Nuestro planeta ha contado con la presencia de su satélite natural desde mucho antes de que el mismo tuviera la capacidad de albergar vida. Pero no fue sino hasta 1957 cuando la Unión Soviética lanzó el Sputnik I que nuestro planeta empezó a llenarse de satélites artificiales que han sido utilizados para infinidad de aplicaciones, especialmente en telecomunicaciones. Hoy hay tantos satélites en el cielo, la mayoría inservibles, que la basura espacial se está convirtiendo en un verdadero problema para la humanidad.
Pero hay personas que no creen que el Sputnik I haya sido el primer satélite artificial que orbitó nuestro planeta. Para ellos, hay un satélite, llamado el “Caballero negro” (Black knight) que lleva miles de años observándonos y recogiendo datos. El nombre de caballero negro viene de la época medieval, cuando los caballeros negros eran aquellos que actuaban sin que los demás tuvieran claro qué tipo de alianza tenían o a quién le rendían cuentas, de la misma forma, no se sabe a ciencia cierta para que está ahí ese satélite y quién hace uso de él.
Pero relatemos la historia …
Todo empezó en 1927, cuando dos investigadores en materia de ondas de radio, Carl Stoermer y Leo C. Young, recibieron una misteriosa señal procedente del espacio y, por lo tanto, en aquella época, difícilmente humana. En 1960, según los registros de Sputnik I, se captó la misma señal, que provenía de un lugar indeterminado de la órbita de la Tierra.
Ambas señales, según reveló John A. Keel en su libro Disneyland of the Gods eran de corta duración pero abundantes en información que no pudo ser desencriptada o comprendida.
En 1960 se empezaron a dar los primeros avistamientos visuales del misterioso objeto. Miembros de una expedición científica de EE.UU. detectaron un objeto no identificado en la órbita polar, cuyo tamaño era claramente superior al de cualquier objeto fabricado por el hombre y enviado en el espacio. El 3 de septiembre de ese mismo año, una cámara de seguimiento de Long Grumman Aircraft Corporation logró tomar una imagen del objeto, que había sido rastreado a lo largo de dos semanas. Sin embargo, esa fotografía nunca se hizo pública.
La misión de Gordon Cooper
En 1963, Gordon Cooper realizó una misión espacial que consistió en dar 22 vueltas en órbita a la Tierra. En el último de esos movimientos, Cooper anunció por radio haber visto un objeto de color verde brillante cerca de su cápsula.
Sin embargo, al regresar a tierra no se le permitió a Cooper realizar declaraciones al respecto y tres semanas después se emitió un comunicado oficial que aseguraba que Cooper había sufrido alucinaciones debido a una fuga de dióxido de carbono en la cápsula.
Misión STS-088
Sin embargo, fue en la misión STS-088 cuando se tomaron imágenes definitivamente comprometedoras y oficiales. Pueden consultarse en el mismo catálogo de la NASA. Las fotografías fueron tomadas desde el mismo transbordador Endeavour y las explicaciones que dio la NASA fueron escuetas: tan sólo se trataba de basura espacial.
Más datos …
Curiosamente en 1899, el genio y excéntrico Nikola Tesla construyó en su laboratorio en Colorado Springs el primer gran receptor/transmisor de Ondas de radio. Meses después de estar investigando, Tesla anunció que en medio del ruido eléctrico que estaba recibiendo había una señal demasiado periódica y regular como para ser natural. Tesla estaba convencido que esa señal era un intento de comunicación por parte de una raza extraterrestre y pensó inicialmente que la señal se originaba en Marte. Pero luego de rastrear la señal por meses, se dio cuenta que era imposible que proviniera de Marte y su lugar de origen tenía que ser algún lugar en la órbita de la Tierra.
Años después, otro gran genio e inventor de la radio Marconi también anunció la recepción de una extraña señal proveniente del espacio, demasiado regular para ser simplemente ruido, esta señal se recibiría durante varios días para luego desaparecer completamente. A partir de ahí, las ondas de radio generadas desde la Tierra se multiplicaron y los métodos tradicionales para escuchar estas señales se volvieron inservibles.
Una noche de finales de verano de 1927, un grupo de radioaficionados en Oslo, Noruega, entre ellos un ingeniero llamado Jorgen Hals, empezaron a recibir unas extrañas señales en sus equipos de audio. A diferencia de las reportadas por Tesla y Marconi, estas señales eran claramente de origen humano, pertenecientes a una emisión de radio proveniente de Endhoven en Holanda. Lo curioso de esas señales es que los ecos aparecían con varios segundos de retraso pero casi la misma intensidad, un efecto que aún no tiene una explicación clara pues las ondas viajando tanto tiempo a través de la tierra regresarían con mucha menor potencia.
Bien es cierto que bajo el nombre de ‘Caballero negro’ se ha podido crear toda una “leyenda” y que quizá todas las referencias expuestas no tienen conexión entre sí, o por lo menos no más conexión que la que los conspiranoicos les atribuímos, pero desde luego, las imágenes tomadas desde el Endeavour son geniales, no tienen desperdicio.
http://loincognito.com/
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