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Este sábado los habitantes de Sudán del Sur, la nación más joven del planeta, no cantarán el himno ni asistirán a un desfile para celebrar el quinto aniversario de su independencia.
El presidente, Salva Kirr, decidió cancelar hace unos días las festividades para ahorrarse los gastos del acto conmemorativo.
Así se lo explicó a medios locales el ministro de información de la nación africana, Michael Makuei Lueth.
La economía del país situado en el noreste africano, que se separó de Sudán en 2011 tras un histórico referendo, ha sufrido un grave deterioro en los últimos años.
Esto se debe a la guerra civil que atraviesa desde 2013 y que ha dejado decenas de miles de muertos y 2,2 millones de desplazados, según la Organización de Naciones Unidas (ONU).
A pesar de que sus habitantes esperaban que la independencia traería la paz tras la guerra civil que vivió Sudán entre 1985 y 2005, el conflicto no acabó.
En lugar de pronunciar un discurso en el marco del aniversario de la independencia, este viernes el presidente Kirr se disculpó en televisión nacional por «haberse visto acorralado en esta situación en la que no habían planeado encontrarse», refiriéndose a su pueblo.
Pese al conflicto armado y a que la economía de Sudán del Sur no ha prosperado desde que se creó el país, esta es la primera vez desde 2011 que el presidente suspende el acto conmemorativo de independencia.
Violencia reciente
En la última semana dos tiroteos reavivaron la amenaza de que se recrudezca laguerra civil, tras haberse firmado un tratado de paz en agosto del año pasado.
El conflicto se había desencadenado en 2013 luego de que el presidente Kirr acusara al vicepresidente Riek Machar de planificar un golpe de estado en su contra el mismo año.
En el contexto del acuerdo de agosto de 2015, Machar volvió a su cargo hace tres meses.
Sin embargo, este jueves se produjo un tiroteo entre el ejército y los soldados leales a Machar que dejó cinco muertos.
Y al día siguiente volvió a desatarse un enfrentamiento en las inmediaciones del palacio presidencial, en el que se encontraban Kirr y Machar.
La situación permanece tensa, de acuerdo a testigos sobre el terreno.
Ambos líderes han apelado a la calma.
Para James Copnall, editor para África de la BBC, el acuerdo de paz de 2015 lo que hizo fue «restaurar el viejo ordenpolítico que gobernó el país antes de estallar la guerra».
«Por lo que no hay un cambio fundamental, sino más bien un retorno a las frustraciones de aquel periodo», señaló Copnall.
Las pugnas entre Kirr y Machar permanecen, pues el segundo aspira a la presidencia en los próximos 30 meses y Kirr parece renuente a esta posibilidad, señaló Copnall.
Pobreza y petróleo
Al nombrar la razón para cancelar la celebración de la independencia este año, el ministro de información del país, Michael Makuei Lueth, solo habló de problemas económicos.
Los actos previos habían tenido un costo de US$1,6 millones, por lo que preferían destinar esa partida para otros fines, como el pago de salarios, dijo Makuei a una radio local.
Sin embargo, será poco lo que este ahorro pueda significar para la economía del país, con la inflación más alta del mundo (300%).
El país dependía en un 98% de los ingresos petroleros y su industria ha colapsado tras la baja en los precios y como consecuencia de la guerra.
Además de la crisis económica, los sursudaneses se enfrentan a la peor escasez de alimentos en su breve historia como nación.
Se estima que alrededor de 4,8 millones de personas podrían pasar hambre antes de las cosechas que comienzan en agosto, indicó la ONU este miércoles.
«No creo que este país nuestro pueda ser pacífico aunque sea por poco tiempo«, le dijo el pasado abril David Riing Gai, uno de los sursudaneses desplazados por el conflicto, al editor de la BBC James Copnall.