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Image copyrightAPRusia y EE.UU. anunciaron un acuerdo sobre Siria que comenzará con un «cese de hostilidades» a partir del atardecer del lunes.
Según el plan, el gobierno sirio terminará las misiones de combate en zonas específicas en poder de la oposición.
Rusia y EE.UU. establecerán un centro conjunto para combatir a los miembros del autodenominado Estado Islámico y Al-Nusra.
El anuncio se produce tras las conversaciones entre el secretario de Estado estadounidense, John Kerry y su homólogo ruso, Sergei Lavrov.
El plan depende de que tanto el régimen como la oposición «cumplan con sus obligaciones», dijo Kerry en Ginebra.
La oposición había indicado que estaba preparada para cumplir con el plan, agregó, siempre y cuando el gobierno sirio «demuestre que es serio».
Lavrov dijo que Rusia había informado al gobierno sirio sobre los acuerdos y el gobierno sirio estaba «dispuesto a cumplir».
Este también prevé el acceso humanitario.
«El cese de hostilidades requiere el acceso a todas las zonas sitiadas y de difícil alcance, incluyendo Alepo», dijo Kerry.
Siete días después del inicio del cese de las hostilidades, Rusia y EE.UU. van a establecer un «centro de implementación conjunta» para luchar contra el grupo Estado Islámico y los combatientes de Al-Nusra aliados de Al Qaeda.
Lavrov precisó que el centro conjunto permitiría a las fuerzas rusas y estadounidenses «separar a los terroristas de la oposición moderada».
Agregó que habría ataques coordinados contra los terroristas por las fuerzas aéreas rusas y estadounidenses, y que en algunas zonas excluían la acción de la fuerza aérea de Siria.
«Nos hemos puesto de acuerdo sobre las áreas en las que este tipo de ataques coordinados se estarían llevando a cabo, y en esas zonas, en acuerdo neutral compartido por el gobierno sirio, sólo operarían las fuerzas aéreas de Rusia y Estados Unidos,» dijo.
Pero Lavrov añadió que «la fuerza aérea siria operará en otros ámbitos, fuera de los que hemos señalado para la cooperación militar ruso-estadounidense».
Un plan complejo
Image copyrightAPPor James Landale, corresponsal diplomático de la BBC en Ginebra
Mucho depende de la capacidad de Estados Unidos de lograr que los grupos de oposición se distancien de sus aliados más extremistas, y de la capacidad de Rusia de frenar las fuerzas del presidente Assad.
El canciller ruso, Sergei Lavrov, dijo que Damasco aseguró que cumpliría con sus obligaciones.
Pero este es un plan complejo y depende de que todas las partes cumplan lo acordado.
Un acuerdo en Ginebra no siempre se convierte en una realidad sobre el terreno.
Lavrov y Kerry hicieron hincapié en que el plan podría allanar el camino para una transición política.
«El plan es más prescriptivo y de largo alcance que cualquier otra propuesta hasta la fecha y si todas las partes la implementan podría permitir que se lleven a cabo negociaciones políticas para el futuro de Siria», dijo Kerry.
El enviado de Naciones Unidas a Siria, Staffan de Mistura, dio la bienvenida al acuerdo y dijo que la ONU haría todos los esfuerzos para entregar ayuda humanitaria.
Image copyrightAFP«Vértice del horror«
Los combates se han intensificado recientemente entre el ejército y los rebeldes de Siria en el este de Alepo, donde viven 250.000 personas.
El domingo se informó que fuerzas del gobierno sirio recuperaron partes de Alepo que perdieron ante los rebeldes el mes pasado, colocando los distritos controlados por los rebeldes en el este de la ciudad una vez más bajo asedio.
Staffan de Mistura advirtió más temprano el viernes que la escasez de alimentos y de agua convierte la situación en Alepo en aún más grave que antes, y que los suministros de combustible podría agotarse en cuestión de días.
El jefe de ayuda humanitaria de la ONU, Stephen O’Brien, le dijo a la BBC que las condiciones en Alepo eran terribles: «Este es Alepo en el vértice de horror, en el que cualquiera de nosotros si estuviéramos allí encontraría la vida posible a duras penas, y mucho menos tolerable.»
Estados Unidos y Rusia apoyan lados opuestos en el conflicto que comenzó en el año 2011: Washington respalda una coalición de grupos rebeldes que describe como moderados, mientras que Moscú es visto como un aliado clave del presidente sirio Bashar al-Assad.