por eHow en Español
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La jardinería de terrario es una manera agradable para un jardinero frustrado de tener todavía un paisaje para durante el . Puedes crear tu propio ecosistema en miniatura con un terrario. Si deseas reproducir un bosque, primero tienes que tomar una caminata en él con papel y lápiz y anotar los diferentes tipos de plantas que se ven y todo lo que es una parte natural del paisaje, tales como rocas, árboles caídos, lagos y arroyos.
Necesitarás
Contenedor de vidrio con una tapa removible Gravilla o piedrecillas Carbón activado Musgo SpagnumLista completa
Instrucciones
1 Pon el contenedor en su ubicación final. Agrega una capa de gravilla o piedrecitas de 1 a 3 pulgadas (2,5 a 7,5 cm) para el drenaje.
2 Agrega una capa de carbón, similar al usado en filtros de acuario. Esta capa absorberá las emanaciones aéreas de las plantas en descomposición.
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Pon una capa de musgo spagnum sobre el carbón. Esta capa evitará que la tierra de maceta se caiga a nivel de la gravilla.
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Añade una capa de tierra para macetas o mezcla de terrario. Haz el territorio interesante mediante la variación de los niveles de suelo para crear colinas y valles. Si quieres, incluye un plato poco profundo o plato para salsas para hacer un lago en el medio del bosque. Ten en cuenta cómo vas a ver el terrario, una vez que esté terminado, y esculpe tu paisaje en consecuencia.
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Elige plantas de variadas alturas, formas y texturas. Usa árboles bonsai para el bosque y agrega pequeñas variedades de helechos, cobertores de suelo, musgos y plantas decorativas. Si vas a agregar piedras o trozos de madera, enjuágalos primero con agua caliente para sacar cualquier rastro de una infestación de insectos.
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Establece las plantas en el interior del terrario mientras que todavía están en sus macetas y juega con la disposición. Si el terrario es visible desde todos los lados, coloca las plantas más grandes en el centro. Si es visible desde el frente, coloca las plantas más grandes hacia la parte posterior del contenedor, pero no directamente contra los lados. Cuando estés satisfecho con la apariencia, usa una cuchara de cocina como tu pala y un tenedor como rastrillo. No aflojes la bola de raíz cuando plantes, ya que buscas que las plantas crezcan lentamente.
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Comprime el suelo alrededor de las plantas con cuidado y añade dos o tres cucharadas de agua al suelo. Revisa al día siguiente si hay signos de condensación. Es ideal que hayan algunos, pero no gotas de agua en abundancia. Si has regado demasiado, abre la tapa ligeramente para permitir cierta evaporación. Limpia el exceso de agua con toallas de papel. Si no hay condensación, riega ligeramente y revisa al día siguiente.