«El ser humano ha sido creado a imagen del universo y posee por tanto una estructura idéntica a la del universo. Observamos, por ejemplo, esta estructura en sus diferentes niveles de conciencia que corresponden a los diferentes reinos de la naturaleza. Así, el inconsciente corresponde a los minerales, la subconciencia a los vegetales, la conciencia a los animales, la conciencia de sí mismo a los humanos y la superconciencia a los superhombres y a los Iniciados.
La subconciencia, que corresponde al reino vegetal, está muy cercana al mundo mineral y, por tanto, a la concretización. Por eso, una de las claves de la realización es conseguir hacer descender sus proyectos y sus deseos del plano de la conciencia hasta el de la subconciencia. Para ello, existen unos ejercicios muy sencillos. ¿Deseáis, por ejemplo, mejorar algo en vuestro comportamiento? Antes de dormiros, concentraos en una imagen, en un objeto preciso en relación con este deseo: las fuerzas subconscientes puestas en acción durante el sueño os ayudarán a realizarlo.»
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