www.prosveta.com
«Todos sois capaces de entusiasmaros al descubrir una verdad espiritual y sois sinceros al decir que queréis vivir en armonía con ella en lo sucesivo. Pero sucede que, muy pronto, este entusiasmo decae. ¿Por qué? Porque todavía no habéis aprendido a imponeros a vuestro pueblo, a los habitantes de estos miles de millones de células que constituyen vuestro organismo. Todos no están convencidos: esta luz que acabáis de recibir, esta buena decisión que acabáis de tomar sólo ha logrado alcanzar a algunos de estos habitantes. Los demás hacen oídos sordos y se niegan a ser molestados en sus hábitos. Resisten, y como son más numerosos, ganan la partida.
Es difícil arrastrar a toda esta población interior, pero ésta es la base del trabajo espiritual: tratar de penetrar suficientemente dentro de nosotros y establecer, poco a poco, con el pensamiento, relaciones con las células de todos nuestros órganos con el fin de educarlas. Poco a poco se vuelven más receptivas y aceptan sostenernos en el camino de la luz.«
***