Uno de los libros más infames de la historia es el Libro de Ester, el más judío de esos libros y el único en el cual Yahvé no es mencionado.
La historia de Ester dio ocasión a la ceremonia religiosa más importante de los judíos, la fiesta de Purim, que celebra la victoria de los judíos sobre los Gentiles, cuando Ester tuvo éxito en hacer que Amán fuera ejecutado.
En esa época, Asuero era el rey de Persia, y su Primer Ministro era un concienzudo y esforzado Gentil llamado Amán. Amán había estado preocupado por el creciente poder y la insolencia de los judíos persas. Dice en Ester 3:8-9:
«Amán dijo al rey Asuero: Hay un cierto pueblo disperso y diseminado entre todas las provincias de tu reino; y sus leyes son diferentes de las de cualquier otro pueblo, y no observan las leyes del rey; por lo tanto no es beneficioso para el rey sufrirlos.
Si le complace al rey, que se decrete que ellos sean destruídos».
Esa petición pareció bastante razonable al rey Asuero, y él autorizó a Amán a preparar un día en el futuro próximo cuando el problema judío pudiera ser solucionado.
Sin saberlo ellos, la esposa favorita del rey, Ester, era una judía secreta llamada Hadasa.
Ella era la sobrina de un líder judío llamado Mardoqueo, y él la había pasado de contrabando en el palacio para dar sus encantos al rey, y así la ramera judía se convirtió en la reina.
Los judíos pronto se enteraron del plan del rey Asuero, y Mardoqueo rápidamente fue al palacio, donde él informó a Ester del peligro en que estaban los judíos.
Ester audazmente fue al rey, le dijo que ella era una judía, y lo desafió a realizar la petición de Amán.
El rey fue incapaz de resistir a sus encantos, y él consintió en hacer cualquier cosa que ella le pidiera.
Ester sólo pidió que la horca que Amán estaba construyendo para colgar a Mardoqueo y los otros conspiradores judíos fuera completada, y que luego el rey colgara en cambio allí a Amán.
El rey estuvo de acuerdo, y cuando Amán había sido colgado, Ester obligó al rey a inaugurar un régimen de terror contra sus súbditos Gentiles. Ester 8:7:
«Entonces el rey Asuero dijo a Ester la reina y a Mardoqueo, el judío: Mirad, he dado a Ester la casa de Amán, y él lo han ahorcado, porque él puso sus manos sobre los judíos».
Los judíos hicieron demandas adicionales, y otra vez el rey estuvo de acuerdo, porque él era incapaz de negar nada a Ester.
Ester 8:11:
«El rey permitía a los judíos que estaban en cada ciudad que se juntaran y defendiesen sus vidas, que destruyeran, mataran e hicieran perecer todo el poder de la gente y provincia que los asaltara, tanto pequeños como mujeres, y tomaran los despojos de ellos como botín».
Este versículo revela la innata sed de sangre de los judíos, en su demanda de que les fuera permitido masacrar a mujeres y niños que no les habían hecho daño.
La acción de Amán contra ellos había sido planeada como un programa gubernamental, pero el contraataque judío se convirtió en una salvaje matanza de inocentes.
La masacre comenzó, como está descrito en Ester 8:17:
«Y en cada provincia y en cada ciudad, dondequiera que llegaba la orden del rey y su decreto, los judíos tenían alegría y regocijo, banquete y día de fiesta.
Y muchos de los pueblos de la tierra declaraban ser judíos, porque el miedo a los judíos había caído sobre ellos».
A petición de Ester, el rey Asuero colgó entonces a los diez hijos de Amán, habiendo sido su único crimen el que Amán había sido su padre, y su casa y sus bienes fueron dados a los parientes de Ester.
Las masacres de los Gentiles fueron llevadas a cabo a través de todo el Imperio persa, y la carnicería contra los líderes nativos debilitó tanto a la nación que poco después el Imperio fue fácilmente conquistado por Alejandro Magno.
Por cuanto Amán había echado suertes, o Pur, para atacar a los judíos, los judíos victoriosos tomaron el nombre de Purim, o Día de las Suertes, para celebrar su victoria sobre los Gentiles.
El último versículo de Ester describe a su feliz comunidad judía, Ester 10:3:
«Pues el judío Mardoqueo era el segundo después del rey, y persona importante entre los judíos, amado por la multitud de sus hermanos, preocupado por el bien de su pueblo y procurador de la paz para toda su simiente».
Publicado por Oder