Es algo que ya hemos visto con anterioridad, más a menudo de lo que podemos imaginar: eventos manipulados, enfrentamientos falsos, terrorismo de falsa bandera, asesinatos en masa planificados y un elenco de personajes, entre ellos “titanes” de las finanzas, tipos de Washington y almirantes y generales conspirando.
La “guerra” comenzó en plenas vacaciones, entre Navidad y Año Nuevo.
No se inició en un campo de batalla, sino en las salas de juntas y en los baños públicos donde los negocios se realizan en secreto en Washington; y en el Estrecho de Ormuz.
Esto es lo que sucedió:
Los poderosos hermanos Koch, cuyas donaciones secretas controlan la prensa de Estados Unidos, y no hablamos solo de Fox News y de Infowars, sino de todos los medios, la televisión y las películas, miles de sitios de Internet e incluso comisiones financieras, en las que se propagan rumores que manipulan los mercados, fueron los que lo iniciaron.
El ataque fue doble:
– Por un lado, crear una falsa escasez petrolera de un solo día de duración, mediante una serie de informaciones incorrectas sobre datos de producción y sobre los inventarios petrolíferos de Estados Unidos. Eso tenía que ser hecho en una escala mucho más grande de la habitual, debido a la nueva política de permitir las exportaciones de crudo de EEUU iniciada por Obama.
– Por otro lado, informar a los títeres pagados en el Pentágono para que reportaran un incidente en el Golfo Pérsico, ya fuera mediante la organización de un incidente o, de ser necesario, incluso matando a estadounidenses y culpando de ello a Irán.
Habían hecho esto muchas veces antes.
La escasez de petróleo, de unos 2,6 millones de barriles extraídos de los libros de cuentas, provocó una subida de los precios de hasta en un dólar por barril.
Esto, combinado con un disparo imaginario perpetrado por Irán a sólo un kilómetro de distancia del portaaviones estadounidense USS Harry S. Truman, tuvo un poderoso efecto durante 24 horas.
Arabia Saudita había malgastado la mayor parte de su cartera de inversiones, vertiendo dinero en ISIS y en su guerra en Yemen. Como los precios del petróleo cayeron a niveles de 1970, trasladaron sus fondos restantes a los mercados de bonos.
Estos mercados se han visto impulsados recientemente por un aumento de las tasas de interés de la Reserva Federal, después de años de recortes que habían destruido los ahorros restantes de los jubilados estadounidenses que aún no se habían perdido tras la crisis de 2008.
En un período de 24 horas, gracias a los sobornos pagados al Departamento de Energía de Estados Unidos y el Departamento de Defensa de Estados Unidos, se ganaron 5000 millones de dólares en ganancias ilegales en petróleo y en bonos de futuros, esta vez sin disparar un solo tiro.
Al día siguiente, Irán anunció que no se había producido ningún incidente y que los EEUU fueron los que lo simularon todo.
Las noticias financieras, anunciaron que la escasez de petróleo anunciada había sido un error, a pesar de haber provocado una subida de un día en los futuros del petróleo, que también coincidió con un aumento de 0.30 dólares en el precio de la gasolina que sufragaron la gran cantidad de viajeros estadounidenses que viajaron durante las festividades navideñas.
Otro 5000 millones de dólares fueron ganados mediante la especulación en los precios de la gasolina, pues los precios se mantuvieron altos a pesar de que el precio del petróleo cayó en 1,37 dólares por barril en cuestión de minutos.
Así pues, lo que vimos durante estas vacaciones navideñas, algo que ha sucedido otras veces, fue la creación de crisis manufacturados con conocimiento previo, habilmente coordinadas con una falsa información sobre las reservas de petróleo, para que grandes multimillonarios pudieran ganar en pocas horas enormes cantidades de dinero.
Estos beneficios ilegales procedentes de los juegos sucios del Pentágono a la hora de manipular el precio del petróleo, se utilizan para que EEUU pueda mantener el control y aumentar su creciente penetración en otros países, relativa a su política exterior.
Esto es lo que sucede constantemente en la corrupta ciudad de Washington:
– Las agencias de inteligencia hacen llegar informes falsificados a la Casa Blanca y al Pentágono, presionando para que aumenten las sanciones contra Rusia e Irán, coordinando estos engaños con operativos secretos de la CIA y comandos militares clave.
– Adicionalmente, los comandantes operacionales preparan todo un calendario de incidentes manufacturados. Como ejemplo en el pasado inmediato, tenemos que los contratistas de la CIA, introdujeron gas sarín desde Turquía a Siria, casi provocando una guerra mundial.
– Los dueños de los medios de comunicación, trabajando con aquellos que manejan a los payasos aspirantes a la presidencia del Partido Republicano, aumentan gradualmente la retórica belicista, tanto antiislámica como antisemita, jugando en ambos lados, mientras inflaman las tensiones raciales entre blancos y negros en la Estados Unidos, algo de lo que se encargan especialmente medios pagados como los derechistas Fox News o al “alternativo” Infowars.
Pero en este gran juego, podemos encontrar a muchos otros jugadores más pequeños, demasiados como para poder contarlos.
Por ejemplo, hablamos de la Raytheon Corporation. Cada vez que un avión es derribado en algún lugar, Raytheon tiene un interés, pues es el fabricante de los misiles Stinger, los Patriot y otros sistemas de misiles. Raytheon ofrece cerca de mil misiles TOW a ISIS y a Al Qaeda cada mes.
Nadie pregunta por qué o cómo los terroristas consiguen entregas regulares de armas que incluso algunos de los aliados de Estados Unidos son incapaces de adquirir sin un permiso especial del Departamento de Estado de EEUU.
¿Acaso esto no da a Raytheon Corporation una razón de peso para querer manipular los acontecimientos? ¿Acaso esto no demuestra que para esta empresa armamentística, el terrorismo es un buen negocio?
Cuando analizamos corporación tras corporación y entrecruzamos su gestión, sus inversores, los políticos a los que pagan y los eventos manipulados de los que se benefician, y añadimos a ellos el robo a escala masiva del petróleo y la manipulación de los mercados y el fraude masivo de los bancos centrales, las monedas y el FMI, vemos claramente que la guerra es sólo una estrategia de negocios, una simple herramienta más para conseguir grandes beneficios.
Algo que deberíamos recordarles a todos esos patridiotas fanatizados que creen que dan la vida por una bandera o por una patria, cuando en realidad no son más que simples fichas movidas sobre un tablero para que cuatro criminales, desde sus lujosos despachos y clubes privados, ganen ingentes cantidades de dinero mientras se fuman un puro …
Gordon Duff