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Stonehenge es famoso por estar alineado con los solsticios, aunque durante el resto del año parece extraño que sus antiguos y desconocidos constructores no llevaran la cuenta del día en el que se encontraban, aunque sólo fuera para saber cuántos días faltaban para el próximo solsticio. Sin embargo, recientemente se ha dado a conocer una nueva teoría que sugiere que el ancestral monumento era utilizado para algo más que solamente determinar los solsticios de invierno y verano o como lugar sagrado de enterramiento.
Lloyd Matthews, experto maquetista a escala que desarrolla su labor en el Reino Unido, y Joan Rankin, historiadora retirada residente en Canadá, han emprendido un ambicioso intento de replantear la cuestión de la posible función de Stonehenge. Su conclusión, tras tres años de una intensa y laboriosa investigación, es que toda la estructura constituía, de hecho, un complejo calendario de profundo significado que permitía realmente llevar la cuenta de los días del año solar. Stonehenge no sólo desempeñaba la función de calendario solar, similar al calendario occidental que aún utilizamos hoy en día, sino que también servía de calendario lunar, lo que era importante para una sociedad agrícola en pleno desarrollo que necesitaba planificar con éxito las diversas actividades de cada estación.
Lloyd Matthews pasó 6 años investigando meticulosamente el monumento para construir dos maquetas a escala que se expondrían en el Museo de Arte de Maryhill. Las maquetas nos muestran a Stonehenge tal y como podemos contemplarlo actualmente y también con su presunto aspecto original.
Las maquetas de Stonehenge realizadas por Lloyd Matthews:
a la derecha, el famoso monumento megalítico en la actualidad. A la izquierda, su probable aspecto original.
En el transcurso de su investigación, Matthews identificó tres marcas distintas talladas sobre tres de las grandes piedras conocidas como trilitos (ver más abajo). Motivado por la curiosidad, consultó con diversos investigadores que no supieron ofrecerle una explicación satisfactoria acerca del posible significado de estos símbolos. Entonces, el experto decidió continuar su investigación de este antiguo enigma con la ayuda de Joan Rankin, toda una autoridad sobre la prehistoria.
Piedra 52 con el símbolo del «Ojo».
Símbolo labrado sobre la Piedra 53.
Piedra 59 con símbolos labrados sobre su superficie (líneas paralelas).
Rankin y Matthews, trabajando conjuntamente, podrían no sólo haber descifrado con éxito el misterio de estos tres símbolos, sino también haber descubierto cuál era el propósito de los 56 hoyos cavados en torno a Stonehenge durante la fase inicial de su construcción, conocidos popularmente como los ‘Aubrey Holes’. Parece probable que estos agujeros fueran empleados como un calendario para llevar la cuenta de los días que iban pasando, constituyendo seis revoluciones y media en torno a Stonehenge un año completo y utilizándose el amanecer del solsticio de verano como referencia y punto de partida para el año siguiente.
Los 56 hoyos también estarían relacionados por con el llamado ciclo de Saros, de aproximadamente 18 años y 11 días, tras el cual la Luna y la Tierra regresan a la misma posición en sus órbitas, y se pueden repetir los eclipses. 56 dividido 3 da 18.66…
En cuanto a las misteriosas figuras grabadas sobre los trilitos, la nueva investigación ha demostrado que estos símbolos podrían haber sido posicionados deliberadamente allí para permitir que los antiguos astrónomos de Stonehenge observaran el desarrollo de otros importantes ciclos astronómicos.
El Dr. Derek Cunningham, prestigioso experto arqueológico, ha recibido bien lo propuesto por Rankin y Matthews, comentando que la idea general está basada en observaciones sólidas. «La nueva teoría no sólo puede explicar los tres símbolos, sino también la disposición y el número de hoyos (‘Aubrey Holes’) presentes en el monumento. Ni unos ni otros habían recibido hasta ahora una explicación convincente», dijo. «Se espera que las investigaciones continúen, aunque de momento parece que Stonehenge podría estar finalmente revelando algunos de sus secretos», añadió Cunningham.
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