«La razón por la que los humanos cometen tantos errores de juicio y de conducta, y conocen tantos sufrimientos, es porque no saben lo que han venido a hacer a esta Tierra. Vienen y se van… ¿De dónde vienen? y ¿a dónde van?, lo ignoran. A estas dos preguntas sólo hay una respuesta: Dios.
Hemos salido de la Fuente divina y un día volveremos a ella. A lo largo de nuestras múltiples encarnaciones ¿por qué caminos tendremos que pasar antes de regresar? Esto depende de nosotros. Dios ha previsto, para las criaturas que somos nosotros, un destino excepcional. De vez en cuando solamente, tenemos una visión fugaz de ello y debemos aferrarnos a esta visión con todas nuestras fuerzas. Todo lo que puede sucedernos en el camino de vuelta, son etapas. Aunque estas etapas sean difíciles, dolorosas, nunca deben borrar o hacernos olvidar la visión de lo que llegaremos a ser cuando volvamos al seno del Eterno, con todas las experiencias que habremos hecho, con todas las cualidades y virtudes que habremos adquirido y desarrollado.»
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