Hay momentos en la vida en los que todo pareciera fluir, en los que sentimos que la vida nos sonríe y es fácil dejarse llevar por los momentos y las situaciones.
No nos planteamos qué es lo que nos está ocurriendo, porque estamos conformes con nuestra vida, nos sentimos a gusto con nosotros mismos. En esos momentos, nos resulta fácil salir de la cama a la mañana y encarar el día.
Por el contrario, la vida a veces nos presenta momentos malos… Épocas más oscuras en las que todo nos representa un esfuerzo extra y hasta nos puede llegar a costar realizar la más mínima acción.
Éstos momentos pueden estar provocados por la partida de un ser querido, la pérdida de un amor, un malestar laboral, presiones económicas o problemas con nuestros hijos.
No importa el motivo, ni la gravedad de lo que esté ocurriéndonos. Nadie tiene la capacidad de juzgar qué tan serio es un problema para nosotros, hay momentos en las pequeñas vueltas de la vida nos golpean más, y hay que saber respetarlos.
Pero sí es importante cómo uno mismo encara su propio malestar. Y la mejor forma de enfrentarlo, es saliendo de la cama y empezando bien el día.
–Toma un rico desayuno: Que el desayuno es la comida más importante del día, ya nadie lo duda. Pero además, si nos preparamos algo rico, el desayuno puede ser un gran motivador para salir de la cama contentos.
–Lee un libro y deja las noticias para después: La gente por lo general empieza el día leyendo el diario, que muchas veces provoca estrés. En cambio, los libros suelen estimular el cerebro y ser buenos para el alma
–Medita: Siéntate sobre un almohadón, con las piernas cruzadas y las manos apoyadas sobre las rodillas, tratando de mantener la columna derecha, y pon la mente en blanco.
Si esto te resulta difícil, concentrare en tu respiración, en las pequeñas vibraciones que hace tu nariz al tomar y soltar el aire. No se necesita mucho tiempo, con diez minutos diarios ya notarás cambios.
–Haz ejercicio: Está comprobado que es mejor dormir un rato menos, y salir a caminar, correr o hacer gimnasia en tu casa.
El ejercicio físico hace que nuestro cuerpo produzca endorfinas, unas pequeñas proteínas que estimulan los centros de placer del cerebro. Además, hacer ejercicio relaja nuestros músculos y nuestra mente, y hace que durmamos mejor y más profundo.
–Vístete bien: Si bien lo importante está dentro de nosotros, nuestro exterior es un reflejo de el. No nos sentiremos igual si estamos mal vestidos y desaliñados, que si nos sentimos seguros de nuestra apariencia.
–Confía: En tu capacidades para resolver los problemas que se te vayan presentando durante el día. Mirate al espejo, sonreite a ti mismo, niega tus miedos y reafirma tus capacidades. Poco a poco irás sintiéndote más seguro y tomando control de tus cosas.
La mayoría de la gente arranca su día sin tomar conciencia plena de su cuerpo y su mente, crea hábitos que hacen que vaya por la vida casi en piloto automático. Por eso es tan importante tomarse unos momentos antes de empezar el trajín diario para concentrarnos en nosotros y en nuestros pensamientos.
No debemos olvidarnos nunca de que nosotros elegimos nuestros pensamientos, y ellos después marcarán nuestra conducta. Y cada elección que hacemos determina cómo nos sentimos física, mental y emocionalmente.
Sofía Cantilo
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