«El mundo moderno –tal y como hoy en día lo vivimos- es una red energética modificada con el propósito de que este mundo sea este mismo y no otro. Esta modificación se apoya en el desequilibrio de los polos, para posteriormente imponer un orden particular, un orden infra-humano, su orden. Una de las manifestaciones de ese desequilibrio sería el patriarcado extremo tan bien conocido en nuestro mundo, piedra angular del poder político, distorsión enfermiza del Principio Masculino Primordial.
Esta modificación desequilibrada volcada hacia el exceso de manifestación masculina se lleva a cabo a través de varios medios, y uno de ellos, la “arquitectura mágica”. Como elemento arquitectónico de esa magia estaría el obelisco, más particularmente el tehen egipcio, monolitos extraídos de la cantera de Asuán, principalmente erguidos en la Ciudad del Sol (Heliópolis), dedicados a la deidad solar-egipcia Rá (imagen después reivindicada por la masonería moderna y otros grupúsculos modernos). Estos elementos conforman una red energética particular en donde se pueden identificar los diferentes centros políticos de un mismo proyecto: la construcción del mundo moderno.
Por lo tanto, esta red energética alterada y desequilibrada deliberadamente, sirve de base estructural para la construcción del mundo (tal y como el lector lo puede ver si mira desde su ventana), el cual no es otro que el Novus Ordo Seclorum del proyecto europeo, la “Gran Obra de Todas las Eras” masónica, en definitiva, la fuerza infrahumana actuando. Parte de esa base estructural energética son los obeliscos egipcios repartidos por todo el mundo, y las enormes réplicas imitativas que los modernos van a construir en sus ciudades. »
Ibn Asa
https://youtu.be/4S6WEh7zlcU