Hace muchos años me enteré de la existencia de ese enclave mágico emplazado en los Pirineos: una hermosa cadena montañosa que se levanta al norte de la Península Ibérica, entre España, Andorra y Francia. Monte perdido es su mayor elevación –3.355 metros–, siendo, además, la montaña calcarea más alta de Europa. Precisamente esta característica convierte a la zona en un laberinto de cuevas y túneles –aún inexplorados- que se adentran en el mundo subterráneo.
Monte Perdido es, de acuerdo a los seres extraterrestres que nos contactan, una de sus más importantes bases en Europa. ¿Ello explica los diversos reportes de ovnis en la región? ¿Las leyendas que hablan sobre túneles, “castillos olvidados” y secretos guardianes en esta montaña podrían ser una referencia a la presunta instalación extraterrestre?
Veamos…
Monte Perdido y una supuesta investigación militar con Visión Remota
Ya en mi primer libro, “Los Maestros del Paititi” (Ediciones Luciérnaga, Grupo Planeta España), citaba a los Pirineos como uno de los enclaves más importantes ligado al enigma del mundo subterráneo. Lo sabíamos por los mensajes que, como ya dije, habíamos recibido de los extraterrestres. Esta información me empujó a motivar a los diversos grupos que iba conociendo en España para investigar la zona. Tuvieron que pasar largos años, hasta que conocí en 2009 a Rosa y Diego Cintas, un matrimonio de Barcelona que se había afincado en Rasal, un pintoresco pueblito de Huesca. Ellos, al igual que yo, venían rastreando el misterio de Monte Perdido desde hacía unos 20 años. El conocernos fue el primer paso para organizar los encuentros en los Pirineos.
Pero antes de llegar a ello, no puedo omitir un dato relevante.
Tal vez, la publicación que encendió un mayor interés por Monte Perdido fue la noticia de un presunto experimento psíquico de espionaje llevado a cabo por los Estados Unidos. En dicho estudio militar, los norteamericanos se habrían “tropezado” con la base intraterrena que se encontraría bajo la misteriosa montaña de los Pirineos.
Supuestamente, la CIA había solicitado los servicios de un grupo de psíquicos para realizar un experimento de “visión remota” (VR) que le permitiese revelar bases secretas militares en Europa. La “visión remota” es la capacidad psíquica de recibir información o impresiones de un evento, persona, objeto o lugar que se encuentren a gran distancia. Es considerada como una forma de percepción extrasensorial. El término se dio a conocer durante los años setenta por los físicos Harold Puthoff y Russell Targ para separarlo de la clarividencia. Precisamente Puthoff habría estado involucrado en el estudio de la CIA que escudriñó –entre otros puntos del mundo a Monte Perdido.
Aunque el asunto de la “visión remota” parece ciencia ficción, hay que decir que diversas misiones de rescate de rehenes, vigilancia de silos nucleares, espionaje de tecnología submarina de la antigua URSS así como rescate de pilotos de combate se llevaron a buen término gracias al apoyo de “agentes VR”.
De acuerdo a la ya mencionada noticia, reproducida en un sinfín de sitios web dedicados al misterio, la información surgió así:
“…Uno de los mas famosos y cualificados agentes VR fue el Teniente F. Holmes, apodado “Skip” (“Omitir” en español); este militar demostró en varias ocasiones y de manera crucial sus habilidades…
Aparentemente, y según relata Atwater –un colaborador del famoso investigador de la visión remota Robert Monroe–, el entonces director de la CIA le solicitó, en 1973, que investigase con la técnica VR las bases subterráneas de OVNIs. Puthoff le habría entregado cuatro ubicaciones de posibles bases OVNI.
La primera de ellas estaba situada en Monte Perdido, en las montañas de los Pirineos, entre España y Francia…
En los documentos que Puthoff presentó a Atwater, comentaba que la base estaba protegida por detectores de presencia en un perímetro de 3 Km y que las naves que salían de aquella zona disponían de un sistema parecido a algún tipo de propulsión electromagnética…” (Cassandra ‘Sandy’ Frost, nota de 2005).
Debo remarcar que nunca pude corroborar la fuente de esta información que involucra a Monte Perdido. Pero sí debo decir que hallé abundante material sobre los experimentos de VR en espionaje militar, y muchas declaraciones del citado físico Harold Puthoff hablando de estas maniobras de inteligencia que en su tiempo eran “ultra secretas”. Supuestamente, la CIA detuvo el programa de VR en 1995. Cosa que dudamos…
Como fuese, esta “referencia” a bases subterráneas en los Pirineos no nos pilló por sorpresa. Si, como digo, la información es auténtica, podría estar conectada con la instalación de origen extraterrestre que los apunianos nos han sostenido tienen allí…
Encuentros de contacto
Desde hace 22 años estoy en contacto con un ser extraterrestre de aspecto humano que se presenta con el nombre de “Antarel”. Según este gigante de casi tres metros de estatura, su civilización procede de un mundo denominado “Apu”, próximo a la estrella Alfa B en la Constelación del Centauro, a unos 4.2 años luz de la Tierra. He visto a Antarel, físicamente, en varias ocasiones, incluso en compañía de otros testigos. Antarel fue también el “coordinador” de avistamientos programados con periodistas y reconocidos investigadores, a quienes participé de estas experiencias en cinco ocasiones, como los recientes y exitosos contactos con Michael E. Salla Ph.D. y Paola Harris en Monte Shasta, Estados Unidos.
Hallándome durante una investigación de campo en el Oráculo de Delfos, en Grecia –según mi cuaderno de viaje, el 29 de mayo de 2013–, Antarel me entregó el siguiente mensaje, que recibí a través de la psicografía:
“Para el año 2014, en el solsticio de verano, se reunirán en Monte Perdido (Pirineos). La invitación está hecha. Es importante que los centros sagrados de Europa sean escuchados. Monte perdido es el vórtice más importante de esa región que comparte Francia y España”.
Los extraterrestres nos estaban confirmando una sensación que veníamos arrastrando hacía mucho tiempo: de convocar un encuentro en Monte Perdido. Un año antes del mensaje en Grecia, el 16 de mayo de 2012, Rosa, Diego, Sol y yo habíamos viajado a los Pirineos para conectar con el lugar.
Durante esa visita a Monte Perdido, Antarel había dicho en un mensaje:
“Antarel en comunicación:
Ya sintieron nuestra presencia. Y en breve nos verán.
En Rasal también.
Como han recibido, Monte Perdido es un viejo santuario de la Hermandad Blanca y, al mismo tiempo, una base de operaciones que disponemos bajo su conveniente macizo de roca. Esa instalación cumple un rol fundamental para este sector de su mundo que poco a poco irán descubriendo. Volverán aquí…”
En breve nos verán… Afirmaba Antarel. Y ciertamente, poco después de haber recibido ese mensaje, tuvimos un extraordinario avistamiento.
Un objeto muy brillante, blanco azulado, se colocó sobre nuestra vertical y nos “alumbró” con su poderosa luz… Así como se lee. Como si alguien hubiese encendido una enorme linterna halógena sobre los cuatro…
Fue tan contundente, que aún teniendo una cámara colgada al cuello, nadie se animó a fotografiar al extraordinario “visitante”. El objeto se marchó y dejó en nosotros una profunda sensación de alegría..
Luego de ello, no nos quedó duda alguna de que esa zona era el lugar… –y por si ello fuera poco, más tarde, en Rasal, tal y como anticipaba Antarel, tuvimos nuevos avistamientos–. Así, y gracias a las coordinaciones de Rosa y Diego, se llevó a cabo un primer encuentro en Monte Perdido para el sosticio de junio de 2014. Fue muy especial ya que se constituyó en el “paso previo” a nuestra expedición a Siberia, en Rusia (ver: https://www.youtube.com/watch?v=ke9nMJmf-_g).
El campamento en el valle de Pinetta tuvo una muy buena convocatoria y los extraterrestres respondieron con nuevos avistamientos durante nuestra estancia.
Aquí puede verse un vídeo de ese primer encuentro: https://www.youtube.com/watch?v=DKlPZxskXXs
En junio de 2015 llevamos a cabo una segunda reunión, en donde unas ciento cincuenta personas de doce países acampó al pie de estas hermosas montañas de los Pirineos. El camping Pinetta y sus cabañas ya no daban abasto. Mientras escribo estas líneas se están construyendo más cabañas y ampliando los espacios de camping para poder recibir más visitantes en el futuro.
Cuando realizamos estos encuentros, talleres y reuniones al aire libre, procuramos que la gente pueda conectarse con la naturaleza, respirar, relajarse, y disfrutar de la energía de estos lugares que funcionan como verdaderos agentes de transmutación. No se trata de una creencia: hay sólidos estudios de magnetismo e ionización en diversos enclaves naturales en el mundo que explican por qué uno se siente tan “conectado” al visitar puntos como Monte Perdido. Esto va más allá del contacto con extraterrestres.
De esta forma, combinamos diversas técnicas de meditación con informaciones relativas a nuestra experiencia de contacto o el estudio del fenómeno ovni. Este marco de trabajo fue creando las condiciones para que “ellos”, una vez más, se hicieran presentes…
Experiencias de contacto: luces en el cielo y la energía Minius
El encuentro en Monte Perdido de 2015 fue extraordinario. Los participantes pudieron verificar una serie de hechos “anómalos” –los llamaré así para no generar condicionamiento alguno– que se suscitaron tanto en tierra como en el cielo. Ya la noche del día 19, se habían producido algunas observaciones durante nuestros trabajos al aire libre. Debo decir que la mayoría de los participantes escudriñaron el cielo con mucho sentido común, analizando la trayectoria de cualquier satélite, o efectos lumínicos de iridiums, satélites geoestacionarios, o la ISS. Decenas de personas habían acudido con dispositivos móviles que, gracias a un sinfín de programas y aplicaciones, podían hacer tracking de todo cuanto se moviese en el cielo. Además, en el grupo había varios astrónomos aficionados que suelen tomar fotografías del espacio. Entre ellos, mi querido amigo y sobrino David Cintas, que en pocos meses se está titulando como Físico en la universidad. Así que, el escenario de observación era bien sensato. Y hasta el más escéptico tuvo que reconocer que “aquello” –esas extrañas luces que empezaron a mostrarse en el manto de estrellas–, no correspondían a nada conocido…
Pero fue la noche del día 20 en donde los extraterrestres “doblaron la apuesta”…
Habíamos acudido a una explanada que se halla a unos kilómetros del campamento base en Pinetta. Tuvimos que ir en nuestros coches para llegar a ese lugar: el mismo en donde la nave de 2012 nos “alumbró” con su haz de luz…
Una vez que estuvimos todos reunidos, iniciamos nuestras prácticas de meditación. Fue allí que recibí un nuevo mensaje telepático de Antarel, en donde el gigante de Alfa Centauro me indicaba que entregarían “cristales de Minius” a muchos de los participantes.
Debo decir que esta petición de Antarel me pilló desprevenido. Sólo habían transcurrido dos meses desde el contacto que enfrenté en Perú, al pie del nevado Huascarán, experiencia que nos había introducido en los misterios de esa fuente de energía que los apunianos denominan simbólicamente “Minius” (como recordará el lector, el primero en divulgar la existencia del Minius que emplean los apunianos fue el yugoslavo Vlado Kapetanovic, fallecido en Perú en 2005). ¿Qué pensará la gente si les comunicó lo que Antarel me pide? –me decía–. Con tanta desinformación que circula en internet sobre el contacto extraterrestre, algunos podrían pensar que el “Minius” era un “implante” o cualquier otro elemento negativo de manipulación extraterrestre (¡!).
“Confía –me transmitió telepáticamente Antarel–; les compartiremos una dosis de esta energía como un estímulo que les pueda ayudar a recordar sus propias capacidades interdimensionales y conexión con el Universo. Luego nos mostraremos…”
Decidido, me puse de pie y le pedí a todos los asistentes que hicieran lo mismo, poniendo sus palmas hacia arriba en señal de recepción. El lugar, entonces, empezó a cambiar…
Surgió una sutil neblina que abrazó toda la explanada. Nos hacía ver ligeramente “borrosos”. Y en las palmas, muchos empezarón a sentir una concentración de energía, una suerte de destello blanco que, en diversos casos, pudo ser visto –con los ojos abiertos– como dos pequeñas esferas blancas. Precisamente la representación del “Minius”.
Al cruzar las manos en el pecho, quienes enfrentaban esta experiencia integraban la energía como un elemento activador. En ese momento Antarel me pidió que la gente caminara, en silencio, como una dinámica para asimilar esa “integración”.
Y aquí ocurrió lo más importante…
Hasta los más escépticos tuvieron que reconocerlo: no podía ser sugestión lo que estaba sucediendo allí… Algunas personas se veían “dobles” –tal y como me ocurrió en el citado contacto en el Perú–, y algunas figuras humanas, ajenas al grupo, caminaban entre nosotros. Es muy difícil describir las sensaciones y experiencias de cada uno durante este momento. Algunos “vieron” escenas posibles en el futuro; otros fueron tocados, movidos o abrazados por “alguien” –o una fuerza invisible–. Entre tanto, las naves volvieron a mostrarse. Y con mayor fuerza…
Y hubo otro hecho importante. Alrededor de veinte personas, durante su caminata luego de la recepción del Minius, identificaron la “fuente” de la sutil “neblina” que nos envolvía… Se trataba de un manto blanco, espeso y muy brillante, “escondido” en el medio del bosque de pinos. Suponiendo que se podía tratar de un “xendra” o puerta dimensional, varios se acercaron –entre ellos el propio Diego Cintas de Huesca, Fernando López de México y Sol Sanfelice de Argentina–; pero fue sin éxito. “Aquello” los repelía… No se podían acercar…
Luego supimos que no se traba de un “xendra”, sino de la fuente de la experiencia “holográfica” que los extraterrestres estaban generando en todo el lugar…
Al concluir estas increíbles experiencias, comentamos animadamente lo vivido. Entonces los avistamientos se intensificaron aún más; algunos objetos haciendo claros cambios de velocidad, o deteniéndose brúscamente en el cielo; otros interactuando con diversas señales desde el cielo en sincronía con las emociones y comentarios del grupo. Esto último arrancó aplausos…
Lo más interesante es que siendo tantas personas, todas con cámaras fotográficas y filmadoras, pocos se preocuparon en registrar los fenómenos. El grupo estaba concentrado en vivir y comprender –vaya, a intentarlo– todo lo que estaba sucediendo. Ya lo he dicho antes: en medio de una experiencia de contacto, tus decisiones y prioridades, son otras… Algo muy complejo de entender para quien lo analiza desde afuera…
No obstante, sí hubo diversas captaciones en este encuentro. Paso a compartir algunas de ellas a continuación.
Monte Perdido se había convertido, un vez más, en escenario de un importante contacto. Estimamos que al menos unas cien personas recibieron la energía del Minius. Aunque los extraterrestres los denominan “cristales”, son, en realidad, pequeñas dosis de una energía sutil que el ser humano ya dispone como elemento potencial en su interior. La experiencia con el Minius es, según los extraterrestres, un elemento activador temporal.
La noche del 21 de junio, cuando todos los participantes de este extraordinario encuentro ya se habían ido, decidimos volver a la explanada en donde ocurrió el contacto. Éramos ocho personas.
Ya no había “niebla” y el lugar lucía más “normal”.
Entonces intentamos una conexión telepática con los apunianos para que nos pudiesen confirmar y ampliar la experiencia con el Minius. Para estar seguros, le pedí a Antarel una manifestación concreta en un horario específico. Y así ocurrió: a las 11:20 pm, mientras estábamos cantando el mantra de “Ur-Tokor” –una vibración en “lenguaje irdin” que recibimos para conectar con el cerro Uritorco en la Argentina–, tres inmensas bolas de luz, en perfecta formación vertical, surgieron de pronto en el cautivante cielo estrellado. Fue tan emocionante que el avistamiento arrancó lágrimas en muchos de nosotros.
Acto seguido, recibí el siguiente mensaje psicográfico:
21 de junio de 2015 Monte Perdido, Pirineos, España.
Soy Ivika:
Nos han visto. Estamos aquí. Y celebramos la común-unidad entre ustedes y nosotros.
El Minius, como ya te dijimos, es la fuente primera de energía, la esencia del origen del universo. Es la llave del principio y su proyección, una ecuación de eternidad que permite accionar en lo visible y lo invisible. No deben interpretarlo solo como un conocimiento científico sobre la naturaleza del cosmos. Es, por encima de ello, un mensaje espiritual, más allá de su aplicación práctica en la tecnología de viajes espaciales. Podrán comprender un poco más su naturaleza si se adentran en ustedes mismos, en el nodo de fuerza que atesoran, que pulsa, que vive en lo más profundo de su energía.
El Minius es similar a lo que ustedes llaman “agujero negro”: es una “puerta” de entrada y salida. Y su fuerza lo penetra todo. Lo transmuta todo.
Así como las radiaciones cósmicas que ante sus ojos son invisibles y, sin embargo, existen, el Minius ha permanecido silente dentro de la propia estructura de código genético de vida. Los hombres de ciencia de la Tierra aún no han podido desentrañar este secreto, que está presente en todo el universo. Pero intenta acercarse a esta revelación a través de un denodado estudio del mundo subatómico.
En relación a la experiencia colectiva que propiciamos, en ella les entregamos una adaptación del Minius para que puedan reactivar esa conexión cósmica que los integra y armoniza con la Creación. Luego de esa comprensión, podrán “hacer”, y moverse en distintas membranas de realidad a voluntad. Ya lo verán.
También te hemos entregado importantes indicaciones para replicar, holográficamente, las distintas funciones del “Teseracto” y la proyección del Minius, pues éste se halla naturalmente en ustedes. Esta “tecnología espiritual” será la forma de trabajo de hoy en adelante. Tú ya recibiste esta energía y comprendiste que se tenía que trabajar con todo esto cuando estuviste con nosotros en Yungay. Nada, pues, es por azar. Ahora tienen nuestra confirmación para desarrollar todo esto.
Más adelante ampliaremos esta información.
En conexión y unidad, hermano,
Ivika
Monte Perdido fue el punto de partida para aplicar las bondades del Minius. Por lo pronto, lo estamos experimentando y enseñando.
En una próxima publicación, compartiremos abiertamente todo lo que estamos redescubriendo con esta “tecnología espiritual extraterrestre”.
Dedico este artículo a los participantes de los dos encuentros ya realizados en Monte Perdido: por atreverse a vivir lo que muchos consideran imposible.
Mucho por hacer…
Arriba: Antarel y el Teseracto.
La imagen de Antarel es una recreación del artista argentino Ramiro Rossi:
http://ramirorossi.blogspot.com.ar/
Nota: para mayor información sobre el contacto extraterrestre, la conexión con los apunianos y el Minius, pueden leer la versión digital de mi libro “Los extraterrestres del planeta Apu”: https://es.scribd.com/doc/271982219/Los-extraterrestres-del-planeta-Apu-versio-n-digital
Nota: para mayor información sobre el contacto extraterrestre, la conexión con los apunianos y el Minius, pueden leer la versión digital de mi libro “Los extraterrestres del planeta Apu”: https://es.scribd.com/doc/271982219/Los-extraterrestres-del-planeta-Apu-versio-n-digital
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