«La decimocuarta carta del tarot se llama la Templanza. Representa un ángel que sostiene una copa en cada mano y en la copa que sostiene en la mano derecha abajo, vierte el contenido del líquido del vaso que sostiene en alto con la mano izquierda. ¿Qué es este líquido que el ángel se ocupa en trasvasar? Es la vida, la corriente de la vida divina. Si esta corriente se corta, ya no hay intercambios y toda la vida se detiene. Este ángel nos representa a nosotros. Somos este ser que tiene la posibilidad de trabajar con los dos recipientes, a fin de que la vida divina, la vida del espíritu, descienda para animar, exaltar y vivificar nuestra materia.
Cada vez que buscamos la elevación a través de la oración y la meditación, preparamos este descenso de la vida divina. Sí, porque el movimiento de arriba a abajo, sólo puede producirse si está precedido por un movimiento de abajo a arriba. El espíritu sólo puede descender si hacemos el esfuerzo de elevarnos, es decir si le preparamos las mejores condiciones para manifestarse en nosotros.»
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