La constante preocupación por la salud y el peso de los niños hoy en día, nos ha llevado muchas veces a abordar este tema de formas erróneas, creyendo que hacemos lo correcto, sin darnos cuenta podríamos estar afectando la autoestima de nuestros hijos.
Lamentablemente,criticar se ha vuelto una de las herramientas más utilizadas para provocar inseguridad a los más pequeños acerca de su aspecto, y esto, lejos de ayudar, los vuelve vulnerables a desarrollar problemas más serios tanto físicos como mentales.
Un niño está en crecimiento
Durante las etapas de la infancia y adolescencia, no debemos olvidar que los niños se encuentran creciendo, por lo tanto, es natural que en algunos momentos de estas etapas, ellos tiendan a ganar un poco de peso extra, ya que su cuerpo se prepara para dar lo que comúnmente conocemos como un “estirón”, es decir, crecimiento en estatura.
A los padres, muchas veces les preocupa que nunca vayan a adelgazar o que la condición del peso, sólo se agrave con el paso de los años, pero, antes de adelantarnos a estas realidades, debemos acudir a un experto, para que evalúe el caso del niño. A veces, erróneamente podemos juzgar un caso deobesidad, cuando sólo se trata de un poco de sobrepeso, o incluso, cuando se encuentran en un peso normal para su estatura y edad.
Evita ser ofensivo
En ocasiones, la situación del peso en niños puede ser preocupante, sin embargo, utilizar adjetivos como “gordo”, “ballena”, “panzón”, “tragón”, etcétera, no es para nada saludable para el niño. De hecho, estos adjetivos pueden afectar profundamente su amor propio, no es lo que esperan de una persona que respetan y aprecian como los son sus padres, y normalmente los niños que reciben estos adjetivos de sus padres, tienden a desarrollar sentimientos de rechazo y odio hacia sí mismos, provocándoles inseguridad en varios aspectos de su vida.
Por si fuera poco, este tipo de tratos y críticas destructivas, pueden agravarproblemas con la alimentación, pues se trata de niños que no siempre saben cómo alimentarse, y creen que no tienen el poder de decisión para hacer algo diferente.
Cultiva el amor propio
Si te preocupa el peso de tu hijo, primero que nada, debes reforzar su confianza, enseñarle a aceptar su cuerpo, sus defectos, y que nadie es, ni nadie será nunca perfecto.
Enseña a tus hijos a quererse y a cuidar de su cuerpo, a menudo, estas enseñanzas también deberás ponerlas en práctica, pues ellos, son excelentes aprendices del ejemplo.
Habla de la salud antes que del peso
Tal vez te sorprenda, pero es más fácil enfocar una dieta saludable, que una dieta para perder en los niños y jóvenes, si bien los jóvenes se suelen guiar más por el factor estético, a los niños, poco les interesa, aunque, si se les enseña a cuidar de su cuerpo, será más fácil que elijan alimentos saludables.
A la mayoría de los niños les gusta aprender, y no está de más, que juntos como padres e hijos, aprendan un poco de nutrición, de lo que es saludable y lo que no, de lo que los alimentos buenos le hacen a nuestro cuerpo.
Siempre procura enfocar tus metas en la salud y no tanto en el peso, pues sí, también van a perder peso si comen más saludable, pero recuerda que lo principal es que estén sanos.
Trabaja en equipo
Si tus hijos tienen problemas de sobrepeso, pero tú no, o bien, si toda la familia tiene problemas con su peso, es una buena idea, que todos incluso los que gozan de un peso saludable se involucren en una dieta más sana. Hacer las cosas en familia hará que tu hijo se sienta seguro con sus decisiones de alimentos, también sentirá el apoyo y sobre todo, aceptación.
¡Hazlo divertido!
Nunca, bajo ninguna circunstancia debemos olvidar que son niños, a ellos les gusta jugar, divertirse, e incluso pueden divertirse aprendiendo recetas simples y saludables que ellos pueden poner en práctica.
No te imaginarás lo divertido que puede resultarles, preparar un tazón de fruta con yogurt, aunque la ayuda que ofrezcan es mínima, para ellos su participación es algo memorable, y estarán más que felices de comer lo que han conseguido ayudar a preparar. Evita que las dietas sean extremadamente estrictas, pues, la alimentación saludable nunca debe volverse un castigo, debe ser una experiencia agradable y además, algo que puedan disfrutar.
No hagas de la comida chatarra un premio
Ejemplos como “sino comes verduras, no tendrás el postre”, ó “si haces dieta una semana, el fin de semana podrás comer lo que desees”, pueden sernos útiles a manera de chantaje, no obstante estamos enviando un mensaje incorrecto, y ese es, “La comida chatarra es un premio y por lo tanto es mejor”.
Si bien, es importante que tus hijos comprendan que es una alimentación con menos calidad pero ocasionalmente pueden consumir estos alimentos, sin que afecte a su salud. Este tema suele ser complicado ya que en un principio, ellos posiblemente lo verán con mucho entusiasmo, pero a medida que empiecen a disfrutar de recetas más saludables, el interés por estos alimentos se verá disminuido.
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