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«Por la mañana, cuando miráis la salida del Sol, pensad que estos rayos que llegan hasta vosotros son criaturas vivas que pueden ayudaros a resolver vuestros problemas del día. Pero sólo los problemas del día, no los del día siguiente. Al día siguiente, deberéis consultar de nuevo y también para un sólo día. Estas entidades nunca os responderán para los días siguientes. Os dirán: «Es inútil hacer provisiones para más de un día. Cuando volváis mañana, os contestaremos.»
Cada día comemos y no aprovisionamos en nuestro estómago alimentos para una semana, solamente para el día. Y al día siguiente comenzamos de nuevo. Pues bien, con la luz se debe hacer lo mismo, porque la luz es un alimento que debemos absorber y digerir cada día para que se convierta en nuestros sentimientos, pensamientos, inspiraciones… ¿Por qué no tenemos con respecto a la luz la misma lógica que para el alimento? Se dice: «Es verdad, yo comí ayer, pero sólo me sirvió para ayer; hoy debo comer de nuevo.» Y lo mismo debemos hacer con la luz.»
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