Un comentario en “El Universo Energético”

1. Hola Maestroviejo! Desde que me recomendaron leer algo en este blog no he podido parar. Siempre hay cosas que me resultan muy interesantes, y muchas de esas cosas las firmas tú. A cada renglón que leo se me disparan muchas ideas, como si mis experiencias se pudieran cotejar con otras, y de esa comparación salieran otras ideas nuevas. Claro, ya se que no son nuevas; en todo caso, son nuevas para mí. Y eso es lo que me gusta que ocurra cuando leo cosas nuevas: que eso que leo me “deje” algo, aunque ese algo sean incógnitas… pero que no pase desapercibido, como lamentablemente me ocurre con otros temas que no son de mi interés.
   Ahora entramos en el tema del mundo percibido como energía. Todavía recuerdo cuando lo leí por primera vez en los libros de Castaneda, de cómo me maravilló esa “simple” afirmación. Luego, por supuesto, tuve que corroborar por mí mismo qué era lo que en esos libros se decía. Y como cada viaje por esta vida es tan personal –no podía ser de otra forma- mi experiencia me ha llevado a descubrir algunas cosas que me gustaría compartir contigo y con los seguidores de este blog.
   Muchas cosas ya las narré en comentarios anteriores sobre la prohibición del DMT. Pero hay otras que recordé cuando leía este último post tuyo.
   Yo sé que es muy difícil -para aquellos que no han podido experimentarlo en carne propia- saber qué significa exactamente “ampliar” los límites de la percepción. Es por eso que para comenzar a hablar del mundo o del universo como energía primero deberíamos probar, con nuestra propia experiencia, el salir aunque sea brevemente de esta “realidad” a la que llamamos vida cotidiana.
   Estamos acostumbrados a usar nuestra mente para experimentar esto que llamamos realidad. Pero resulta que, al ampliar aunque sea brevemente el umbral de la percepción, lo primero que se nota es que la mente es apenas una de –tal vez- muchísimas formas de “palpar” o “experimentar” el estar vivos. La mente –tal como la usamos y entendemos en el día a día- es como una mirilla muy pequeña en una gran puerta, que nos separa de muchas posibles realidades. Si siempre observamos el mundo desde esa posición, detrás de esa lente de la mirilla, veremos una porción muy acotada del casi infinito mar de posibilidades que hay detrás de esa puerta. Y es muy fácil para la mente creer que la única realidad posible es la observada. La costumbre de experimentar el mundo de esta forma hace un “cayo” en nuestra percepción, y la tendencia es a descartar todas aquellas cosas que no encajan con esa visión, tildándolas de creaciones “imaginarias”, “visiones”, “locuras”, etc etc etc….
   La humanidad ha hecho un gran trabajo al respecto de esto: todos percibimos “casi” lo mismo. El cielo es azul para casi todos nosotros. Si sueltas una piedra, todos la veremos caer, y no flotar. Si hilamos más fino, ahora la ciencia es la voz oficial que nos relata cada vez con más detalles qué es lo que tenemos que ver cuando miramos a través de la mirilla. Estamos muy convencidos –todos nosotros- que las cosas no pueden ser de otra manera porque el consenso sobre lo que percibimos es tan unánime que simplemente nos parece una locura siquiera imaginar otras cosas. Y la tendencia –para mí lamentable- es la de unificar cada vez más ese consenso, la de hacer más férrea la unión de todas esas percepciones individuales, de manera que pensar diferente ya no es solo una cuestión de estar loco. Ya casi es un delito.
   Dices por ahí que sólo un 3% de nuestro ADN está activado. Tal vez sea cierto. Esta información es muy útil. Significa que tenemos otro 97% que podríamos usar quién sabe para qué, tal vez para “evolucionar”….hum, no lo sé. Lo que sí se, y es muy difícil de transmitir en palabras, es que esta información –de que solo usamos el 3%- es útil SOLO EN ESTA FORMA DE VER EL MUNDO. Según he podido experimentar en “carne propia”, cuando la mente deja de ser el instrumento principal a través del cual percibes el mundo que te rodea, todas estas cuestiones PIERDEN SU IMPORTANCIA POR COMPLETO. Ya ni siquiera importa si tú eres tú. Porque la ilusión de ser “alguien”, la identidad y todas esas cosas, sirven ACÁ, en esta realidad acotada por la mente. Y esto vale también para la percepción del mundo físico que nos rodea, y para la idea que tenemos sobre lo que nuestro propio cuerpo es, y de cómo se relaciona con eso que llamamos “afuera”.
   No estoy diciendo que no estoy de acuerdo con esa información, ni con otras que has planteado también aquí. Pero decir que nuestro cuerpo es un ordenador biológico como si fuese una realidad última y estática puede llevar a confusiones a mucha gente. Nuestro cuerpo es lo que nosotros queremos que sea, y no al revés. No hay algo “afuera” que determina sí o sí qué es lo que debemos percibir. En todo caso, si lo hay, es algo llamado CONSENSO.
   Es que tan sólo quisiera que vean y entiendan (no sólo con el intelecto, porque eso no sirve de mucho para estas cosas, sino con otras partes de su SER) que hay otras formas de experimentar la vida, en las cuales las cuestiones como la evolución y el ADN, las galaxias, el gobierno mundial, los iluminatis, y millones de etcéteras más, no revisten la menor importancia.
   Cuando las personas hablan de Libertad –así con mayúsculas- generalmente hablan de la posibilidad de llegar a ser una persona lo más parecidas posibles a Dioses. La libertad más mundana, de ser, de vivir y habitar este planeta tan hermoso, es la meta de casi todos. Pero es precisamente la diferencia que hay entre una y otra lo que me parece que la mayoría de las personas no entiende. Y es lógico que así sea, si nos enseñaron que solo somos un cuerpo y nada más. NO PODEMOS ASPIRAR A MÁS, al menos así nos adoctrinaron.
   Cuando se dice que el conocimiento es Poder, se dice algo muy cierto. Pero no porque la energía libre esté ahí, a un paso. Eso es solo un aspecto muy pequeño del poder. Tampoco porque haya que vencer a la gran conspiración del dominio mundial. Esas cuestiones solo van a satisfacer una pequeña parte de las aspiraciones que deberíamos tener. La otra parte, la que para mí reviste la mayor importancia, poco tiene que ver con la percepción del día a día.
   Yo sé qué es lo que estarán pensando algunos… que debemos ayudar a los demás a que salgan de la prisión de no tener comida, no tener agua, salud, educación, hogar…. A no tener una vida digna. Es cierto, yo también lo veo así. Pero es peligroso pensar que todo se reduce solamente a eso. Eso es ver sólo una parte del problema. Y podría llevarnos a enfocar las cosas desde el camino más largo.
   Yo he podido comprobar con mi propia experiencia, que la mente ve como contradicciones cosas que en realidad no lo son. Porque no es lo mismo nacer que morir, sentir frío que sentir calor. No es lo mismo tener la libertad de elegir nuestras propias vidas, que vivir algo planeado de antemano por algún ser superior indeterminado. Sin embargo, las cosas no son así como nuestras mentes quieren hacernos creer. Esta forma de percibir lo que nos rodea es una ELECCION NUESTRA. Las contradicciones las ponemos nosotros, y mira de qué forma: buscamos la libertad intentando activar nuestro lado “derecho” del cerebro. Si pudiéramos ver todos que el lado derecho del cerebro es una construcción de nuestra propia mente, -en realidad, de la forma de percibir- tal vez entenderíamos mejor porqué digo que es una contradicción… pero, claro, ¿cómo percibir desde más allá de la mente? Y lo peor ¿cómo comprender QUE es lo que se percibe?
   Esta es la mejor parte de las enseñanzas antiguas. A veces el “error” se transforma en esa gotita de suerte que necesitamos para dar el salto con la imaginación. Los seres humanos que han tenido experiencias cercanas a la muerte, o que han estado muy enfermos, o que han pasado hambre en extremo, o han sufrido fiebres altas, o accidentes graves, todos ellos tienen algo en común: han estado a las puertas de esas otras realidades increíbles que a la mayoría se nos escapa. Es decir, “sacuden” nuestra percepción habitual, llevándola más lejos.
   Mantener una coherencia en esos viajes a lo desconocido es lo que hacen muchos chamanes cuando agrandan su percepción, sea por medio de rituales, tambores, meditación, plantas sagradas o de otras formas. Ellos hacen natural lo que a nosotros nos parece inconcebible: esas visiones –por llamarlas de alguna manera- tienen un sentido. En ese “más allá” no existe el tiempo, ni la materia, porque esas cosas las construimos nosotros aquí. No están en la naturaleza, nosotros las hacemos y las llamamos naturaleza. Nosotros elegimos “ver” que estamos construidos por cadenas de ADN, nosotros elegimos ser los descendientes de otros seres que llegaron de otras galaxias. Nosotros elegimos “construir” nuestra realidad (¡otra contradicción!).
   Todas estas elecciones “determinan” un cauce por el cual se desarrolla la vida, de tal forma que la vida parece tener un solo cauce, pero no es así. Y tal vez esa sea la verdadera Libertad de la que tanto hablan las tradiciones antiguas. Elegir qué mundo construimos mientras se percibe, que no es lo mismo que elegir entre las alternativas que nos brinda una sola visión homogénea del mundo.
   Pero he aquí una trampa en la que todos caemos: al hablar de “sabios”, “tradiciones antiguas”, “chamanes”…. Pareciera que estamos hablando de cosas o de estados de conocimiento al que nos es muy improbable acceder. Si yo digo “Don Juan Matus fue una persona excepcional” casi con seguridad estoy poniéndome del lado de las personas comunes. Hablar de sabios y de sabidurías hace que nuestras mentes naturalmente apunten a estados casi imposibles de lograr, nos induce a estados de “añoranza”, hacia algo muy lejano. A mí me gustaría que entiendan que esas cosas ocurren porque procesamos la información con la mente. Las palabras hacen “bifurcaciones”, crean surcos imaginarios que luego son difíciles de traspasar. Estamos acostumbrados a creer que si alguien quiere enseñarnos algo nuevo, algo que alimente nuestro espíritu, tenemos que pedirle alguna prueba, algún “milagro”. Si no lo hace, pues entonces es un charlatán, no? ¿Dé que te sirve tu sabiduría si no puedes manejar los elementos? ¿Cuántas veces leemos en relatos de mitos y leyendas que el “héroe” es el que tiene más “poder”, sin darnos cuenta de que esa visión se nos hace “carne”, de tal forma que luego no podemos separar al “héroe” o al “sabio” de los milagros que hace? ¿Nunca sintieron que la realidad cotidiana, absorbida por los sentidos, teje una sutil red alrededor de nuestras mentes, paralizando otras partes de nuestro ser que podrían sernos funcionales?
   Si existen tales cosas como sabios y sabidurías, son excepcionales solo en un sentido. En que han dejado de tratar de entender con la mente cosas para las que la mente no sirve. Si pensamos en Einstein, casi son naturalidad decimos “es un genio”. Y nuestra mente crea el surco imaginario que deberíamos cruzar para ser genios. Pero la inteligencia y la sabiduría son cosas que poco interesan en el Universo. Solo nos interesan a nosotros ahora, y es solo debido a nuestras costumbres de cómo deberían ser las cosas. Que nos agraden los sabios, en otra forma casi inconsciente de admitir nuestra derrota, de decir “soy ignorante, por eso quisiera ser como los sabios”. Y así es como dices tú, que buscamos afuera la sabiduría que nuestra intuición –certeramente- nos dice que ya tenemos.
   En última instancia, el logro de la Matrix no es que seamos las ovejas de un sistema perverso que nos oprime y exprime. El logro de la Matrix es hacernos olvidar por completo que la Matrix es una creación nuestra y de nadie más. La trampa la hemos puesto nosotros mismos. Y al querer rescatar a todos a la vez solo alimentamos el sentimiento de opresión.
   Si quieren verlo de otro modo, imaginen que la Naturaleza es algo Objetivo, que existe fuera de nosotros, y que nosotros no participamos en la Creación, que solo somos actores puestos por una Divinidad Suprema del Universo. Esto es algo sencillo de imaginar, es bastante cercano a lo que nos enseñaron desde siempre. En esta visión, nosotros descubrimos “leyes” de la naturaleza y las manipulamos a nuestro antojo (¿les suena conocido?) Aprendemos, evolucionamos, hasta que descubrimos que hay energía a montones y la usamos a nuestro antojo… ¿para qué? He aquí una pregunta molesta… ¿PARA QUE? ¿para seguir “evolucionando”? ¿por qué necesitamos siempre esa meta, a dónde es que queremos llegar, en realidad lo sabemos?
   Yo pienso que muchas de estas cuestiones son el resultado de percibir solo una fracción del Todo. Si hasta nos estamos poniendo de acuerdo en lo que se debe hacer, sin saber aún qué significa. Y me refiero a todo lo que se dice sobre la “evolución” en Internet.
   Y ahora no piensen que soy un agente de la conspiración mundial intentando que se olviden de sus derechos como seres humanos. Yo los estoy invitando a pegar un salto que va más allá de todas estas cosas. Es más, yo se por mi propia experiencia que nada de lo que vemos es real por sí mismo. Tal cosa no existe. Solo existe un consenso sobre lo que las cosas son, y esa es nuestra “realidad”. En el consenso general algún día verán mi cuerpo marchitarse hasta morir, pero eso no significa nada. El sueño seguirá, todos seguirán soñando el Gran Sueño del Universo. Tal vez alguno diga: “¿se acuerdan de tal o cual persona?”. Pero eso es porque en el sueño colectivo en el que estamos, nos es casi imposible percibir que NO somos entes separados los unos de los otros. Todos somos lo mismo. Elegimos “nacer”, experimentar esta vida, y no nos acordamos de quiénes somos ni de dónde venimos. Recordar es el salto evolutivo último. Cuando alguien pueda fundirse con el Universo y Recordar su origen, la evolución perderá el significado. Se terminarán las preguntas, el Santo Grial no será necesario. Ni la energía libre. No tendremos que derrotar a la Conspiración Internacional, ni preocuparnos por el Haarp, los ovnis, las profecías mayas, el 11-S… Cuando alguien logre eso, verá que las preguntas no tienen sentido, nunca lo tuvieron.
   No se dejen atrapar por la complejidad del mundo. No hay que ser Juan Matus, ni Jesús, ni Buda. No hace falta señalar el cielo y hacer que llueva con un dedo. Es más sencillo de lo que todos imaginan. No digan “quien soy yo para lograr eso”, porque eso es lo que frena, lo que impide llegar a donde uno quiere. Ese es el tipo de pensamiento de rebaño que hemos fabricado entre todos. Recuerden que ustedes hacen lo que perciben, somos “arquitectos” de la realidad. Si quieren llegar a las estrellas podrán lograrlo, pero recuerden que las estrellas están ahí porque ustedes las pusieron, y no al revés.
   Y si quieren evolucionar, tómenselo como un juego, porque eso es lo que es todo en esta vida.
   Recuerden que todo cuanto perciban aquí en esta “realidad” será dual. Todo tendrá ese aspecto binario tan conocido por todos: el bien, el mal, tú y yo, adentro y afuera, pasado y futuro. Nacimos y moriremos. Pero recuerden también que la dualidad es una herramienta creada por la mente para comprender la pequeña porción del todo que eligió percibir. Más allá de la mente las dualidades no existen. Ni siquiera el Tonal y el Nagual, por más que venga un brujo muy “cool” y quiera hacértelo creer. Ningún sistema de creencias puede abarcar la Creación, solo puede acotarla, nada más. Lo que hay son caminos, generalmente individuales, pero no sistemas, ni dogmas.
   El verdadero conocimiento no lo dejó Tesla. Liberar nuestros brazos de una carga pesada es apenas el principio de un largo camino. El verdadero conocimiento libera de la necesidad misma de tener que ser libre. Si piensas que tienes que liberarte de algo es porque has creado tu propia cárcel. O sólo porque alguien dijo que no eres libre y has elegido creerle. Pues déjame recordarte: Ya eres libre, solo tienes que RECORDAR. Re-grabarlo, hacer el surco otra vez en el disco. No esperes a que alguien te suelte los grilletes y te de una palmada en la espalda. Eso solo puedes hacerlo tú mismo.

   Pero temo haberme enredado una vez más con las palabras. Es complicado usarlas e intentar atravesar el caos que ellas mismas provocan. En todo caso, ya se que no sirven más que para avisarle al intelecto que no se crea la salvación del Hombre, sino decirle que es un obstáculo más. Y que la experiencia propia no podrá nunca ser reemplazada por libros ni relatos ajenos.

   A mí la vida me ha llevado por caminos que no imaginé andar. He visto –aquí mismo, en los comentarios de las personas, sobre los temas que propones para leer y aprender- que algunos tratan de “imponer” sus puntos de vista, y otros “reaccionan” a esa imposición. Y se producen algunos roces, inevitables casi diría… a veces me descubro a mí mismo defendiendo alguna postura que luego me parece insostenible. Así de cambiante es nuestra propia visión del mundo. E imagino ahora a alguien diciendo sobre mí “¿Y éste, quién se cree que es?”
   Cuando tuve la suerte de aprender algunas cosas sobre las que he escrito aquí, te aseguro que yo pensé lo mismo ¿Quién soy yo para hablar sobre estos temas? ¿Por qué me han ocurrido a mí estas cosas?
   La respuesta estaba enfrente a mis ojos. Es que yo ya no soy yo. Soy ustedes, y ustedes y yo somos lo mismo. Reaccionar con “orgullo” y decir LO LOGRÉ es lo mismo que no entender nada de todo lo que se me estaba enseñando. El orgullo es una cara de la moneda, donde del otro lado está la humildad. Y esos estados duales producen emociones a través de la ventana de la MENTE. Y las emociones son una parte importante de eso que llamamos humanidad, pero son solo una parte. Y a través de las emociones luego nos llegan todo tipo de dificultades. Por nuestra costumbre de clasificarlas como buenas y malas, y de reaccionar ante ello. Claro, todas cosas que nos han enseñado a hacer, desde pequeños.
   Tampoco propongo que seamos robots. Pero hay algo, más allá de nuestro “yo” cotidiano, que sabe más de lo que creemos que sabe. Y a veces reaccionamos al primer impulso sin ver un poco más allá de lo que está ocurriendo, sin siquiera tomarnos el tiempo de reflexionar sobre las causas lejanas que podrían estar causando lo que vemos. Y eso también es reaccionar como reaccionaría un robot ¿o no?

   Si no se entiende lo que estoy tratando de transmitir es porque no soy lo suficientemente bueno con las palabras. Pero no creas, Maestroviejo, que estoy intentando imponer algún punto de vista, sino tal vez todo lo contrario. Porqué sé de la diversidad maravillosa que nos rodea, y de lo lindo que es sentir y abrirse a distintas maneras de entender la vida. Que otras personas no lo entiendan y estén en una lucha permanente contra sí mismos y con el mundo, no me apena. Porque no me siento superior a ellos.
   Hay muchas cosas sobre las que se puede hablar y sentirse maravillados, pero hay otras para las cuales sólo queda hablar a través de metáforas, porque son la única herramienta del lenguaje que nos permiten tocarlas ligeramente. No puedo explicar lo que es ya no sentirse uno mismo, y a la vez seguir siendo uno mismo. O soñar y estar despierto al mismo tiempo. O percibir el momento en que la percepción ocurre, desde afuera de eso que llamamos tiempo. ¿Cómo transmitir con palabras la sensación de estar creando TODO lo que existe y que las personas entiendan de qué estoy hablando? ¿Cómo explicarle a la mente de otra persona que en realidad no está viéndome, ni escuchándome, sino que está CREANDOME mientras me percibe, en un acto al que solo se me ocurre llamar como MAGIA? ¿Entienden ahora por qué digo que la mente no es la “solución” a los problemas, sino que es parte de ellos?
   Sé que el ejercicio mental es importante, pero más importante aún es ejercitar esa parte nuestra que no es mente. Porque lo inconcebible está ahí, a la vuelta de la esquina. Hemos creado un mundo en el cual debemos morir muchas veces para aprender de qué se trata vivir. Ejercitando nuestro espíritu es posible que descubramos que no hace falta morir muchas veces, tal vez ni una sola. Solo hace falta pegar ese pequeño Gran salto y desafiar todo lo que nos han enseñado, incluyendo la idea que tenemos sobre lo que es nacer y morir. ¿Imaginan lo gratificante que sería no tener miedo a morir? Ese logro que está en la imaginación colectiva del hombre, desde que el mundo es mundo, es posible. Sólo hay que quererlo e intentar llegar a él. Para algunos será el Nirvana, para otros el Cielo. Algunos le llamarán Iluminación… tenga el nombre que tenga, no es nada que nuestras mentes puedan ni remotamente imaginar, pero está tan cerca como el aire que respiramos. Y no depende de activar ninguna cadena de ADN dormida. Depende de la voluntad de RECORDAR QUIENES SOMOS.

   Disculpa lo extenso del «comentario» ja ja

   Saludos desde el Sur

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