«No podemos encontrar nada exteriormente si no lo hemos encontrado previamente interiormente, es una ley. Sí, sea lo que sea lo que encontremos exteriormente, si no lo poseemos ya interiormente, pasaremos a su lado sin verlo. Cuanto más conciencia toméis interiormente de lo que es la verdadera belleza, tanto más la descubriréis a vuestro alrededor. Sin duda pensáis que si no la veis, es porque no está. Os equivocáis, está, y si no la veis, es porque ciertos órganos de percepción todavía no están suficientemente desarrollados en vosotros.
Empezad por tratar de captar la belleza interiormente y la veréis también exteriormente, porque vuestra visión del mundo exterior, objetivo, no es otra cosa que un reflejo de vuestro mundo interior, de vuestro mundo subjetivo. Tanto si se trata de la belleza, como del amor o de la sabiduría, es casi inútil buscarlos en el exterior si no hemos empezado por descubrirlos en nosotros mismos.»
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