«¡Tanta gente se pasea por los caminos de la vida como recipientes vacíos que esperan ser llenados! Pero ¿Por qué esperar? Cada ser, cada objeto que encuentran posee virtudes particulares. Si aprenden a reconocerlas, si se abren y se inspiran en ellos, no se sentirán nunca más ni vacíos ni solos.
Todo lo que existe en la tierra y en el cielo puede aportaros algo bueno. Pero de vosotros depende recibirlo; para recibir hay que ser consciente y abrirse. Si pasáis por la vida no sólo con los ojos y los oídos cerrados, sino sobre todo con el corazón y el intelecto bloqueados, evidentemente permaneceréis en la soledad y en la pobreza. Mostraos un poco más receptivos y sabréis que todo puede llegar a convertirse en un alimento para vuestra vida interior. »
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