La celiaquía, es una condición que ocurre cuando el cuerpo no tolera el gluten y desarrolla una reacción inmunitaria ante su presencia, provocando síntomas digestivos por lo general y los generados por la mala absorción de nutrimentos.
Pero, lo que muchas veces se obvia, es que el paciente con esta condición debe enfrentarse a drásticos cambios de hábitos de alimentación, y de convivencia que desencadenan emociones e incluso estados depresivos.
Desconocimiento de la celiaquía
Ser celíaco en una comunidad que no conoce su significado, es difícil, pues a veces hay que enfrentarse a estigmas sociales por que existe sobre todo desconocimiento de esta condición.
Tanta es la falta de información alrededor de esta enfermedad, que incluso el diagnóstico puede demorar años en concluirse.
La buena noticia es que actualmente y gracias a que ya es más fácil acceder a la información con la introducción del internet y la atención de investigadores y profesionales de la salud que muestran cada vez más interés en la enfermedad celiaca, se rompen barreras y nuevas puertas para poder facilitar la vida del celiaco. Aunque, el celiaco probablemente siempre tendrá que dar explicaciones sobre su padecimiento, esto no tiene porqué significar que su vida social y su salud emocional se vea afectada.
Cambios y fortaleza emocional
Para cualquier persona, sin importar su condición, es difícil realizar cambios en sus hábitos, especialmente cuando estos parecen impactar no sólo en nuestra rutina, también en nuestra economía y vida social, así que es natural que los sentimientos de frustración, de tristeza, e incluso de ira, se presenten.
Desafortunadamente, no existe una alternativa de tratamiento para la enfermedad celiaquía, siendo la exclusión definitiva del gluten de la dieta, la única opción.
En un principio, podemos creer que sólo será suficiente retirar el trigo y otros granos que contienen gluten de nuestra dieta, como el centeno y la cebada, no obstante a medida que nos informamos a fondo, nos damos cuenta de que ser celiaco, requiere de que siempre estemos alerta ante los productos nuevos que queremos introducir en nuestra alimentación, que revisemos etiquetas e incluso los menús y las opciones sin gluten de los restaurantes a los que deseamos asistir.
Cuando nos percatamos de que en realidad, los cambios son a veces radicales, nos enfrentamos a una situación en la que vamos a necesitar mucha fortaleza emocional, pues, hay que ser conscientes de que los síntomas de la celiaquía, pueden presentarse con una mínima cantidad de gluten que ingiramos, incluso cuando sea totalmente accidental.
Autocompasión ¿por qué es útil?
Una reciente investigación, puso a prueba cómo nuestra autocompasión puede ayudarnos a sobrellevar los cambios que debemos realizar al adaptarnos a esta nueva forma de alimentación, y se concluyó, que los individuos con celiaquía que mostraban más autocompasión, tenían también una mejor calidad de vida, no sólo porque los sentimientos de frustración eran menos, sino porque además, les ayudaba a adherirse mejor a la dieta libre de gluten, provocando menos síntomas y consecuencias de la enfermedad.
¿Cómo puede ayudarnos la autocompasión? Se entiende por autocompasión a la actitud comprensiva hacia nosotros frente a las adversidades, aunque puede ser considerada negativa, en realidad no es lo mismo que autocrítica destructiva. La autocompasión nos permite darnos cuenta de que no somos perfectos, de que tenemos limitaciones y podemos fracasar como cualquier ser humano, lo que en situaciones como el padecimiento de celiaquía, puede sernos útil.
Ciertamente no vamos a llevar una dieta completamente libre de gluten de la noche a la mañana sin ningún error, pues, los primeros meses de adaptación, es muy difícil cumplir con las exigencias de esta dieta, además, debemos ubicar los productos que sí podemos consumir, mucha de nuestra experiencia va a darse en forma de errores y aciertos, por lo que es muy importante que no tengamos una actitud perfeccionista, por el contrario, mientras más tolerante seamos con el fracaso, nuestra calidad de vida, será mejor, según lo que los expertos sugieren.
No es fácil enfrentarse al fracaso y la frustración, un claro ejemplo puede ser la no desaparición de los síntomas luego de algunas semanas de llevar a cabo una dieta libre de gluten, esto es desmoralizante, pues creemos que todo está bien, sin embargo, no presentamos mejorías, entonces, comenzamos a preguntarnos si realmente el diagnóstico es apropiado o si estamos haciendo algo mal, si somos autocompasivos, será más fácil que seamos pacientes con la situación, busquemos una solución, e identifiquemos cuales podrían ser las causas de nuestra situación, no obstante, muchas personas pierden el deseo de continuar con la dieta, e incluso comienzan a buscar un diagnóstico diferente.
Abandonar la dieta libre de gluten, es lo menos aconsejable para el paciente celiaco, pues aunque el cambio sea difícil durante los primeros meses, es la única forma en la que encontraremos alivio a nuestros síntomas y evitemos las consecuencias de consumir gluten durante un prolongado periodo.
Miriam en http://singluten.es/
http://mauandayoyi.blogspot.com.ar