El director de Human Rights Watch para Alemania ha condenado el acuerdo entre la UE y Ankara, que ha provocado que ya retornen a Turquía refugiados a los que les ha sido denegado el asilo en
Refugiados, entre la espada y la pared.
«Nuestra mayor preocupación es que estas personas no tienen el acceso adecuado a un proceso justo de solicitud de asilo, que es un proceso poco cuidadoso y precipitado.
Son devueltos en masa sin ser escuchados ni siquiera de forma individual, sin tener el derecho de apelar una decisión negativa», ha declarado el director de Human Rights Watch (HRW) para Alemania, Wenzel Michalski, informa ‘The International Business Times’.
Michalski denuncia que su organización no tuvo acceso al campo de Moria, ubicado en la isla griega de Lesbos, y que no se les permitió hablar con los refugiados.
Este campo es donde aquellos que llegan son retenidos hasta que sus solicitudes de asilo son aceptadas o son devueltos a Turquía.
«¿Qué tienen que esconder?», sostiene Michalski.
«La UE y Grecia están haciendo algo realmente perturbador e ilegal.
Están tratando a los refugiados como basura humana que debe ser limpiada y esto es trágico», añade.
Varias decenas de refugiados que fueron retenidos en el campo de Moria protestaban detrás de la valla de alambre de púas del recinto este martes.
«Si nos deportan, vamos a morir», gritaban. En el muro del complejo, que una vez fue un campamento militar, aparecía escrito: «Nadie es ilegal».
En Lesbos han comenzado los preparativos para una segunda ronda de deportaciones hacia Turquía, que tendrá lugar este viernes.
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