«En cualquier campo, sea el político, el social, el científico, el religioso, el moral, se oye a la gente hablar de responsabilidad. Presidentes, ministros, generales, directores, padres, profesores, etc., todos saben que son responsables. Muchos seres humanos y muchos acontecimientos dependen de ellos, de su conducta, de sus decisiones. Pero en realidad la noción de responsabilidad se extiende mucho más allá, porque todas las criaturas que existen están conectadas entre sí y se influencian mutuamente. De esta manera, cada una, no sólo con sus actos sino también con sus pensamientos y sus sentimientos, ejerce una influencia sobre las demás.
Hagan lo que hagan, los humanos son responsables. Pero lo ignoran o, aún sabiéndolo, no lo tienen suficientemente en cuenta, por eso hay tantos sufrimientos en el mundo. Si queréis manifestaros como seres útiles, benéficos, esforzaos por tomar cada una de vuestras actividades como una ocasión de elevaros espiritualmente. Aunque os parezca que lo que hacéis no tiene ningún efecto, en realidad siempre hay en alguna parte, no se sabe dónde, algo bueno que se despierta y que recibe un impulso.»
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