Adriana – 8 secretos que las aerolíneas se guardan

Cuando compramos un pasaje estamos firmando un contrato, lo sepamos o no. Por lo general no surgen problemas,más allá de una demora o una cancelación. Pero si surge alguno, ahí es cuando nos enteramos.

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Joe Brancatelli, fundador del sitio de viajes JoeSentMe, se dedica a analizar todos los aspectos relacionados con los vuelos comerciales y afirma que cuando uno vuela, prácticamente no tiene derechos.
Aclara que no está diciendo que las aerolíneas sean entidades malvadas que pretenden jugar con los pasajeros ni robarles la plata. Sólo dice que si se diera la rara circunstancia de que algo saliera mal , tienen todos los medios en su poder para ganarnos una discusión.

Y cuenta ocho secretos que nosotros los viajeros por lo general no conocemos.

1. Lo sepamos o no, firmamos un contrato con la aerolínea
Al comprar un pasaje estamos aceptando sus condiciones. Cada una tiene un contrato de transporte o COC (según siglas inglesas). Es un documento que en realidad es un contrato con sus pasajeros. Cada una tiene el suyo, y casi siempre tiende a favorecerlas. Ese contrato está en las páginas on line de cada una. Se refiere específicamente a las tres norteamericanas: American, Delta y United. Todas tienen políticas similares, lenguaje similar, lleno de jerga leguleya y bastante oscuro. Pero como ocurre con la mayoría de las condiciones de uso: la gente no se detiene a leerlo. De hacerlo, se enteraría, por ejemplo, ¿de qué?:

2. Las aerolíneas no se obligan a llevarnos a ninguna parte
Nuestro ticket no es un contrato. Los horarios de llegada y los destinos impresos no son obligantes. Los contratos dicen que no tienen obligación de cumplir con el horario. Los contratos, al menos los de esas tres, dicen que «los horarios de llegada que muestra el ticket no se garantizan y no forman parte del contrato. Están sujetos a cambios sin previo aviso». También dicen que «tienen derecho a alterar u omitir lugares de parada que muestra el pasaje en caso de necesidad». El caso de necesidad lo deciden ellas.

3. Mapeo de clase
La «clase» en el «mapeo de clase» no se refiere a los distintos niveles de servicio: primera clase, clase ejecutiva, económica, etc. Se refiere más bien a clases de precios diferentes que cobran por un vuelo. Con el mapeo de clases, los pasajeros que compran un vuelo con paradas múltiples son colocados automáticamente en la clase de pasaje más alto para cada segmento de ese vuelo. Entonces, si uno está reservando online un vuelo con una o más conexiones es muy posible que caiga en el mapeo de clases. En un vuelo nacional puede ser poca la diferencia, pero en un vuelo internacional pueden ser unos cientos y hasta miles de dólares más.

4. Un avión se parece a un camión de transporte de ganado
Hay una ley que regula el espacio que debe tener el ganado cuando es transportado en un camión. Pero no hay ninguna que estipule el espacio para las piernas, que deben dejar entre un asiento y el de adelante. Estamos a merced de las aerolíneas, especialmente de las baratas. Al ganado se lo protege porque luego hay que venderlo en buenas condiciones. Los seres humanos, especialmente si pagan «poco», deben arreglárselas como mejor puedan.

5. Los pasajes ya no se pueden cambiar
Antes cuando se producía una cancelación al pasajero se lo ponía en el vuelo de otra aerolínea sin costo adicional alguno. Eso ahora ocurre muy pocas veces. Las aerolíneas de bajo costo, como Southwest, no tienen ese acuerdo. Las otras tres, que antes hacían eso en forma casi rutinaria, también están dejando de hacerlo. Eso significa que si se produce una cancelación hay que ir a buscar un pasaje en otra aerolínea y comprar un pasaje nuevo pagándolo de nuestro bolsillo.

6. Misión imposible: demandar a una aerolínea

Si alguien las amenaza con hacerles juicio, la respuesta frecuente es: buena suerte con eso… En Estados Unidos, el juicio va a una corte federal y es un proceso largo, caro, una pesadilla que consume tiempo y que generalmente no termina bien para el pasajero. Por ejemplo:

7. La Suprema Corte dice que tus millas de viajero frecuente no son millas tuyas
Hubo un caso famoso contra Northwest Airlines, hoy Delta, que perdió el pasajero luego de dedicarle una enorme cantidad de tiempo. El viajero demandó a la aerolínea por cancelarle su cuenta de viajero frecuente,sus millas y su Status Platinum Elite. La aerolínea lo acusaba de quejarse demasiado y de exigir mucha compensación por inconvenientes. El caso se hizo famoso y terminó con el juez dictaminando que la aerolínea estaba en todo su derecho de expulsarlo del programa, o sea, que él no era dueño de sus millas.

8. Aunque el equipaje de mano cumpla con la regulación no necesariamente va a ser aceptado en la cabina
Cumple con las medidas, cumple con el peso y, a veces, al llegar a la puerta del avión, resulta que el pasajero no puede entrarlo. Esa valijita ha ido en el avión cientos de veces. Esta vez no. En esos casos no se puede esgrimir ningún argumento. Si uno vuelve a leer el contrato de la aerolínea sobre equipaje de mano, leerá también que la compañía se reserva el derecho, a su sola y absoluta discreción, de decidir si la pieza de equipaje va o no va en la cabina del avión. Eso quiere decir que los empleados de la aerolínea tienen la última palabra sobre cuáles valijitas entran al avión.

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