El diario turco {Star}, órgano oficioso del régimen de Erdogan, abre su primera plana del 22 de marzo de 2016 –la mañana misma de los atentados de Bruselas– con el titular «Bélgica, Estado terrorista».
El diario reprocha a Bélgica haber permitido que las familias de las víctimas kurdas de la guerra civil turca realizaran una manifestación en Bruselas durante la cumbre entre la Unión Europea y Turquía.
Hace 6 meses que Turquía viene profiriendo amenazas contra Francia, Bélgica y Alemania y conminando esos países a que la ayuden a liquidar el movimiento kurdo de liberación nacional.
En el plano ideológico, el régimen de Recep Tayyip Erdogan considera que los turcos son una «raza superior» y que los kurdos tienen que obedecer o ser eliminados.
Francia, se había comprometido a ayudar a Turquía a resolver el problema kurdo «sin afectar la integridad de su territorio», o sea desplazando los kurdos de Turquía hacia Siria.
Pero al no ser ya capaz de cumplir su promesa, Francia fue el primer país afectado por los atentados. Bélgica, que concede asilo a los kurdos, acaba de ser el segundo blanco.
Al escoger el blanco de su acción, todo terrorista busca transmitir un mensaje que justifique esa acción. Casi siempre, lo importante para los terroristas es ese mensaje, y no la envergadura de la catástrofe que van a provocar.
Esta última no pasa de ser el instrumento que les permite burlar la exclusión que les imponen los medios de prensa convencionales, que les permite ponerse bajo la luz de los reflectores y situarse en el centro de los debates.
En el caso de los atentados terroristas de Bruselas, estos pudieran contener varios mensajes, uno de ellos vinculado a la existencia misma de la Unión Europea [1].
Pero el mensaje central, un mensaje que el gobierno turco ha estado repitiendo sin cesar, al igual que diversos grupos estatales y para-estatales y la prensa turca, tenía que ver con el respaldo de Bélgica y de la Unión Europea a la causa de los kurdos.
El propio presidente Erdogan, en medio de la cumbre entre la Unión Europea y Turquía, profería un violento ataque contra la Unión Europea, acusándola de dar albergue y apoyo a diversas organizaciones del movimiento de liberación nacional kurdo.
El diario Star, órgano oficioso del régimen de Recep Tayyip Erdogan, incluso publicaba como titular de primera plana de su edición del 22 de marzo de 2016 –o sea, la misma mañana de los atentados de Bruselas– la siguiente acusación: «Bélgica, Estado terrorista».
La edición estaba ilustrada con fotografías en las que podían verse kurdos agitando la bandera de Rojava, la región autónoma del norte de Siria que ahora sirve de base de retaguardia al PKK y constituye una importante amenaza para Turquía.
Ese mismo diario publica las amenazas del presidente Erdogan contra Bélgica.
La edición especial del Star publicada el 23 de marzo lleva como título «La serpiente que Bélgica amamantaba le ha mordido el seno», en referencia al discurso que el presidente turco Erdogan había pronunciado el 18 de marzo [2].
Además, el diario islamista Akita, uno de los órganos del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), retoma el mismo argumento en su primera plana del 23 de marzo, ilustrada con fotografías del ex diputado Zubair Indar, uno de los dirigentes del movimiento kurdo de liberación nacional, y de Fehriye Erdal, acusada esta última del asesinato de Ozdemir Sabanci.
Ambos están refugiados en Bélgica y el diario afirma, en un segundo titular, «Bélgica apoya a los terroristas».
En su editorial de hoy, titulado «Quien duerme con el terrorismo, se despierta con él», Khanty Ozisik, principal cronista del diario electrónico turco pro-ErdoganInternethaber.com, escribe textualmente: «El gobierno que dirige ese país [Bélgica], a pesar de las protestas y objeciones de Turquía, autoriza y permite que el PKK haga su propaganda. No dijo ni una palabra cuando el PKK montaba sus tiendas de campaña y organizaba concentraciones con sus militantes.
Por otro lado, el gobierno belga, al respaldar las Fuerzas de Defensa Popular (YPG) [3], consideradas como el mayor enemigo del Estado Islámico en Irak y en Siria, ha actuado como si dijera a los yihadistas “Vengan a ponerme bombas”.»
Existen documentos y elementos que demuestran la responsabilidad de Turquía, como también existen en el caso de los atentados contra Francia.
Los atentados perpetrados en París fueron cometidos para hacer entender a Francois Hollande –quien había recibido a los dirigentes de las YPG, en uniforme militar, en la sede de la presidencia francesa– que no podía volverse atrás en su compromiso de crear un seudo Estado kurdo [4].
No hay que dejarse engañar por la identidad de los ejecutores de los atentados, ni por el grupo al que pertenecen. Turquía es un aliado estratégico del Estado Islámico y se halla en condiciones de establecer un “contrato” con los dirigentes de esa organización terrorista.
Espero que el primer ministro griego y los miembros de su gobierno, cuyas acciones han convertido a Grecia en rehén de Turquía, lean y analicen todo esto. Si no despiertan, tendremos que enfrentar cosas que nadie puede imaginarse.
[1] La Milli Gorus, la milicia islamista de donde proviene el actual presidente turco Erdogan, es históricamente contraria a la Unión Europea e incluso la considera como un «club cristiano». Nota de la Redacción.
[2] “Başkan Erdoğan AB’yi tehdit”, yazan Recep Tayyip Erdoğan, Réseau Voltaire Sitesi, 18 de marzo de 2016.
[3] Las Fuerzas de Defensa Popular (YPG), también conocidas como Unidades de Protección Popular, se constituyeron en aplicación de una instrucción emitida personalmente por el líder histórico del PKK, Abdullah Ocalan, para garantizar la defensa de las poblaciones kurdas del norte de Siria.
Durante la guerra de agresión contra Siria, las YPG lucharon en colaboracion con el Ejército Árabe Sirio. Sin embargo, el 31 de octubre de 2014, el jefe de las YPG, Salih Muslim, traicionando a Ocalan, participaba en París en una reunión secreta con el presidente francés Francois Hollande y con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan.
En esa reunión se decidió crear un Estado títere en territorio sirio, nombrar presidente a Muslim y posteriormente expulsar de allí a los miembros del PKK turco, aplicando así el plan trazado en 2011 por los entonces ministros de Exteriores de Francia, Alain Juppé, y de Turquía, Ahmet Davutoglu.
Debido a ello, la mayor confusión reinó entre los kurdos de Siria durante algo más de un año, hasta que Rusia y Estados Unidos tomaron el control de la situación. Desde el 15 de marzo de 2016, se restableció la unidad en el seno de las YPG, que actualmente reciben armas de Moscú y de Washington y las transfieren al PKK. Ndlr.
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