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Para los habitantes de la Tierra el proceso de activación del “Cuerpo de Luz” no es una opción.
Si la Tierra cambia, todos sus habitantes tendrán que cambiar con ella. Algunos están más avanzados en el proceso, otros vienen atrás; pero aclaramos que llevar un ritmo más rápido no significa ser más evolucionado espiritualmente. Es el espíritu el que determina el nivel de activación del cuerpo de luz, de acuerdo al diseño divino y a las necesidades planetarias.
En marzo de 1988 todos los humanos recibieron su primera activación del cuerpo de Luz. Se realizó por medio de una emisión masiva de tonos, color y patrones geométricos.
Desde entonces algunos de nosotros comenzamos a experimentar molestias físicas, como: dolor de espalda del lado derecho: a nivel de la cadera, en la parte posterior del corazón y en la base del cerebro; exactamente los tres puntos de encaje de estas energías. Simultáneamente todas las toxinas acumuladas, los viejos traumas, miedos, y las emociones guardadas comenzaron a surgir en cada uno, para ser limpiadas.
Con cada activación del cuerpo de luz, la mitocondria, que es sensible a la luz, absorbe la energía tono / color, e incrementa, en ráfagas, la producción de ATP. El ATP se convierte en ADP y el metabolismo se acelera dramáticamente.
Si lo desean, pueden conocer físicamente el grado de activación que ya han alcanzado, midiendo el incremento de Trifosfato de Adenosina (ATP) en sus células.
Con el segundo nivel de activación cambia el giro de las geometrías en los cuerpos emocional, mental y físico. Es posible que experimenten oleadas de intensa fatiga.
En el tercer nivel se comienza a formar el sistema circulatorio axial, que poco a poco se extiende y activa puntos de giro en cada célula.
Frecuencias de sonido y color cambian el giro atómico, especialmente de los átomos de hidrógeno. Sonido y color realinean la sangre, y los sistemas linfático, endocrino y nervioso.
El cuarto nivel de activación involucra el nivel mental. Comienza un cambio masivo en la química y el electro-magnetismo del cerebro. Es posible que experimenten dolores de cabeza, embotamiento, presión en el pecho, y arritmia cardiaca. La visión y la audición pueden alterarse, conforme su cerebro cambia. Se comienza a sentir como si una corriente eléctrica, o vibración, fluyera desde el cráneo hasta el final de su espina dorsal.
En el quinto nivel de activación comienza un cuestionamiento de todos los conceptos. Es el tiempo de cerrar y abrir muchos procesos. Lo que en este nivel necesitan hacer es rendir el control al espíritu, ese control que hasta ahora ejercía su cuerpo mental.
El sexto nivel es muy doloroso, porque conlleva la reestructuración del sentido de identidad y cambia el propósito de la vida.
En el séptimo nivel entra en juego el plano emocional, si tienen bloqueos, estos comenzarán a surgir. Se sentirán en una montaña rusa emocional, experimentando llanto y depresión sin motivo, y momentos de éxtasis. Los apegos se disuelven y aquí muchas relaciones terminan.
En el octavo nivel las glándulas pineal y pituitaria comienzan a crecer y a cambiar de forma, el cerebro se expande. Se siente presión y dolor en la frente, y en la parte posterior derecha de la cabeza (la nuca). Es posible que internamente comiencen a percibir figuras geométricas y tonos (el lenguaje de luz). En esta etapa muchos creen que están sufriendo de Alzheimer, porque la memoria comienza a fallar seriamente. La explicación es que para ganar el 95% del cerebro, tienen primero que perder el 5%.
Simplemente las conexiones, que estaban acostumbrados a usar, se han vuelto inaccesibles; mientras que otras nuevas están siendo creadas. En esta etapa también ocurren mutaciones en el sistema nervioso.
Cuando se activa el noveno nivel sienten intenso dolor a la altura de la columna lumbar y las caderas y molestias en la zona pélvica.
Al final de esta etapa se alcanza la neutralidad y las emociones ya no interfieren.
Comienza la rendición completa al espíritu, y con ello el despertar.
Cuando se ha completado la entrega del ego, surge el amor incondicional.
Entonces el espíritu desciende masivamente para tomar residencia en el cuerpo y comenzamos a asumir nuestro rol como los maestros multi-dimensionales que realmente somos.