Estudios demuestran que la felicidad hace a la gente un 12% más productiva. (Jens Almroth/La Gran Época – Imágenes de iStock)
La Universidad de Stanford tiene un centro completo dedicado al estudio de la compasión y altruismo. La Dra. Emma Seppala, es la directora científica de este centro, y ha ayudado a demostrar científicamente que la compasión es lo mejor.
Seppala tiene títulos de las Universidades de Yale, Columbia y Stanford, y en todos estos entornos pacta como hiedra viendo estudiantes de alto rendimiento operando conceptos erróneos de “éxito” y “trabajo duro” en Estados Unidos.
“Algunas de las mentes más brillantes en nuestro país son también de profunda infelicidad y muy, muy estresadas”, dice la Dra. Seppala.
Una de sus estudiantes en Stanford le dijo que se crió esforzándose para el éxito. Ella preguntó a sus padres, “¿Cómo puedo alcanzar el éxito?”
Ellos le contestaron, “Trabajando duro”.
Ella preguntó, “¿Cómo sé si estoy trabajando lo suficientemente duro?”
Ellos le contestaron, “Si sufres, quiere decir que estás trabajando lo suficientemente duro”.
Seppala escribió en su libro “Pista a la felicidad”: “El gran mito que sobre pasa a todos los otros mitos del éxito es que debemos sacrificar la felicidad a corto plazo para tener éxito y ser felices a largo plazo. Sin embargo, este enfoque no sólo nos impide ser más productivos de lo que podemos ser, pero en realidad nos hace profundamente infelices”.
“Varios estudios demuestran que la felicidad hace a la gente un 12% más productiva”, afirmó.
Compasión y felicidad van juntas
Al ser bondadoso hacia sí mismo, permitiéndose tener un tiempo de descanso, por ejemplo, aumenta la felicidad. El ser compasivo con los demás aumenta lealtad y compromiso entre sus colegas y empleados y crea un ambiente de trabajo más feliz.
Dra. Emma Seppala, directora científica para el Centro de la Universidad de Stanford que investiga altruismo, compasión y educación. (Cortesía de Emma Seppala)
Dra. Emma Seppala, directora científica para el Centro de la Universidad de Stanford que investiga altruismo, compasión y educación. (Cortesía de Emma Seppala)
La Dra. Seppala compartió otras estadísticas durante una entrevista con La Gran Época: en Estados Unidos, la ansiedad es la causa principal para el tratamiento de salud mental, eso le cuesta el país más de 42 mil millones de dólares por año.
En lugares de trabajo estadounidenses, el 50% de los empleados no son contratados (están presentes pero sin inspiración), y el 20% están activamente desactivados (son muy infelices en el trabajo).
Esto cuesta a la economía de Estados Unidos un estimado de 450 mil millones de dólares anuales.
Seppala realiza consultorias con empresas de Fortune 500 para ayudarles a comprender los costos de entornos de trabajo infeliz. Les ayuda a fomentar la compasión para impulsar no sólo la moral, sino también los beneficios.
La naturaleza humana ¿es egoísta o bondadosa?
“Si nos fijamos en la investigación, la compasión es algo que es innato en nosotros”, dice la científica. Según estudios, en decisiones que se toman sin pensar en una fracción de segundos, la gente tiende hacia la compasión. “Cuando otro ser está sufriendo, nos inclinamos naturalmente a ir a ayudarles”.
Algunas personas piensan que los seres humanos son naturalmente egoístas y la competencia es el camino hacia el éxito. Pero la “supervivencia del más apto” realmente no es cómo funciona la naturaleza, explica Seppala. Las personas asocian a este principio con la teoría de la evolución de Darwin, pero fue Herbert Spencer quien lo dijo.
Spencer (1820 – 1903) fue un biólogo y político teórico que utilizó el principio de “supervivencia del más apto” para justificar la jerarquía racial y social, explicó Seppala. Por el contrario, aclara, “nosotros nunca habríamos sobrevivido en la naturaleza sin la ayuda mutua”.
En el mundo empresarial competitivo, “puedes competir, pero no tienes que competir por sabotear a alguien”, dijo ella. Puedes empujarte hacia arriba tú mismo, sin halarles a otros hacia abajo.
Cómo sentirse más feliz
“El secreto mejor guardado hacia la felicidad, es ser servicial a los demás”, dijo Seppala. La investigación la apoya, esto no sólo es una declaración ideológica.
Cualquiera que sea tu trabajo, puedes pensar en un propósito para el bien común. Esto puede ayudarte a aumentar la satisfacción en el trabajo. Por ejemplo, algunas empresas crean productos que son realmente útiles para las personas, dijo Seppala.
Si realmente no puedes encontrar un propósito en tu trabajo, puedes pensar acerca de cómo tu trabajo te permite mantener a tu familia. O pensar en cada día cómo una oportunidad para apoyar a tus compañeros de trabajo, sugirió ella.
A muchas personas les es difícil desconectarse del trabajo y también del estrés. Tomarse vacaciones puede ayudar a las personas a liberarse del estrés y volver a su trabajo con entusiasmo renovado. Muchos no toman todo el tiempo asignado de vacaciones.
Alrededor del 90% de los estadounidenses acuden al trabajo durante sus vacaciones. En la era delsmartphone, muchas personas interrumpen momentos familiares para asistir al trabajo, eso puede caer en una respuesta de estrés durante los tiempos que se supone son relajantes.
Compasión en el cuidado de salud
Un ejemplo de los muchos estudios que Seppala y sus colegas llevaron a cabo, es aquel que mira a la compasión en el cuidado de la salud.
Cuando la gente está estresada, para ellos, le es más difícil sentir y expresar simpatía o compasión por los demás.
“Casi la mitad de estudiantes en medicina experimentan el desgaste relacionado con el estrés durante el entrenamiento en la escuela de medicina, y el 11% reportaron informes de suicidio como consecuencia del agotamiento, disminución en la calidad de vida, y síntomas depresivos”, informó el estudio. “En médicos residentes, casi el 20% reportan bajas en el promedio de salud mental, el doble que en la población general de la misma edad”.
Entre los médicos de cuidado sanitario, la tasa de agotamiento es tan alta como el 70%.
“Tensión entre los residentes, enfermeras y médicos, aumenta la probabilidad en la deficiente atención de prácticas y actitudes; errores de tratamiento o medicamento, y las infecciones adquiridas en el hospital-. Además de errores objetivos en atención, estrés y desgaste, disminuyen la capacidad de proveer compasión”, informó Seppala.
Los estadounidenses valoran a la compasión en sus experiencias de salud. Según el estudio, la gran mayoría de los encuestados estarían dispuestos a pagar más, viajar más y esperar más tiempo para el cuidado de la salud con una dosis más alta de compasión.
Sin embargo, el 64% ha sufrido de un comportamiento cruel en entornos de atención médica.
En hospitales, grandes corporaciones y pequeñas empresas, se ha fomentado la compasión con un buen resultado.
“La investigación realmente está empezando a mostrar que las empresas cuyas culturas son positivas, se caracterizan por el respeto, bondad, empatía, apoyo al entendimiento mutuo… conduciendo a mejores resultados para todos”, dijo Seppala. “[Estos resultados incluyen] una mejor lealtad, mejor compromiso del trabajador, y en última instancia es mejor para el resultado final”.
La Gran Época