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Fathi Bayoudh estaba en el aeropuerto Ataturk de Estambul el pasado 28 de junio con la misión de reunir a su familia.
Bayoudh, un médico militar tunecino de 58 años, había viajado desde Túnez un par de meses antes a Turquía, con la esperanza de recuperar a su hijo único, Anouar, que se había unido al denominado Estado Islámico. Quería convencerlo de abandonar el grupo extremista y regresar a casa.
El pasado martes estaba en el principal aeropuerto de Estambul esperando a su esposa, que volaba desde Túnez, para continuar juntos con la búsqueda.
De repente un comando de tres hombres armados ingresó a la terminal aérea, lanzando un ataque en el que murieron 44 personas, entre ellas Fathi Bayoudh.
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«Había viajado a Turquía en un esfuerzo para reunirse con su hijo, quien se había unido a las filas de Estado Islámico en Siria con su novia», le dijo una fuente militar a la agencia de noticias Reuters.
Convencerlo de regresar
La trágica historia del militar Bayoudh, que tenía rango de coronel mayor en el ejército, comenzó hace dos años.
Su hijo, quein estudiaba medicina, decidió marcharse para hacerse militante de Estado Islámico. Mintió a sus padres, diciéndoles que iba ahacer unas prácticas de trabajo a Suiza. En realidad, según indicó un allegado de la familia, recaló en Irak y tres meses más tarde siguió camino a Siria.
«(Fathi) estaba siguiendo a su hijo. Lo que sabemos es que éste había viajado a Siria y cuando quería regresar fue apresado por las fuerzas turcas en la frontera», explicó a la agencia de noticias AFP Faycal Ben Mustapha, del Ministerio de Relaciones Exteriores de Túnez.
No era un viaje casual el que había emprendido el hijo de Fathi: investigadores le dijeron a la BBC que entre 3.000 y 6.000 tunecinos han salido del país hacia Siria e Irak para unirse al grupo islamista en los últimos dos años.
Túnez es el país que más militantes ha aportado a EI.
Sin embargo, de acuerdo al reporte de las autoridades, el joven Bayoudh, de 26 años, había decidido emprender el camino de regreso, quizá como consecuencia de la presión familiar. Fue de salida, cuando intentaba cruzar la frontera con Turquía, que fue detenido.
La embajada tunecina en Turquía le informó a la familia que Anouar estaba preso, en poder de las autoridades turcas, en una población cercana a la frontera.
«Su padre había intentado persuadirlo durante años para que regresara a casa. Cuando supo de su detención en Turquía, vino al país para regresar con él a Túnez», explicó la fuente.
Sin embargo, al padre lo alcanzó la muerte en el aeropuerto Ataturk en la noche del martes.
Aunque ningún grupo se adjudicó la autoría del ataque, el gobierno turco responsabiliza a Estado Islámico.