Amenhotep IV, también conocido como el faraón Akenatón, estaba destinado a ser recordado por su intento de una conversión religiosa del antiguo Egipto; que vio a los viejos dioses dejar a un lado y reemplazado por un solo dios, Atón.

Akenatón se enfrentó al poderío de los sacerdotes de Amón-Ra; y, forzada por los militares, los templos estaban cerrados y los nombres de los dioses fueron retirados de estatuas e inscripciones lo largo y ancho de la tierra. Akenatón y su familia estaban más preocupados por su nueva religión, y dejaron el imperio sin protección y debilitaron – dirigido por un rey ineficaces más interesado en la poesía y la naturaleza en lugar de gobernar. Las estatuas y las inscripciones representan Akenatón y su familia con cuellos largos y delgados, frentes inclinados y cráneos alargados, y esto ha llevado a reclamos de que el rey sufrió de diversos trastornos, o incluso de que era mujer. Él era un hombre feo, deforme luchando con sus propias anomalías mentales y físicas. Esta es la historia que la mayoría de la gente sabe, pero es cierto?

Tenemos que volver cuatro generaciones para encontrar los inicios de la agitación religiosa que iba a culminar en la llamada «herejía» de Akhenaton. Amenhotep II construyó un templo a la Esfinge de Giza y fue nombrado gobernante de Heliópolis, en lugar de Tebas. Su hijo, Tutmosis IV, debía su trono a la Esfinge, como la deidad combinación Ra-Horakhti, y por asociación al sacerdocio Heliopolitan. Su matrimonio con la hija del rey de Mitanni añadió un elemento extraño a la corte, que parece haber promovido un grado de pensamiento libre.

Tutmosis IV comenzó cada vez más a identificarse con la deidad solar de Heliópolis en comparación con el tebano Amón-Ra. El reinado de Amenhotep III vio a un ensanchamiento de la brecha entre los sacerdotes de Amón de Tebas y los sacerdotes del norte del sol. El nombre completo de Aten, ‘Ra Horakhti, Regocijo en el horizonte, en Su Nombre como Shu que está en el Aten-disco’, deriva de las escuelas de Heliópolis y tiene sus fundamentos en las creencias más antiguas de las primeras dinastías.

El rey, como el hijo de Ra, asumió el poder del trono, como el envejecimiento de Ra dictó su poder a Horus. Ra como «Horus de los Dos Horizontes» se convirtió en el dios de la salida y la puesta del sol y de la patrona del rey. Aunque Atón era el nombre largo establecido para el disco del Sol, es durante el reinado de Amenhotep III que asumió un nuevo rol y se convirtió en sinónimo de «Ra-Horakhti-Khepra-Atum de Heliópolis», no como un nuevo dios , sino como un medio de diferenciar entre Amón-Ra y Ra-Horakthi.

El sacerdocio de Amón había reforzado la solidez de su dios por lo que se declara un aspecto de Ra, y era que la asociación que hizo Amón aceptable para el resto de Egipto. Esto le dio una cantidad sin precedentes de poder para el sacerdocio Amón, lo que les permite, a través del dios, para controlar no sólo el país, sino también el rey. La divinidad de la realeza incluye ahora una demanda a ser un hijo de Amón.

Juego de poder político de Amenhotep III se mostró cuando el Sumo Sacerdote de Ra en Heliópolis fue la posición de honor del Segundo Sacerdote de Amón «dado» en Tebas. Cuando el visir Ptahmose, Sumo Sacerdote de Amón murió, Amenhotep III, en lugar de promover la próxima Sumo Sacerdote, como se esperaba, confirió el viziership en el noble Ramose, prolijamente esquivar el sacerdocio y en movimiento de manera efectiva hacia una separación entre Estado y religión. Dados estos estados de ánimo predominantes dentro de la familia real, que en realidad no debería ser ninguna sorpresa que el joven Amenhotep IV comenzó su reinado con ciertas metas e ideales ya establecidos en su mente.

En su ascensión, comenzó la construcción en Karnak, el hogar de larga data de Amón-Ra, la decoración de la entrada sur con escenas de sí mismo adorando Ra-Horakhti, así como la construcción de su templo al aire libre, al este del recinto principal, lo que sugiere que comprendía y apreciaba la legitimidad de Amón-Ra y que necesitaba esa misma legitimidad para suscribir su nueva postura religiosa; para darle credibilidad y aceptabilidad por el pueblo egipcio. Aunque todos estos edificios fueron derribados tras la muerte de Akenatón, una gran cantidad de los bloques de construcción se han recuperado, lo que permite la oportunidad de reconstruir partes de ellos. Es en estos restos que vemos las nuevas tendencias artísticas conocidas como el estilo de Amarna. Estos primeros murales e inscripciones muestran una existencia de lado a lado del dios de Ajenatón con las deidades tradicionales.

A pesar de esta convivencia religiosa, un texto de Karnak se refiere a los nuevos impuestos que se impusieron en los templos y los municipios por el rey con el fin de financiar los edificios Aten. Esto era inusual, ya que en general los templos estaban exentos de tributación. Los templos no eran más que los lugares de culto, sino también centros para el almacenamiento de granos y otros artículos de primera necesidad, además de ser propietarios de tierras importantes en su propio derecho.

El rey repartido la tierra, ya sea como favores o como remuneración a los cortesanos y de la nobleza, que luego fueron fuertemente gravados. Las clases comunes trabajaban la tierra a cambio de un porcentaje de la cosecha producida. Eran generalmente libres del servicio militar, pero tuvo que pagar impuestos. Las clases artesanales y comerciantes se vieron obligados a hacer el servicio militar y pagar impuestos.Los únicos que escaparon estas obligaciones eran el sacerdocio, que, naturalmente, se enriqueció más rápido que nadie.

Fue el quinto año del rey que vio el primer gran cambio. Una carta de su mayordomo Memphis, año de fecha 5, tercera Peret, día 19, saluda al rey como Amenhotep con todos sus títulos, que le informaba de que sus establecimientos están floreciendo. Sólo veinticuatro días después, la primera proclamación de los mojones de Amarna se hizo en nombre de Akenatón. Aunque es imposible decir exactamente por qué Akenatón sintió la necesidad de salir de Tebas, hizo el punto en las proclamas de Amarna, que el nuevo sitio fue molido fresco, debido lealtad ni dios, ni persona. Un nuevo comienzo en el centro de Egipto, en lugar de hacia el norte o el sur, puede haber parecido la solución ideal para el joven rey. Tal vez vio a un lugar entre los dos como un equilibrio, como una restauración de Maat.

Mucho se ha hablado del «conflicto» entre los sacerdotes Amun y Akenatón, sin embargo, no hay realmente muy poca evidencia de cualquier forma de protesta contra la herejía de Atón. Es un punto notable que Akhenaton no destruyó los templos de sus predecesores, de hecho, hay evidencia que sugiere que algunos templos no se vieron afectados por la religión del rey. La arqueología ha demostrado que incluso las personas que viven en Amarna continuaron adorando a sus dioses domésticos. La magnitud de los daños Atenist parece haber sido la eliminación del nombre de Amón ya veces la eliminación de los dioses de la palabra en plural, mientras que lo contrario parece ser el caso después del período de Amarna.

Para los antiguos egipcios no había ninguna «religión»; los dioses y sus acciones fueron una parte tan importante de la existencia como fue la inundación anual del Nilo. La estructura fundamental del pensamiento religioso era el equilibrio entre el caos y el orden. La religión egipcia antigua parece haber sido una escuela en constante cambio de pensamiento que creció y se encogió como era necesario; estructurado en torno a ciertas tradiciones, que se adaptó a sus propias necesidades, manteniendo siempre el equilibrio entre el orden y el desorden.

Tal vez la dificultad en la comprensión de la antigua religión egipcia se ve frustrado por nunca haber habido una necesidad de ella para explicar en sí; que fue aceptado por todos que el mundo y todo lo que contiene, fue creado por los dioses, y sólo había un sacerdote y que era el rey.

La noción de que la falta de interés en los dominios extranjeros de Ajenatón llevó al colapso del imperio es muy popular, sin embargo, el enfoque de Akenatón era exactamente la misma que la política de su padre, de permitir que los dominios de resolver sus propios problemas con la mínima interferencia de la corona. Otras lecturas de las cartas de Amarna muestra que los egipcios tenían los funcionarios destinados en las guarniciones a lo largo de los estados vasallos que se ocupan de los reyes regionales cuando sea necesario.

Un gran número de cartas son los informes de nuevo a la corona: las promesas de lealtad, garantías de que las órdenes han sido llevadas a cabo, y las declaraciones que las ciudades estaban seguro y vigilado. También tiene que quedar claro que, en su mayor parte, lo que queda de las letras es sólo la mitad de un diálogo. Los mensajes entrantes son abundantes, pero los envíos salientes desde el palacio son, por decir lo menos, finos en la tierra.

El cambio de la realeza de Amenhotep III a su hijo era una invitación abierta a la insurrección para algunos de los vasallos periféricas; esto es cuando vemos el inicio de las cartas pidiendo ayuda, y es muy probable que si la correspondencia similar había sobrevivido de reinados anteriores han encontrado el mismo tipo de peticiones suplicantes sería. Cartas del rey a varios sujetos muestran su alcance completo de lo que estaba pasando y sus demandas de respuestas de vasallos rebeldes fueron fuertemente redactados

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