de SOTT.net
Fue aprobada por la Agencia de Medicamentos de Estados Unidos, la FDA, en enero pasado y es un fármaco muy similar al popular Adderall.
Pese a ser una anfetamina, una droga (drug llaman en USA a los medicamentos), el marketing de la compañía Neos -que hace honor a su nombre pues es realmente nueva en el ámbito farmacéutico pese a que cotiza en Bolsa- se ha centrado en la facilidad de uso de su fármaco.
Recreativa y peligrosa sobre todo en boca de infantes pues es sabido que laanfetamina produce un síndrome denominado psicosis anfetamínica, parecido a la psicosis cocaínica o a la esquizofrenia paranoide.
Sobre la mera existencia del TDAH, su definición como enfermedad, hay mucha controversia. Existe una extendida corriente de médicos y expertos en salud mental que asegura que «La industria farmacéutica es la principal beneficiaria del invento del TDAH».
La «moda» de diagnosticar y medicar la falta de atención de los críos en las escuelas o su inquietud y gran actividad mental y física llegó hace tiempo a España.
Como hemos explicado, lasobremedicación de la infancia con psicofármacos peligrosos comienza en la escuela incluso, donde lo más granado de lo más corrupto del sistema sanitario ha visto en los profesores un aliado para el diagnóstico y posterior tratamiento de sus alumnos, lo que para algunos, los que se prestan a ese macabro juego, entiendo que significa un alivio.
Pero si haber dejado que una industria convierta los problemas de la vida cotidiana de la infancia en enfermedades es grave, más lo es medicar a chicos y chicas con este tipo de medicamentos.
Prescribir fármacos así a niños tan pequeños es muy arriesgado, ya que su cerebro todavía está desarrollándose y el uso de estos tratamientos (anfetaminas, metilfenidato que es conocido como la cocaína pediátrica) puede influir profundamente en su crecimiento.
De hecho, así lo reconoce Neos en su nota de advertencias sobre su producto. Losmedicamentos que se usan con la infancia diagnosticada de TDAH son ineficaces y peligrosos, adictivos y cuyos efectos a largo plazo se desconocen.
En suma, otra vuelta de tuerca en un mercado muy codiciado (LA INFANCIA) que está moviendo inescrupulosos intereses de industrias, políticos y lobbies, médicos, educadores y familias mal informadas y/o engañadas.