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50 veteranos del partido publicaron una carta donde dicen que sería el presidente más temerario en toda la historia del país y que pondría en peligro el bienestar y la seguridad nacional.
En la carta, publicada el lunes, afirman que ninguno de ellos votará por Donald Trump, alarmados por las expresiones del candidato sobre política exterior y seguridad nacional. Hacen también allí un catálogo de objeciones a sus calificaciones, valores y experiencia. Entre los signatarios figuran el ex director general de inteligencia, John Negroponte, el ex subsecretario de Estado Robert Zoellick, el ex viceprocurador general Larry Thompson.
La carta dice que el candidato tiene un «ego preocupante» y una «ignorancia alarmante de los datos básicos de la política internacional actual».
«Estamos convencidos de que sería un presidente peligroso que pondría en peligro nuestra seguridad nacional y nuestro bienestar·.
Los firmantes fueron todos funcionarios de la Casa Blanca desde la administración de Richard Nixon hasta la del segundo George W. Bush.
Poco después de que la carta tomara estado público el lunes, Trump retrucó violentamente diciendo que las personas que firmaron la carta no son otra cosa que «la fallida élite de Washington que busca mantener su poder y que es hora de que se las haga responsable de sus acciones.»
«Los nombres que figuran en esa carta son aquellos a los que el pueblo norteamericano debería pedir que respondan por qué hoy el mundo es un caos. Son los culpables de que el mundo sea hoy un lugar peligroso», dijo en una declaración pública.
La candidatura de Trump y la oposición de quienes representan la tradicional política exterior del partido republicano representa una guerra civil política por la futura dirección del partido, dice hoy el Wall Street Journal.
Durante más de un año de campaña Trump atacó la ortodoxia del partido diciendo que se mostró siempre muy proclive a involucrarse en luchas extranjeras y que eso desestabilizó el Medio Oriente y provocó animosidad entre Estados Unidos y países como Rusia. Esos argumentos sonaron bien en los oídos de algunos votantes, pues son muchos los que piensan que la política exterior del establishment, sea republicano o demócrata, no está funcionando.