Los dragones forman parte de las fábulas tanto de Oriente como de Occidente, estos seres tan temibles en algunos relatos como valientes y fuertes en otros, tienen un aspecto inconfundible: dos pares de patas, un par de alas y exhalan fuego por la boca. Pero, ¿hay alguna base científica para estas mutaciones, estas variaciones entre los dragones y los vertebrados?
Henry Gee, editor de la de paleontología de la prestigiosa revista inglesa Nature y experto en cuestiones evolutivas ha intentado analizar científicamente cosas fantásticas. Para Gee, el hecho de que todas las criaturas a las que estamos acostumbrados tengan cuatro patas, no significa que esto siempre fuera así. En las primeras fases de la evolución de los peces había criaturas con distintos números de aletas y, aunque nosotros hemos evolucionado de los que tenían dos delante y dos detrás, esto no significa que no fuera posible otra cosa.
Descubrimientos recientes como el del Homo Floresiensis pone en relieve la inexactitud del modelo lineal de la evolución humana que teníamos hasta hace muy poco. No es tan simple como pasar del simio que se va irguiendo hasta llegar a convertirse en hombre, la evolución implica muchos más aspectos que todavía no conocemos.
En la segunda parte de REDES Eduard Punset seguirá debatiendo con Máximo Sandín, profesor de Antropología biológica de la Universidad Autónoma de Madrid y Jordi Agustí, Director del Instituto Paleontológico Miquel Crusafont diferentes aspectos sobre genética.
—
Redes, Divulgación y Cultura