http://www.eldiario
La batalla q ue se ha abierto en el PSOE a un mes de que se disuelvan las Cortes frustra definitivamente la posibilidad de un Gobierno alternativo a Mariano Rajoy. Con el partido roto por la mitad, Pedro Sánchez no pierde solo a la mayoría de su Ejecutiva. También se ha quedado sin el control de buena parte del grupo parlamentario. Si, partiendo de los 85 diputados que el PSOE logró el 26J, las cuentas para formar Gobierno estaban justas, ahora parece misión imposible.
«Yo a eso voto en contra», admitía en privado durante las últimas horas un importante dirigente del sector crítico con escaño en el grupo parlamentario. Y desde la federación andaluza, Antonio Pradas, el jefe de la comisión interparlamentaria del PSOE en la región y mano derecha de Susana Díaz, ya ha dado por finiquitada a la dirección del partido.
En Andalucía el PSOE logró 20 escaños que desde el miércoles ya no cuentan para los planes de Pedro Sánchez, incluso aunque lograse seguir al frente del partido. Y a ellos habría que sumar los parlamentarios leales a barones como Guillermo Fernández Vara en Extremadura, Emiliano García Paje en Castilla La Mancha o el asturiano Javier Fernández, el nombre elegido por los críticos para encabezar su proyecto de gestora.
Eso entre los críticos. Y para lo que queda de la dirección del PSOE «la gobernabilidad no es lo que importa ahora, de lo que se trata de llegar hasta el sábado», según describía gráficamente un dirigente anoche. En la rueda de prensa que ofrecía el secretario de Organización del PSOE no reconocido por los críticos, César Luena, aseguraba tras un pausa de un par de segundos que los planes políticos de Pedro Sánchez siguen adelante.
Estos planes consistían en mantener contactos con las fuerzas parlamentarias para recabar los apoyos suficientes y, tras las primarias del 23 de octubre, pisar el acelerador institucional para intentar ser investido antes de la disolución de las Cortes el 31 de octubre.
Pero sea cual sea el resultado de la crisis en Ferraz –la abstención ante un Gobierno del PP con Rajoy u otro como cabeza de lista o el voto en contra que suponga la convocatoria de unas nuevas elecciones–, la opción de un presidente socialista antes de otros comicios ya se ha desbaratado.
Unidos Podemos: «Se ha acabado el teatro»
Ni dentro del PSOE creen que el intento in extremis que pretende Sánchez tenga viabilidad. Y el resto de partidos empieza a dar por hecho que el líder del PP, Mariano Rajoy, está más cerca de ser reelegido. Lo deslizó Podemos, a través de Irene Montero, la jefa de Gabinete de Pablo Iglesias, quien en una rueda de prensa en el Congreso: «Se ha acabado el teatro. Se ha consumado una suerte de golpe de régimen y estamos más cerca de que gobierne el PP, de las políticas de austeridad y en contra de la mayoría social de nuestro país». Montero colocaba a su grupo en la oposición de ese hipotético Gobierno de Rajoy: «Siempre vamos a estar enfrente».
Albert Rivera, otro de los hipotéticos apoyos que necesitaba Sánchez para formar un Gobierno alternativo a Rajoy, vio el lado positivo de esta crisis.
No me alegra ver a un partido constitucionalista en crisis,pero peor sería que toda España continuara en crisis por el bloqueo institucional
— Albert Rivera (@Albert_Rivera) 28 de septiembre de 2016
El viceportavoz del PP Pablo Casado aprovechó para «desear suerte» al PSOE a su manera. «Pensamos que en España es fundamental que haya un partido de izquierda moderada que sea fuerte y que sea la alternativa al PP, en este caso a lo que es un gobierno que ha vuelto a ser reelegido por los españoles. Es tan imprescindible que necesitamos su abstención para poder gobernar».
Con los números en la mano: el PP necesita 11 abstenciones o seis votos a favor que sumar a los 170 que ya le garantiza su acuerdo con Ciudadanos y Coalición Canaria.
Con los números en la mano: el PP necesita 11 abstenciones o seis votos a favor que sumar a los 170 que ya le garantiza su acuerdo con Ciudadanos y Coalición Canaria.
Vergüenza ajena es lo que da.