“Cartas de unos amigos desde Ávalon” Emilio Carrillo (Cartas nº 4 y 5).

Carta nº 4
16/02/2016

Querido Emilio, buenos, hermosos y blancos días… Esta mañana no he podido resistir la sensación de escribirte y compartir contigo las nuevas experiencias que trae el día, con su blancura escarchada, con sus tejados, su hierba, sus árboles vestidos con el color de la pureza y el frío helador que trae el invierno con la maravilla de la estación del descanso y la limpieza, de retrospectiva interior, de tiempo por el tiempo, de ser, de estar, de sentir…

Esta mañana, o sería más correcto esta madrugada, mi cariño se levantó para ir a trabajar… se preparó un café con un poco de canela (costumbre que ha adquirido hace poco, tú ya te imaginarás el porqué), preparando otro para mí en la inmensidad del comienzo del día, aunque es bien cierto que la noche aún no ha finalizado… Si miras a través de las ventanas, todo está todavía inmóvil, con una quietud perfecta y armoniosa que parece imperecedera, aunque esta concepción no es más que una idea, una pequeña idea de que el tiempo se ha detenido cuando sabemos que no es así, que no está quieto, que no está parado, que no está inerte… Se halla más vivo que de costumbre… ya está preparando todo lo que la primavera conllevará con su explosión de vida cuando llegue, está gestando lo que la vida en su magnificencia nos traerá y regalará en su bendita benevolencia hacia todo el planeta y hacia todo aquel que se tome la molestia de ver, de observar, como los tiempos cambian de ritmo, de floración, de sensación, de olor y de sabor, tanto si somos conscientes de ello o no… Y todo esto, me hace querer compartir una reflexión que A. tuvo a bien hacerme participe de en estos días, dejándome sumida en un pensar profundo, que me llevó a entender qué: «El tiempo, en la concepción que lo entendemos, no existe«. Es cierto, cambia de velocidad o tempo dependiendo de cómo tú lo sientas, pero no es real en lo absoluto, no existe.

¿Nunca has olvidado que día es hoy? ¿Cómo es posible que sea esta hora?… Es así, no existe… Nos inventamos el reloj como otra nueva forma de control, de saber, de llegar, pero… Cuándo has dejado de tener que llegar, ¿qué harás con el tiempo? ¿Cómo podrás funcionar sin que un aparatito electrónico o no te diga cuando debes llegar, partir, pensar?… El tiempo no existe… Sí que es cierto que hay un pequeño reloj interior que te avisa para que estés alerta… En las partes más importantes de tu día, algo que te dice, ahora prepárate para tal o cual cosa, o te levanta o despierta a la hora adecuada para seguir mientras sea necesario regirte por algunas normas de las que ya, poco a poco, te vas soltando, para acudir a una cita o tal vez para coger un avión… Pero ¿sabes qué?: es preferible que te avisen desde el sentir, sin ruidos, sin estruendos, sin prisas, sin agobios y sin sentir que ya tiran de ti desde primera hora de la mañana… Sólo escucha, siente lo que te dice tu reloj interior, ése que te va a avisar de lo que realmente es importante para ti, para tu caminar, no sólo para que corras porque el trabajo te está esperando, ése que te llevará, poco a poco, hacia el camino del Amor Incondicional, del compartir, del sentir en profunda belleza lo que has venido a hacer y no lo que te dijeron que tenías que hacer

Se puede vivir y de hecho se vive sin correr, sin prisas, sin el consabido: «Es que no llego»… No corras… Vacía tú mente… Siente tu interior que no se equivoca nunca, «ni en la hora»… Escucha como el momento ha llegado, el de oír en tu interior, el de que tu Ser te guía, el de ser… Feliz, escucha como en tú interior se siente que: ¡es la hora!

Desde un lugar mágico cercano al corazón de Ávalon… Que las Bendiciones os colmen, que la dicha os llene y que vuestro caminar esté pleno de luz

Unos amigos en el camino del recordar…

*********************************

Carta nº 5
11/3/16
“Ávalon te abre sus puertas”

Querido Emilio, cuántas cosas que contarte desde la última vez…

Creo que la más importante de ellas es que el Amor flota en el aire, acompañado de esa Magia divina con mayúsculas de la que siempre te hablo, ésa que nos rodea y hace que nuestros sueños se cumplan, que la vida sea un milagro y que cada minuto que pasamos en ella esté llena de vivencias ricas de emociones y plenas de felicidad. Sólo tienes que pararte a sentir cada cosa que ocurre en ella y, en verdad, te darás cuenta que da igual que la vida «pegue o bese» si lo miras y sientes con una consciencia abierta, te darás cuenta de que todo tiene un significado, todo tiene… «su porqué y su para qué«…

Emilio, hemos estado una semana en casa con la familia y con los amigos queridos, esos que yo siempre digo que son la familia que tú escoges una vez más para compartir los días que pasamos en la Tierra… y ha sido… no se encontrar las palabras adecuadas, pero sí decirte que hemos estado pletóricos de Amor, de abracitos y de una calidez increíble… Hemos recorrido sitios añorados, hemos llorado al abrazar a las personas amadas y hemos reído con ellas, bailado y, sobre todo, sentido. Sentido desde lo más profundo del alma, hemos disfrutado enormemente del contacto real de las personas amadas y, además, ha salido algo, algo importante, algo que quizás daba vuelta en nuestras cabezas, pero a lo que había que ponerle nombre, hora y fecha y esto ha sido a través de alguien bien amado, querido y admirado, que ha sido capaz de ponerle nombre a tantas ganas de compartir y no saber cómo.

Hemos decidido que ya era hora de recorrer los caminos de Ávalon acompañados por todas esas personas que quieren tener un primer contacto, que lo han anhelando tanto como nosotros al principio, que quieren sentir la energía que emana de la Tierra, ver con sus ojos como su corazón se abre a este nuevo comienzo, a este nuevo porvenir lleno de sabiduría interior, de respeto por la Madre Tierra y sus habitantes, por los animales que en ella habitan, por esos árboles mágicos como Gog y Madoc, respirar desde lo alto de la Tor sintiendo la magia del Lago de los Prodigios, visitar el Chalice Wells bebiendo de sus aguas y de su magia, o respirar del entorno de la capilla de María Magdalena, o realizando una meditación entre los manzanos de la abadía…

Será un viaje al que llamaremos:

«ÁVALON TE ABRE SUS PUERTAS»

Contaremos a los viajeros que se unan a nosotros las experiencias vividas para que puedan construir dentro de su corazón las suyas propias envueltos en la magia del lugar, para sentir con el alma, para recodar de dónde

Será especial como las propias personas que nos acompañen, será una convivencia dentro de la MAGIA para abrir nuevos caminos llenos de luz, amor y comprensión a la vida…

¿Sabes, Emilio? Hace tiempo, cuando llegamos aquí, abrimos un correo que aún no hemos utilizado, pero que ahora sé el motivo por el que se hizo y es el siguiente:

avalonaya2015@gmail.com

Es el que ponemos a disposición de las personas que estén interesadas en realizar este viaje para dar la información necesaria, aunque, de todos modos, como la magia envuelve estos encuentros, de momento sólo sabemos que el primero será a finales/mediados de Abril, pero los detalles se van aunando a medida que te escribo y los iremos compartiendo a través de «Cartas de unos amigos desde Ávalon», como que serían pequeños grupos de 10 ó tal vez 12 personas como máximo para que la fluidez sea la que marque el camino de recorrer esta senda acompañados con personas que siempre soñaron con hacerla…

Bueno Emilio, de momento doy paso a que el sentir al estar de vuelta en este mágico lugar, al que llamamos casa y nos llena de paz, nos vaya dando la información necesaria para compartir con esos viajeros en el alma y el tiempo. Y me gustaría despedirme con esas palabras en gaélico antiguo que me hicieron llegar hace poco y expresa lo que siente mi corazón, nuestros corazones…

Is grá liam thú… Dia dhuit, a chara… El Amor está conmigo en ti… Dios a ti… Amigo… Qué la luz te llene y el camino se haga visible… Con Amor siempre.


Autoría: tusrespuestas8@gmail.com
emiliocarrillobenito.blogspot.com.es

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.