocaba la lira de forma que las piedras le seguían y se colocaban en su sitio.
Desconocer realmente el proceso de construcción de monumentos como la Gran Pirámide de Giza, Stonehenge, o los grandes templos griegos, por dar un ejemplo, no significa que no exista la posibilidad de que hayan sido construidos por levitación.
No resulta sorprendente si leemos a Bruce Cathie, en su libro Anti-gravity and the World Grid, evidencia cómo los monjes del Tíbet están familiarizados con las leyes que rigen la estructura de la materia y son capaces de levitar piedras pesadas con la ayuda del sonido.
Sin duda más de uno habrá oído hablar de Coral Castle, con sólo herramientas primitivas, Leedskalnin levantó bloques de piedra de muchas toneladas. El Castillo de Coral es un moderno recordatorio de la posibilidad de mover enormes piedras como lo hicieron nuestros antepasados…
Entonces, ¿cómo se pueden hacer levitar dichos objetos?
Helena Blavatsky lo define así:
“La atracción de nuestro planeta retiene a los cuerpos en la superficie terrestre; pero ¿cómo explicar que la ley de gravitación haya sido infringida muchas veces por levitaciones de personas y de objetos inanimados? La condición de nuestro sistema fisiológico, al decir de los filósofos teúrgicos, depende en gran parte de nuestra voluntad, que bien regulada puede operar entre otros “milagros” el cambio de polaridad eléctrica, de negativa en positiva, de modo que el imán–tierra repela el objeto o cuerpo y no ejerza la gravedad acción ninguna. Será entonces tan natural para el hombre lanzarse al espacio, hasta que la fuerza repulsiva pierda su eficacia, como antes permanecer sobre la tierra. La elevación de su vuelo dependerá de la mayor o menor habilidad en cargar su cuerpo de electricidad positiva. Obtenido este dominio sobre las fuerzas físicas, la levitación es cosa tan sencilla como el respirar.”
Bruce Cathie nos dice que esas enormes piedras levitaron lentamente, tomando 3 minutos para ascender 250 metros hasta tomar tierra mientras los monjes cantaban y tocaban una serie de instrumentos, fue así como obtuvieron su “dominio sobre las fuerzas físicas”.
Sonido y consciencia… La conciencia debería vibrar a la par que el sonido que se está emitiendo para poder efectuar algún cambio en la materia… Para llegar a levitar esas grandes piedras no creo que fueran unos “simples” monjes quienes realizaran ese trabajo sino seguramente seres con un elevado nivel de conciencia…
¿Y el sonido?
Cuando no me ve nadie, como ahora, gusto de imaginar a veces si no será la música la única respuesta posible para algunas preguntas.
Buero Vallejo
El sonido abarca una amplia gama de frecuencias que el oído humano no puede percibir. Toda partícula en el Universo vibra a determinada frecuencia, por tanto es una forma de sonido. Lo que percibimos como sólido, líquido o gaseoso, no es más que la misma materia vibrando a diferentes frecuencias. El sonido es una frecuencia alta de vibración en comparación con el cuerpo humano, esto quiere decir que el cuerpo humano es una vibración o sonido “condensado”, es decir, vibrando a una frecuencia mucho más baja, por lo que el sonido afecta directamente la materia. Esto incluye a nuestro cuerpo físico. Si todo el universo es sonido vibrando a diferentes frecuencias, las frecuencias mas altas tienen una tremenda influencia sobre la materia. Un ejemplo de esto es la voz de una cantante de opera que al entonarla a la misma frecuencia del cristal, hace que este se rompa.
Según la física dos frecuencias iguales se anulan. Otro ejemplo, es cómo el sonido de los aviones puede afectar las edificaciones cercanas a un aeropuerto, rompiendo los vidrios de las ventanas y creando grietas en las paredes de las casas.
Según la Biblia, los antiguos israelitas conocían muy bien el poder del sonido. La historia cuenta que durante el sitio de Jericó, los sacerdotes emitieron un fuerte sonido con una especie de trompetas, lo cual ocasionó que los muros de la ciudad se derrumbaron. Evidentemente, los sacerdotes debieron conocer la frecuencia a la que vibraban las moléculas de los muros y crearon un sonido de una frecuencia idéntica. Esto es similar al ejercicio de romper copas de cristal por medio de la voz…
En la tradición cristina, judía y musulmana, las cuales comparten el Génesis, se dice que Dios utilizó el poder del sonido para crear el universo. Según ese libro Dios “dijo”, es decir pronuncio la palabra “Haya luz” e inmediatamente “La luz se hizo”
En la tradición Hindú –que es de una tradición más antigua que la judeo-cristiana- los Vedas, su libro más sagrado dice lo siguiente:
“Y al principio fue Brahma, con quien estaba la palabra”, y fue el sonido (mantra) OM el medio por el cual se creó el universo.
El Hinduismo habla del poder de los mantras o palabras sagradas, cuya repetición (frecuencia) puede alterar el estado de conciencia de las personas, e incluso, generar cambios físicos como sanaciones y milagros.
El sonido ha sido ampliamente usado en todas las culturas antiguas como un medio para comunicarse con el Ser Superior y para lograr sanaciones; desde Australia hasta sur, centro y norte América el sonido ha sido una fuente de estudio místico y religioso.
En la antigua Grecia Apolo era el dios de la música y la sanación. Había templos donde se sanaba a las personas por medio del sonido, armonizando tanto el cuerpo como el espíritu. Los sacerdotes egipcios, quienes también eran músicos, utilizaban el sonido para equilibrar los centros energéticos del cuerpo humano. La tradición mística islámica, conocida como Sufismo, llama al sonido “Ghiza-I-ruh” (“alimento para el alma” ) y lo utilizan de una forma muy variada y con múltiples aplicaciones para sanar distintas dolencias y restablecer el equilibrio de la persona. La música y el baile son utilizados para alcanzar estados alterados de conciencia que permiten contactar con el Ser Supremo (Alá). Los budistas tibetanos afirman que cada cosa tiene su sonido y que este depende del estado del ser y de la cosa que produce el sonido. Ellos afirman que un maestro del sonido puede dar vida o quitarla, dependiendo de la manera como lo use.
En el siglo XX han surgido numerosos estudios e investigadores que se han interesado en este tema:
Un caso interesante del uso del sonido que deseo comentar es el de la geo-bióloga americana Christian Hummel ha encontrado una aplicación más práctica del sonido para elevar la vibración del entorno y descontaminar el ambiente:
Ella viaja por el mundo entero demostrando la manera de equilibrar nuestro planeta por medio del sonido. En los lugares donde ella ha estado ha hecho que las ballenas y los delfines regresen después de haber estado ausentes por mucho tiempo debido a la contaminación y al desequilibro de la naturaleza causados por el hombre.
Esta interesante mujer utiliza un aparato al que denomina “armonizador”, el cual emite determinada vibración que reestructura las moléculas a su alrededor haciéndolas recuperar el equilibrio. Esta unidad transmisora consiste en un simple objeto geométrico de cobre enroscado que actúa como una antena.
Según Christian: “El canto de los pájaros provoca el mecanismo de floración de las plantas. El croar de las ranas, saltamontes y otros insectos contribuye de forma vital a la sinfonía de Gaia, provocando la lluvia. El sonido de los delfines es el responsable de los patrones de crecimiento de las barreras coralinas ” Según Christan existe una “matriz bio-acústica” o envoltura sónica de los ecosistemas, que está formada por los sonidos que emiten los animales e insectos de la región. Estas emisiones sónicas serían necesarias para mantener la salud del ecosistema, armonía que el hombre también puede ayudar a mejorar con la emisión de determinados sonidos. “El sonido es la fábrica de vibración subyacente que crea los patrones de luz que vemos a nuestro alrededor. Con los sonidos, por lo tanto, podemos reordenar esta realidad circundante”.
Las aplicaciones del sonido son muy variadas y pueden conducir a mejorar o a dañar nuestro mundo, dependiendo del uso que le damos en un momento dado…
Pitágoras, Tales de Mileto, Mozart y el gran filósofo Platón en su obra “Timeo”, y muchos otros, escribieron acerca del sonido diciendo que éste genera los patrones geométricos de la energía, estos patrones existen en nosotros mismos, nuestra tierra, y el Universo. Todo vibra en diferentes niveles del Universo. Esta vibración produce música, que produce a su vez otros patrones los cuales producen energía… Cada vibración es única y crea un círculo completo…
Los aborígenes en Australia, Egipcios, Griegos, Mayas, Toltecas, Asiáticos, los grandes músicos y artistas: Da Vinci, Mozart, etc., la música, la arquitectura y los grandes artistas pusieron matemáticasen sus obras planeando perfectamente la vibración y energía en el diseño…La idea de mover la energía en una forma rápida y precisa, es muy antigua…
Antiguamente sabían que la Tierra tiene patrones geométricos de energía que cruzan el mundo, creando zonas energéticas o vórtices, al igual que la acupuntura China divide el cuerpo en meridianos y vórtices (creando un patrón geométrico), (los orientales nombran a esta energía Qi, vibración, sonido y color). Cada zona vibra de una manera característica, emite su particular sonido, y antiguamente seguramente eran conscientes de ello pues estructuras, templos y pirámides fueron zonificadas geométricamente para acentuar el vórtice energético:
– En Australia, Egipto, Guatemala, México, Perú, Turquía, Irán y muchos otros lugares en el mundo, hay leyendas de los “portales” que se utilizaron y actualmente se utilizan para viajar entre dimensiones.
– En las leyendas del Perú nos encontramos con historias de portales que se abren permitiendo que los visitantes de las estrellas vengan a nuestro mundo.
– En el Lago Titicaca, los lugareños dicen que hay un portal de donde seres muy altos entran y salen en determinados momentos. Algunos portales están dentro del agua.
– Markawasi, el bosque de piedras en el Perú, es todavía un misterio. Tiene formaciones que representan figuras que fueron hechas antes de la fecha en que el Imperio Inca naciera. Aquí se dice que se encuentra uno de los portales.
– En Tula, Hidalgo (México) donde los hermanos blancos de las estrellas vienen a visitarnos a través de los portales o puertas, está el “Atlantes”. Esculturas que son similares a las de Perú, Japón, Arizona, etc., vestidos como los astronautas de hoy en día.
– Uxmal, Cobá, Palenque, Bacalar, Chicanná, Tepoztlán, y otros sitios en México, son famosos por su actividad de fenómenos desconocidos, todos relacionados con los vórtices energéticos.
– Cerca de la Ciudad de México, en el Valle Sagrado de Tepoztlán, hay un lugar muy especial, Tepoztlán. Extrañas luces se pueden ver por la noche en la parte superior de las montañas que rodean el lugar. La leyenda del lugar habla de un portal de donde entran y salen naves y viajan entre diferentes dimensiones…
Una pirámide se encuentra en la parte superior…
¿Por qué construyeron una pirámide en la parte mas alta de esas montañas que son tan difíciles de escalar? ¿Por qué no se construyó en el valle? ¿Y cómo fue construida?
No hay duda que estos lugares energéticos son importantes, en ellos observamos monumentos de grandes dimensiones en la mayoría de los casos.. Evidentemente la energía de estos lugares es muy característica, ¿eso facilitó por ejemplo la construcción de la Gran Pirámide? a mi entender así fue. ¿Que sucedería en la actualidad si se potenciaran estos lugares energéticos con cierto tipo de sonido? ¿quiénes serían los destinados a emitirlos?
Teniendo en cuenta que todo es cíclico si antiguas civilizaciones utilizaron la levitación, un día seguramente la manejaremos, pero considero que el paso real para evolucionar y volver a adquirir ciertos antiguos conocimientos es transformar nuestra conciencia, una vez ésta se transforme conoceremos el manejo del sonido y podremos hacer levitar también nosotros piedras de enormes dimensiones, si ese es nuestro deseo. Entenderemos el proceso de conexión con estas energías que nos rodean y sentiremos estas vibraciones pues en cierta manera, nos transformaremos en pura energía…
Hasta ese momento sólo seremos meros espectadores…
Stellablu
Levitar Piedras
Ahora vamos a reconsiderar una teoría de la que no se ha hablado nunca en otros artículos o libros sobre la Gran Pirámide. Todo comenzó cuando me encontré con un texto singular, en el obelisco de 121 toneladas de la Heliópolis, erigido para el aniversario del faraón Sesostris, en el año 1942 a.C. El texto jeroglífico dice lo siguiente: “13.000 sacerdotes salmodiando delante de un espejo enorme bruñido en oro”. ¿Con que finalidad?
De repente me acordé de las investigaciones de Bruce Cathie sobre la antigravedad. Este autor de libros especializados cuenta que en 1939 un médico sueco llamado Jarl, estando en Egipto, recibió el requerimiento de un amigo para viajar al Tíbet a curar a un lama. Como sus remedios tuvieron éxito, los lamas le permitieron filmar ceremonias que hasta entonces se consideraban secretas.
En una de ellas, una serie de monjes tibetanos, cantando y salmodiando, dispuestos en un arco de 90 grados que medía 63 metros, frente a una piedra pulida lisa, hacían uso de 13 tambores y 7 trompetas tibetanas. Por lo visto, lo que vio y oyó es cómo los monjes aumentaban el ruido de sus oraciones, hasta que un enorme bloque de piedra que se encontraba a sus espaldas, comenzó a mecerse.
Al rato, el bloque de piedra levitó a una velocidad más que considerable, en dirección hacia una plataforma, enfrente de una caverna, a 250 metros de altura. Cada piedra, que debía pesar algunas toneladas, ascendía de la nada durante 3 minutos y luego aterrizaba en la plataforma. En definitiva, lo que los monjes hacían era transportar, de un modo controlado, decenas de bloques de piedra suspendidos en al aire, a una distancia de casi medio kilómetro.
Biblioteca Pleyades, Despertando A Un Nuevo Mundo, y FC