Un antiguo cuento zen nos habla del miedo y nuestra relación con él.
Érase un ratón que se hallaba en constante estrés por miedo al gato. Un mago se apiadó de él y lo transformó en un ágil felino. Pero entonces, el pobre animal se empezó a asustar del perro.
El mago, con otro golpe de vara, lo transformó en un fuerte can. Pero, al poco tiempo, el agobiado animal empezó a temer al tigre.
El mago, aunque ya un poco cansado, lo transmutó en un poderoso tigre, el rey de los felinos. Y en ese punto, a nuestro animal le entró un ataque de pánico ante la presencia del cazador. El mago dio un suspiro, harto de tanto trabajo. Cogió su varita, la alzó y dijo:
— ¡Te convierto en ratón y esta vez es para siempre!
Y añadió:
— Nada de lo que yo haga va a servir, amigo, porque primero tienes que aprender a ser feliz como un ratón.
—
www.infomistico.com