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Cómo una Alimentación Rica en Grasas Ayuda a Combatir el Cáncer
Historia en Breve
Contrario a la enseñanza convencional, los defectos genéticos nucleares no causan cáncer. Primero ocurre daño mitocondrial, lo que después desencadena las mutaciones genéticas nucleares
El aspecto fundamental que se debe tratar es el aspecto mitocondrial metabólico y esto involucra reducir radicalmente los carbohidratos que no provienen de la fibra en su alimentación y aumentar las grasas de alta calidad
Normalmente, las células sanas tiene la flexibilidad metabólica para adaptarse de utilizar la glucosa a utilizar cuerpos cetónicos. Las células de cáncer carecen de esta capacidad, así que cuando reducen los carbohidratos netos (carbohidratos totales menos la fibra), entonces podrá terminar efectivamente con el cáncer
Por el Dr. Mercola
En 1931, el Dr. Otto Warburg ganó el Premio Nobel de Medicina por su descubrimiento sobre el hecho de que las células de cáncer tienen un metabolismo de energía fundamentalmente diferente en comparación con las células sanas.
La mayoría de los expertos lo consideran el más grande de los bioquímicos del siglo 20. El personal de su laboratorio también incluía a Hans Krebs, que después le dio su nombre al llamado ciclo de Krebs.1
El ciclo de Krebs se refiere a las vías de reducción de oxidación que ocurren en la mitocondria. Entonces, ¿cómo difiere la inflexibilidad metabólica de las células de cáncer de la de las células sanas?
Una célula puede producir energía en dos formas: aeróbicamente, en la mitocondria o anaeróbicamente, en el citoplasma, esta última genera el ácido láctico – un subproducto tóxico. Warburg descubrió que en la presencia del oxígeno, las células de cáncer producen ácido láctico en exceso.
Esto se conoce como el Efecto Warburg. La producción de energía mitocondrial es mucho más eficiente, capaz de generar 32 veces más energía en forma de trifosfato de adenosina (ATP) en comparación con la generación de energía anaeróbica.
Warburg concluyó que la causa principal del cáncer era revertir la producción de energía de la generación de energía aeróbica a una forma más primitiva de producción de energía, la fermentación anaeróbica.
Para revertir el cáncer, él creía que se debía alterar el ciclo de producción de energía que alimenta al tumor y que al revertir al metabolismo de energía aeróbica podría «matar de hambre» al cáncer haciendo que entre en remisión,
Aunque nunca fue capaz de probarlo concluyentemente, mantuvo su punto de vista hasta su muerte en 1970. Una de sus metas en la vida era descubrir la cura para el cáncer. Lamentablemente, como generalmente sucede en la ciencia, sus teorías nunca fueron aceptadas por la ciencia convencional a pesar de su rango académico – hasta ahora.
El New York Times2 recientemente publicó un artículo largo y detallado sobre la historia de investigación del cáncer, incluyendo las teorías de Warburg sobre el cáncer, que actualmente están siendo más aceptadas.
El Azúcar Alimenta al Cáncer
Otra forma más simple de explicar el descubrimiento de Warburg es que las células de cáncer se alimentan principalmente de la quema de azúcar, anaeróbicamente. Sin el azúcar, la mayoría de las células de cáncer simplemente carecen de la flexibilidad metabólica para sobrevivir. Como lo señalo el artículo presentado:
«Se estima que el efecto Warburg ocurre en hasta el 80% de los tipos de cáncer. Una tomografía por emisión de positrones (PET), que ha emergido como una herramienta importante sobre la manera en que funcionan las etapas y el diagnóstico de cáncer simplemente al revelar los lugares en el cuerpo en los que las células de cáncer están consumiendo glucosa extra.
En muchos casos, mientras más glucosa consume un tumor, peor es el pronóstico del paciente».
Desafortunadamente, las teorías de Warnurg rápidamente comenzaron a desaparecer en la oscuridad una vez que los científicos pusieron su atención en la genética. James Watson y Francis Crick descubrieron el ADN en 1953 y desde entonces, la investigación sobre el cáncer comenzó a enfocarse principalmente en la genética.
La hipótesis del gen ganó aún más atención una vez que Harold Varmus y Michael Bishop ganaron el Premio Nobel en 1976 por un hallazgo sobre los oncogenes virales en el ADN de las células de cáncer.
En ese momento, la atención sobre las mutaciones genéticas se desvaneció y la teoría de que las células de cáncer simplemente son versiones distorsionadas de las células normales comenzó a ser el centro de atención.
El Resurgimiento de Warburg
Tomaría otros 30 años antes de que se haga otra revisión importante sobre la hipótesis reinante sobre el cáncer. En el 2006, el proyecto Cancer Genome Atlas, diseñado para identificar todas las mutaciones que se creen causan el cáncer, llegó a una sorprendente conclusión – las mutaciones genéticas en realidad son mucho más aleatorias de lo que se creía.
De hecho, son tan aleatorias que es prácticamente imposible precisar el origen genético del cáncer. Algunos tumores cancerígenos ni siquiera tienen mutaciones en absoluto. En lugar de ofrecer la evidencia concluyente necesaria para ponerle fin al cáncer, el proyecto Cancer Genome Atlas reveló algo que claramente faltaba en la ecuación.
Con el tiempo, los investigadores comenzaron a reflexionar sobre si el desarrollo del cáncer podría tener algo que ver con la teoría de Warburg sobre el metabolismo de la energía. En los últimos años, los científicos se comenzaron a dar cuenta de que no son los defectos genéticos los que causan cáncer.
Sino que primero se da el daño mitocondrial, que después desencadena las mutaciones genéticas nucleares. Como lo señaló el New York Times:
«Por lo general hay muchas mutaciones en un solo tipo de cáncer. Sin embargo, hay un número limitado de formas en la que su cuerpo produce energía y respalda el rápido crecimiento. Las células de cáncer dependen de estos combustibles en una forma en la que las células sanas no.
La esperanza de los científicos sobre el resurgimiento de Warburg es que serían capaces de ralentizar – o incluso detener – los tumores al alterar una o más de las muchas reacciones químicas que utiliza una célula para proliferar y, en el proceso, matar de hambre a las células quitándoles los nutrientes que necesitan desesperadamente para crecer.
Incluso James Watson, uno de los padres de la biología molecular, está convencido de que abordar el metabolismo es una vía mucho más prometedora en la investigación actual sobre el cáncer que los enfoques que se centran en los genes…
«Jamás pensé… que tendría que aprender sobre el ciclo de Krebs», dijo, refiriéndose a las reacciones… a través de las cuales una célula se activa a sí misma. «Ahora me doy cuenta de que tengo que hacerlo».
Los Genes que Causan Cáncer Regulan el Consumo de Nutrientes de las Células
El componente genético ha sido descartado completamente. Los científicos han descubierto que un número de genes conocidos por promover el cáncer al influir en la división de células – incluyendo en un gen llamado AKT – también regula el consumo de nutrientes de las células. Así que ciertos genes parecen desempeñar un papel importante en el consumo excesivo de azúcar de las células de cáncer.
«Craig Thompson, el presidente y director ejecutivo de Memorial Sloan Kettering Cancer Center, ha sido uno de los principales defensores de este renovado enfoque de la división de otras células.
Su investigación mostró que las células necesitan que otras células les indican el momento de comer, asi como también requieren que otras células les digan que se dividan.
Thompson planteó la hipótesis de que si podría identificar las mutaciones que hacían que las células comieran más glucosa de lo que debería, daría un gran paso en la explicación sobre cómo comienza el efecto Warburg y el cáncer», escribió el New York Times.
«La proteína creada por AKT es parte de una cadena de proteínas de señalización que está mutada en más del 80% de todos los tipos de cáncer. Thompson dice que una vez que se diente a estas proteínas, una célula deja de preocuparse sobre las señales de otras células para comer, en cambio comienza a alimentarse con glucosa.
Thompson descubrió que podría inducir el «efecto Warburg completo» por el simple hecho de colocar una proteína AKT activada en una célula normal. Cuando esto sucede, dice Thompson, las células comienzan a hacer lo que hará cualquier otro organismo en la presencia de alimento: comer tanto como pueda ya que puede y hace tantas copias de sí mismo como es posible».
Mientras que las células sanas tienen un mecanismo de retroalimentación que hace que conserven los recursos cuando hay una falta de alimento, las células de cáncer no tienen este mecanismo y se alimentan continuamente.
Como lo señaló Chi Van Dang, director de Abramson Cancer Center en la Universidad de Pensilvania, las células de cáncer son «adictas a los nutrientes» y «cuando no pueden consumir los suficientes, comienzan a morir. La adicción a estos nutrientes explica por qué los cambios en las vías metabólicas son tan comunes y tienden a surgir primero como una célula que avanza hacia el cáncer.
Novedoso Tratamiento Ofrece Esperanza para los Pacientes de Cáncer
Una brillante bioquímica coreana de nombre de Young Ko, que trabaja con el Dr. Peter Pedersen en Johns Hopkins, ha hecho un notable descubrimiento que ofrece mucha esperanza para los pacientes de cáncer.
Creo que ella tiene la respuesta para un gran número de tipos de cáncer metatásicos intratables y predigo que algún día recibirá el Premio Nobel por su trabajo. En realidad estaré presente en la conferencia Conquering Cancer de la Dra. Ki en Orlando el 23 y 24 de septiembre.
De lo que se dieron cuenta los dos, fue que cuando las células de cáncer producen ácido láctico en exceso, tienen que producir más poros llamados fosfatos de transferencia de ácidos monocarboxílicos para permitir que el ácido láctico salga o de lo contrario las células de cáncer morirán. Como lo mencioné, el ácido láctico es una sustancia muy tóxica.
Al reflexionar sobre cómo explotar mejor esta diferencia funcional entre las células normales y las células de cáncer, Ko recordó un compuesto llamado 3-bromopiruvaro (3BP), con el que trabajó mientras obtenía su maestría.
Esta molécula se parece mucho al ácido láctico, pero es sumamente reactiva. Ella pensó que el 3BP podría ser capaz de deslizarse en el poro que está permitiendo que el ácido láctico sea expulsado de las células de cáncer, por lo tanto evitará que el ácido láctico se derrame.
Su presentimiento era correcto. En más de 100 pruebas de laboratorio, el 3BP tuvo un impacto en todos los medicamentos de quimioterapia que utilizo para la comparación. En pocas palabras, el 3BP «derrite» los tumores al evitar que el ácido láctico se salga de las células de cáncer, por lo tanto las mata desde adentro.
Un Viejo Medicamento Contra la Diabetes Podría Tener un Nuevo Uso en la Guerra contra el Cáncer
Curiosamente, la metformina, un medicamento que reduce la glucosa en suero en los diabéticos, también ha mostrado tener efectos anticancerígenos – otra cosa atinada en la teoría de Warburg es que el cáncer no puede prosperar en un entorno bajo en glucosa. Como señaló el artículo presentado:
«En los próximos años [la metformina] probablemente será utilizada para tratar – o al menos prevenir – algunos tipos de cáncer. Porque la metformina puede influir en un gran número de vías metabólicas, el mecanismo preciso a través del cual logra sus efectos anticancerígenos sigue siendo objeto de debate. Pero los resultados de varios estudios epidemiológicos han sido sorprendentes.
Los diabéticos que toman metformina parecen ser significativamente menos propensos a desarrollar cáncer que los diabéticos que no la toman – y significativamente, con menos probabilidades de morir a causa de la enfermedad cuando la toman. Casi al final de su vida, Warburg se obsesionó con su alimentación.
Pensaba que la mayoría de los tipos de cáncer se podían prevenir y pensaba que las sustancias químicas añadidas a los alimentos y utilizadas en la agricultura podrían causar tumores al interferir con la respiración. Dejo de comer pan a menos que lo hiciera el mismo. Tomaría leche únicamente si provenía de un rebaño especial de vacas…
Es poco probable que la alimentación personal de Warburg se convierta en un camino hacia la prevención.
Pero el resurgimiento de Warburg ha permitido a los investigadores desarrollar una hipótesis sobre cómo la alimentación que está relacionadas con nuestras epidemias de obesidad y diabetes – específicamente, los tipos de alimentación ricas en azúcar que pueden elevar permanentemente los niveles de la hormona insulina – también podrían causar en las células el efecto Warburg y el cáncer».
Aunque probablemente la metformina tiene algunos beneficios en el mejoramiento de la disfunción mitocondrial, creo que hay muchas mejores opciones, ya que la metformina ha sido relacionada con la deficiencia de vitamina B12.
La berberina es una planta alcaloide natural que es mucho más segura y que trabaja de forma similar. Sin embargo, ambas fallarán si no restringe el consumo de proteína a menos de 1 gramo/kilogramos de masa corporal magra y carbohidratos netos a menos de 40 gramos al día.
Desde mi perspectiva, ignorar la alimentación como una herramienta de prevención es temerario por así decirlo. Como Warburg, estoy convencido de que la mayoría de los tipos de cáncer son prevenibles mediantes una alimentación y nutrición apropiada, además de optimizar las proporciones de nutrientes y evitar las exposiciones tóxicas que son otro factor importante.
Esta es una de las razones por las que recomiendo consumir alimentos orgánicos, especialmente los productos de origen animal, siempre que le sea posible.
La Importancia de la Alimentación para un Tratamiento Exitoso Contra el Cáncer
El aspecto fundamental que debe ser abordado es el defecto mitocondrial metabólico y esto involucra reducir radicalmente los carbohidratos sin fibra y aumentar el consumo de grasas de alta calidad.
Podría necesitar hasta 85% de sus calorías alimentarias de grasas saludables, junto con cantidades moderadas de proteína de alta calidad, ya que el exceso de proteína también puede desencadenar el crecimiento del cáncer.
Esa, realmente es una solución. Si no hace eso, otros tratamientos, incluyendo el 3BP, probablemente no funcionarán. (Sin embargo, creo que si está en cetosis nutricional y después añade 3BP, probablemente pueda revertir cualquier tipo de cáncer. Esa es mi impresión. Probablemente tenga algunos defectos y lo revisaré en caso de ser necesario, pero todo lo que he visto hasta el momento me manda en esa dirección.)
Es importante recordar que la glucosa es un combustible inherentemente «sucio» ya que genera muchas más especies reactivas al oxigeno (ROS) que la quema de grasa. Pero para quemar grasa, sus células deben estar sanas y normales.
Las células de cáncer carecen de flexibilidad metabólica para quemar grasa y esta es la razón por la que una alimentación rica en grasas saludables parece ser una estrategia eficaz contra el cáncer.
Cuando cambia de quemar glucosa como su combustible principal a quemar grasa, las células de cáncer tienen que luchar para mantenerse vivas, ya que la mayor parte de su mitocondria son disfuncionales y no pueden utilizar oxígeno para quemar combustible.
Al mismo tiempo, a las células sanas se les da un combustible ideal, que reduce el daño oxidativo y optimiza la función mitocondrial. El efecto total es que las células sanas comienzan a prosperar, mientras que las células de cáncer se «mueren de hambre».
Para una salud óptima, necesita cantidades suficientes de carbohidratos, grasa y proteína. Sin embargo, desde la llegada de los alimentos procesados y la agricultura industrial, tomar decisiones saludables se ha convertido en un asunto más complejo. Hay carbohidratos saludables y carbohidratos poco saludables.
El mismo es el caso de las grasas. También hay consideraciones importantes cuando se trata de la proteína, ya que el exceso de proteína también contribuye con una mala salud. De mi revisión de la biología molecular requerida para optimizar la función mitocondrial, lo mejor es enfocarse en consumir:
75 al 85% de sus calorías totales como grasas saludables
8 a 15% como carbohidratos, con el doble de carbohidratos provenientes de fibras que de carbohidratos que no provienen de fibras (netos)
7 al 10% de sus calorías como proteína (carnes y productos de origen animal que provengan de animales de pastoreo, de alta calidad)
Consideraciones Alimenticias: Grasas
Las grasas saludables3 representan aproximadamente el 75 al 80 por ciento de sus calorías diarias. La clave aquí son que las grasas SALUDABLES, ya que la gran mayoría de las grasas que consumen las personas no son saludables. Evite todos los aceites procesados y embotellados con excepción de los aceites de oliva certificados, ya que el 80% son adulterados con aceites vegetales.
Lo ideal es que consuma más grasas monosaturadas que grasas saturadas. Limite el consumo de grasas poliinsaturadas (PUFA) a menos de 10%. A niveles más altos, aumentará la concentración de PUFA en la membrana mitocondrial interna, lo que lo hace más susceptible al daño oxidativo de las especies reactivas al oxígeno generadas allí.
Por último, no exceda el 5% de sus calorías como grasas omega 6. Combinadas, las grasas omega 6 y omega 3 no deberían exceder el 10% y la proporción entre omega 6 y 3 debería ser por debajo de 2. Las fuentes de grasas saludables incluyen:
Aceitunas y aceite de oliva
Coco y aceite de coco
Mantequilla hecha con leche sin pasteurizar y mantequilla de cacao
Frutos secos crudos como macadamia y nueves y semillas como sésamo negro, comino, semillas de calabaza y cáñamo
Yemas de huevo sin pasteurizar
Aguacates
Carnes de animales de pastoreo
Manteca de cerdo, sebo y manteca
Grasas omega-3 de origen animal como el aceite de krill
Consideraciones Alimenticias: Carbohidratos
Cuando se trata de carbohidratos, hay carbohidratos ricos en fibra (principalmente los vegetales) y los carbohidratos que no provienen de la fibra (como azúcar y granos procesados). Lo ideal sería consumir el doble de carbohidratos con fibra que carbohidratos netos. Así que si su consumo total de carbohidratos es de 10% de sus calorías diarias, al menos la mitad debería ser fibra.
La fibra no se digiere y descompone en azúcar, lo que significa que no impactará adversamente a sus niveles de insulina, leptina y mTOR. La fibra también tiene un gran número de beneficios para la salud, incluyendo control de peso y un menor riesgo de ciertos tipos de cáncer.4 Como se señaló en el artículo presentado, sus niveles de insulina desempeñan un papel muy importante en el cáncer.
«La hipótesis de la insulina se puede remontar a la investigación de Lewis Cantley. En la década de 1980, Cantley descubrió cómo la insulina, que es liberada por el páncreas y le dice a las células que tomen la glucosa, influye en lo que sucede dentro de la célula.
Actualmente, Cantley se refiere a la insulina y a una hormona estrechamente relacionada, IGF-1 (factor de crecimiento similar a la insulina), como «el campeón» de los activadores de las proteínas metabólicas relacionadas con el cáncer. Él está comenzando a ver evidencia, dice, que en algunos casos, «realmente es la insulina por sí sola la que hace que se desarrolle el tumor».
Una forma de pensar sobre el efecto Warburg, dice Cantley, es que como si la vía de señalización de la insulina o IGF-1 «se saliera de control – sus células se comportan como si la insulina les estuviera diciendo que tomen glucosa todo el tiempo y que comiencen a crecer.
Cantley, que evita consumir azúcar lo más que puede… dice que los efectos de una alimentación azucarada en los modelos de cáncer colorrectal, de mama y otros tipos de cáncer «se ven bastante impresionantes» y «bastante atemorizantes».
El número más importante que no se debe perder de vista son los carbohidratos netos, que deberá mantener lo más bajos posible. Los carbohidratos netos se calculan tomando el número total de carbohidratos en gramos y restarle la cantidad de fibra contenida en el alimento.
El resultado son los carbohidratos netos. Para una salud óptima y prevención de enfermedades, recomiendo mantener sus carbohidratos netos por debajo de 40 o 50 gramos al día.
La única manera de saber cuánta fibra y carbohidratos netos consume es mantener un diario en donde apunte lo que come. Excelentes fuentes de carbohidratos ricos en fibra que puede consumir, incluyen:
Semillas de chía
Bayas
Almendras
Coliflor
Hortalizas de raíz y tubérculos como cebollas y batata
Legumbres
Chícharos
Vegetales como brócoli y coles de Bruselas
Cáscara de semilla de psyllium
Consideraciones Alimenticias: Proteína
Por último pero no menos importante, existe un límite superior de cuánta proteína puede utilizar su cuerpo y consumir más de la que su cuerpo necesita para reparar y crecer, que simplemente añadirá combustible para los procesos de enfermedades. Un consumo de proteína ideal es de alrededor de medio gramo de proteína por libra de masa corporal.
Para la mayoría de las personas esto equivale a aproximadamente 40 a 60 gramos al día, pero muchas de las personas que viven en los Estados Unidos por lo general consumen de tres a cinco veces esa cantidad, lo que – al igual que el azúcar – puede aumentar su riesgo de cáncer.
Cantidades importantes de proteína pueden encontrarse en la carne, pescado, huevos, productos lácteos, legumbres, frutos secos y semillas. Algunos vegetales como el brócoli también contienen cantidades generosas de proteína.
Para estimar su requerimiento de proteína, primero determine su masa corporal. Reste el porcentaje de grasa corporal de 100. Por ejemplo, si tiene una grasa corporal de 20%, entonces tiene una masa corporal de 80%. Sólo multiplique ese porcentaje (en este caso, 0.8) por su peso actual para obtener su masa corporal en libras o kilos.
Después, anote todo lo que come durante algunos días y calcule la cantidad de proteína diaria que ha consumido de todas las fuentes. Le repito, debería consumir medio gramos de proteína por libra de masa corporal. Si su promedio actual es mucho más de lo óptimo, haga los ajustes necesarios. La siguiente tabla le dará una idea general del contenido de proteína de varios alimentos.
Carne roja, carne de cerdo, aves y mariscos un promedio 6.9 gramos de proteína por onza.
Una cantidad ideal para la mayoría de las personas sería una porción de 3 onzas de carne o mariscos (no 9 o 12 onzas de filete), Que le proporcionará aproximadamente de 18 a 27 gramos de proteína
Los huevos contienen alrededor de 6-8 gramos de proteína por huevo. Así que un omelet hecho de dos huevos equivale a unos 12 a 16 gramos de proteína.
Si agrega queso, también es necesario calcular esa proteína (revise la etiqueta de su queso)
Las semillas y frutos secos contienen un promedio de 4-8 gramos de proteína por cada cuarto de taza
Los frijoles cocidos tienen un promedio de 7.8 gramos por cada media taza
Los granos cocinados tiene un promedio de 5-7 gramos por taza
La mayoría de los vegetales contienen alrededor de 1-2 gramos de proteína
Optimizar la Función Mitocondrial Es la Clave para la Prevención y el Tratamiento del Cáncer
Estamos empezando a darnos cuenta que la disfunción mitocondrial es la base de prácticamente todas las enfermedades – especialmente del cáncer – y su estilo de vida tiene todo que ver con esta situación. Por lo tanto, las estrategias que refuercen y optimicen su función mitocondrial, como la cetosis nutricional (lograda por una alimentación rica en grasas saludables y baja en carbohidratos netos), el ayuno intermitente y el ejercicio de alta intensidad, todos son parte de la solución.
Una de las razones básicas de por qué la alimentación rica en grasas saludables y baja en carbohidratos netos funciona también es porque reduce la inflamación hasta el punto de desaparecerla. Y cuando la inflamación desaparece, su cuerpo puede comenzar a sanar. También retrasa el proceso de envejecimiento. Lamentablemente, mi suposición es que hasta el 99% de la población no está recibiendo los beneficios de este enfoque simplemente porque no lo han escuchado o no lo entienden.
Esta es la razón por la que mi próximo libro se enfocará en la optimización de la mitocondria. Creo firmemente que es una de las claves para combatir no sólo la epidemia de cáncer, sino también otras epidemias de enfermedades. Finalmente, la mejor de las noticias es que usted tiene más control sobre su salud y su riesgo de cáncer, del que piensa.