Los huertos urbanos van tomando cada día más presencia en nuestras ciudades; terrazas, patios, balcones incluso ventanas, cualquier lugar es bueno para iniciarte en esta gran aventura de hacer crecer tus propios alimentos.
A continuación te presentamos los principales motivos para poder motivarte a cultivar en tu casa.
¡Pon Atención!
1. Sabes lo que comes:
Alimentos saludables, frescos y de temporada. Tomates “feos” y apetitosos, zanahorias “pequeñas” y dulces, lechugas “arrugadas” y tiernas… productos frescos y de temporada cultivados con plaguicidas naturales, libres de pesticidas y cosechados justo unos minutos antes de ser ingeridos; cuidando los alimentos que ingieres cuidas de tu salud y de la salud del planeta.
2. Ahorrar dinero
Si eres perseverante, conseguirás cosechas suficientes para reducir tu compra de verduras y hortalizas frescas. Para empezar no inviertas grandes sumas de dinero, simplemente prueba en unas cuantas macetas; eso sí, te recomendamos que adquieras unas buenas semillas (si te es posible de origen ecológico certificado), una buena tierra y que te informes en la red de los cuidados básicos que necesitan las plantas que has elegido.
3. Tomar consciencia del valor de los alimentos
Cuando cultivas tus propios alimentos tomas consciencia del esfuerzo que requiere conseguir una cosecha suficiente y de calidad, un valor que no tiene que ver con el precio que el mercado establece según la oferta y la demanda del momento.
4. Estar en contacto directo con la naturaleza
Tierra, agua, insectos, plantas, la luna, la lluvia … estar cerca de la naturaleza en medio de la ciudad es un placer que nos permite escapar del ruido y del bullicio que nos rodea, un oasis de tranquilidad en medio del caos.
5. Tomar acción para ser más sostenible
Hace tiempo que no te llevas las bolsas de plástico del supermercado no compras alimentos embalados en bandejas de porespán y miras el origen de los alimentos antes de comprarlos… ¿y si das un paso más en tu compromiso hacia la sostenibilidad? Puedes empezar cultivando hortalizas en un par de macetas y probar la experiencia, seguro que va a ser satisfactoria y te animarás a ampliar tu pequeño huerto.
6. Reducir la huella de carbono
¿Te has parado a pensar qué parte del precio de 1kg de tomates corresponde a su cultivo y qué parte a hacértelo llegar desde la huerta a tu casa? Algunos estudios cifran entre 1 y 7 calorías la energía que la industria alimentaria necesita para fabricar ¡1 caloría de alimento!
Cultivando tu propio huerto reduces el gasto energético en transporte, almacenaje, manipulación y materiales de embalaje.
7. Horticultura, una actividad meditativa
Dos es uno… ¡cuida tu huerto y medita! Dedicar tiempo a tu huerto te ayudará a bajar la velocidad de tus pensamientos; intenta realizar esta actividad en silencio y despacio, poniendo toda tu atención e intención en cada una de las acciones que realices. Agradece la alegría que te da el cuidado de cada planta, la recolección de sus frutos y el sabor y nutrientes con que te obsequian.
8. Aprender una nueva habilidad
Los humanos necesitamos retos, superarnos, aprender, conocer… afición eminentemente práctica, te puedes apoyar en blogs o cursos de horticultura urbana para superar las barreras iniciales del aprendizaje; como más sepas, más te divertirás.