En mi opinión, ser feliz es sufrir menos…
Si no fuéramos capaces de transformar el dolor que hay dentro de nosotros, no podríamos ser felices.
Muchas personas buscan la felicidad en el exterior, pero la verdadera felicidad ha de surgir del propio interior. Nuestra cultura nos dice que la felicidad se obtiene poseyendo grandes cantidades de dinero, mucho poder y una elevada posición social; pero si observas atentamente, verás que muchas personas ricas y famosas no son felices.
Muchas de ellas se suicidan.
El Buda y los monjes y monjas de su tiempo tan sólo poseían tres hábitos y un cuenco, pero eran felices porque tenían algo sumamente precioso: la libertad.
Según las enseñanzas del Buda, la condición básica para ser feliz es la libertad.
No me refiero a la libertad política, sino a
estar libre de formaciones mentales como la ira, la
desesperanza, la envidia y la ignorancia.
Estas formaciones mentales fueron descritas por el Buda como ponzoñas.
Mientras estos venenos estén presentes en nuestro corazón, no podremos ser felices.